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César Salas Pérez                                                                                   

Reza la vieja frase que dice que “si quieres conocer a alguien, dale poder” y Petro ha sacado lo más oscuro de su arrogante personalidad, un ser enceguecido por el odio, la ideología, su sed de venganza y su amañado anhelo de atornillarse en el poder.

Aun así, le ha agregado a su déspota carácter y mediocre manera de gobernar, dos hechos claves que lo tienen al día de hoy como un solitario en el poder, el primero, rodearse de aduladores, de toda su cuadrilla de activistas polarizadores y miopes para administrar, dirigir y producir resultados en materia de la gobernanza, solo basta con mirar la cantidad de individuos tan malos como inoperantes quienes han desfilado en el gobierno sin pena ni gloria en apenas dos años de mandato, un desastre total al frente del estamento público nacional. Y lo segundo aún más perverso que el anterior, abstraerse de la realidad, dibujar un mundillo donde sólo cabe él, nada más que él y si algo queda, también es de él. La egolatría en todo su esplendor.

La megalomanía, el narcisismo y su embaucador discurso han hecho de Petro un auténtico sátrapa hostil y pendenciero aquel que desde treinta años atrás le sobraban las soluciones a todos los problemas públicos y privados y al que ahora siendo presidente, le sobran las excusas, con un espejo retrovisor encontrando a terceros como los culpables de su desempeño y jamás reconociendo que habla mucho y hace nada.

El arte del poder es simple, basta con rodearse de personas decentes, realistas y con conocimiento de las carteras, organismos e instituciones del componente ejecutivo. Así han gobernado en este mundo una cantidad de mediocres e iletrados que solo tuvieron la dicha de tener muchísimo dinero, algo de fama y haberse arrimado al árbol que en su momento daba más frutos y sombra. Con escasas neuronas terminaron sus periodos presidenciales o como primer ministros, pero siempre de la mano de un puñado de gentes con conocimiento, lo que algunos dirían de terceros como “ el poder en la sombra”.

Es dramática y dantesca la forma en que este señor cree que gobierna, pensando en que todo lo hace bien y que sus contradictores o son ignorantes o son sus enemigos o ambas si se quiere simplificar. Su desconexión con el país y la realidad es total. Los comités de aplausos están a sus ordenes, sus segundones y tercerones están impávidos con tanta palabrería insulsa por algo será que la neurociencia ha comprobado que el poder hace perder la percepción de empatía respecto a las demás personas donde la bondad hacia el prójimo disminuye y todo se vuelve afán escénico y circunstancial sin memoria alguna.

Consejo de gratis para el líder intergaláctico, aunque por edad ya es muy tarde, aprenda a oír con respeto a sus críticos y no deje que el éxtasis de poder al que está indefectiblemente condenado termine con su mísera existencia.

Todo lo anterior más su oscuro pasado es un Petro notoriamente solo en el poder, el cual ha perdido millones de votos, adeptos, seguidores y hasta el respeto porque ya nadie se lo toma en serio, excepto, claro está, sus fieles guerrilleros, primeras líneas, lideres indígenas entregados al negocio de narcóticos y los ciegos izquierdópatas inamovibles. El más notable ejemplo es que perdió lo que lo catapultó, el poder de convocatoria, la mal llamada movilización, el estallido social (toma subversiva), lo que se traduce en el fracaso estruendoso de sus políticas progresistas.

Pero ¿cómo subsiste políticamente si en el mundo real es una desgracia para Colombia?

Sencillo, el presupuesto general de la Nación y Ecopetrol son su cajero automático para comprar bancadas prepagos en el congreso a fin de la aprobación de todas sus reformas, dinero en efectivo en maletines o como mas le gusta en bolsas para poner Procurador a un politiquero de lo peor el cual ya se anuncia tener mayorías de esos sinvergüenzas amañados senadores, bravucones en sus pueblos y de rodillas en Bogotá ante el mesías del cambio (con tanto dinero conseguirán su reelección en el parlamento sin despeinarse); subsiste porque en vez de gobernar y mostrar gestión acusa persecución, acude a la victimización inventando enemigos imaginarios, solo así distrae a la opinión.

El señor exguerrillero aunque solo en el poder porque lo rodean más por interés personalista que por lealtad, transa y paga por su permanencia en casa de Nariño, con Fiscal General de bolsillo su hijo y su círculo cercano de bandidos no tendrán jamás investigaciones serias o imputaciones de cargos porque serán archivadas y por la figura del vencimiento de términos. La Corte Suprema investiga, pero el poder de hoy la llevará a la segunda parte del “cartel de la Toga”. Ni hablar del robo a la salud y a las pensiones.

El gobernante lo tiene todo, menos el amor del pueblo. Si no existiera inminente riesgo de fraude electoral, él o su candidata en cuerpo ajeno la exalcaldesa de Bogotá, C. López, no lograrían siquiera la mitad de los votos obtenidos en el 2022, no por una cuenta matemática sino más bien por la pobreza de millones de compatriotas por obra del mal gobierno, la inseguridad escalofriante y el deterioro del orden público y la corrupción o saqueo de la mafia gubernamental al erario, entre otros graves problemas.

La soledad en el poder se disimula con agendas privadas preferiblemente en Panamá y viajes internacionales, con discursitos de media petaca, con alocuciones donde todos insultan menos él, todos mienten menos él, que lo quieren matar, silenciar, que no lo dejan gobernar, pero de su puño y letra, de su obra y arte, no se ha visto nada y no se verá porque el que es mediocre e incompetente, así muere.

Publicado en Columnistas Regionales

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