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José Manuel Acevedo 

Los jóvenes hablan y hay que oírlos. Se alistan para una elección a la que tenemos que pararle bolas.

Mientras los medios de comunicación andamos embelesados contando candidatos presidenciales de los cuales más del 70 por ciento terminarán sobrando; mientras hablamos de encuestas cuyo reflejo de hoy es perfectamente irrelevante frente al que será el resultado final en 2022 y mientras nos obsesionamos –en este sistema excesivamente presidencialista– con los escándalos que ya se conocen y los que faltan por saberse de unos y otros, la democracia más profunda se está manifestando y quienes serán actores fundamentales en el presente y futuro del país están hablando a través de los cauces institucionales, pero muy pocas bolas les estamos parando.

La elección de los Consejos de la Juventud en toda Colombia, que tendrá lugar el próximo 5 de diciembre, arrancó con datos verdaderamente históricos que hacen pensar que la juventud está dispuesta a pasar –en buena hora– de la calle a las urnas. Van 7.824 listas inscritas, con 41.792 candidatos. Se trata de gente entre 14 y 28 años y el potencial electoral, igualmente integrado por personas entre esas edades, supera los 11 millones de colombianos que hacen parte de esta nueva generación de compatriotas.

Que tantos jóvenes hayan levantado su mano para decir: “yo quiero ser candidato”, sin duda llena de esperanza y reivindica el gastado modelo de la democracia representativa. Más gracia todavía es el hecho de que ninguno de esos consejeros que resulten elegidos tendrá sueldo y cada cual deberá compartir sus actividades cotidianas con la responsabilidad de llevar la voz de quienes por ahora han estado al margen de las instancias municipales, departamentales y nacionales.

Es increíble que hayan pasado más de 30 años desde cuando en la Constitución de 1991 se esbozaba la posibilidad de que los jóvenes contaran con estos espacios de participación, para que, por fin, se materializara esta opción en 2021.

Histórico será también que haya más mujeres candidatas que hombres aspirando a los Consejo de la Juventud. Según los datos suministrados por la Registraduría, hasta el día de hoy, hay aprobadas 21.009 mujeres frente a los 20.783 hombres que se medirán en las urnas en diciembre. Hay 15 listas de comunidad LGBTI y 4 más de población con discapacidad, con lo cual estamos hablando de un proceso que, además de profundamente democrático, es también tremendamente incluyente.

Que todos los partidos políticos y los independientes que quisieron inscribirse hayan aceptado este llamado en las cantidades que les estoy mencionando, también legitima esta elección y se convierte en un termómetro clave para saber qué tanto participarán los jóvenes mayores de 18 años en los comicios de Congreso y Presidencia el año que viene.

El desafío no se agota el 5 de diciembre. Dependerá de toda la sociedad que estos consejos de verdad importen. Tenemos que volverlos relevantes y visibles frente a los alcaldes, gobernadores y al propio Gobierno Nacional, que no debería esquivar las opiniones y solicitudes de los nuevos consejeros de la juventud que sean elegidos. Todos los que criticaron, con razón, que se hubiera mantenido un paro tan prolongado con hechos de violencia y bloqueos en varias zonas del país deberían estar jugados con esta idea de reemplazar la calle por las urnas y apoyar a fondo esta iniciativa que ha acogido a los distintos sectores políticos.

¡Que los jóvenes hablen por sí mismos! Que dejen de ser utilizados por los politiqueros de turno o enviados como carne de cañón por los mafiosos y los que se creen dueños de los movimientos sociales y sindicales en Colombia. Estos Consejos de la Juventud pintan bien y nos corresponde a todos incentivar este proceso si queremos desactivar, con soluciones de fondo, la bomba social que ya una vez estalló y estalló muy mal.

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 20 de septiembre de 2021.

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