Por supuesto que si de gustos se trata, mejor los colores y los sabores, sin embargo, es preciso mencionar en el novedoso espectro político los nombres de Vicky Dávila y de Abelardo de la Espriella por varias razones que a mi modesto modo de ver las cosas, serian una grata fórmula presidencial que pueda enfrentar a Petro directamente en su reelección o a su en cuerpo ajeno como lo seria la exalcaldesa de Bogotá, la señora López o algún esbirro a quien el presidente decida ungir, según su conveniencia personal.

La primera razón para pensar en este par como formula para recuperar el país es que jamás han tenido puesto ni cargo en ningún gobierno, gozan de total pulcritud personal y profesional. Y además están sumamente preocupados por la destrucción acelerada de Colombia en tan solo dos años e interesados en proponer soluciones y enfrentar el maléfico ‘Leviatán’ que hoy nos gobierna.

Valga la aclaración que no es pecado ni vergüenza alguna haber ejercido chamba o trabajo en el ejecutivo, o haber sido parlamentario ‘enmermelado’ o arrodillado del gobierno de turno, o Magistrado puramente ideologizado, faltaba más, cada quien ‘hace de su capa un sayo’ pero personalmente prefiero la pureza política, la independencia solemne, la nueva sangre en e ejercicio de lo público, un bosque virgen y no uno talado, alguien que no tenga ‘ rabo de paja’, que pueda mirar a los ojos a cualquiera sin temor alguno y expresar sus ideas libremente; gente inteligente, estudiosa y comprometida con servirle al país.

En segunda medida, esta pareja goza de credibilidad y palabra, algo tan importante que existió hasta la generación de nuestros padres porque de la nuestra para acá (inicios de los 80’S), es solo un bello recuerdo. Quizá con la familia quede algo, pero en nuestro mundillo político, todo es hipocresía, interés, traición y adicción al poder.

En tercer lugar, ellos jamás han estado vinculados o relacionados con grupos terroristas ni afines, nunca fueron instrumentos de la criminalidad y el delito, por lo tanto, no tienen prontuario, ni investigaciones en curso, y menos, sentencias penales en su contra, ni han sido privados de su libertad, ni sujetos del derecho disciplinario o fiscal; mejor dicho, es gente sana que se ha hecho a pulso, ganándose la vida como la inmensa mayoría de colombianos, trabajando, ahorrando, invirtiendo, acudiendo a la banca, capitalizando, de su prestigio y reconocimiento, es una historia conocida.

En cuarto lugar, me parecen ajustadas a la realidad sus opiniones y sus respuestas frente a los perversos interrogantes que plantea la continuación en el poder del proyecto político de Petro más allá del año 2026, Siendo unos críticos documentados, bien informados y muy bien rodeados. Gracias a Vicky y sus investigaciones, el país conoció los macabros escándalos de corrupción del actual gobierno, de los nombres de las personas inmersas en estos entramados delincuenciales, trabajo que de oficio o a petición de parte le correspondía a la Fiscalía General, pero que jamás hizo, precisamente, por lavarle la cara y proteger al gobierno en vigencia.

En quinto lugar, y a sabiendas que en cualquier momento pueden ser declarados objetivos militares del amplio mundo del pillaje que hoy arropa a Petro, hablan con valentía, entusiasmo, compromiso de país, exponen abierta y libremente sus conceptos e invitan a todos los ciudadanos sin excepción y no por instrumentalización de sectores, a que Colombia despierte y se concientice que lo que nos estamos jugando en el 2026 es la libertad y la democracia o la sepultura y la condena definitiva en manos del Petrochavismo.

Me atrae profundamente que ambos hablan con severidad en atacar el tridente vergonzoso que se está robando el erario: políticos, funcionarios y contratistas para luego invertirlo en el candidato de ese cáncer del continuismo el cual utiliza también como armas politiqueras para atrapar incautos las palabras paz, igualdad, orden justo, inclusión, ancestralidad, lucha social entre ricos y pobres, no al empresariado, sì a la expropiación, entre otras que salen a relucir con vigor solamente en tiempos electorales o como cortina de humo para aplacar escándalos.

Esta formula es mucho más atractiva porque no hace parte de ninguna famiempresa o partido político de los de siempre tan acostumbrados a negociar y venderse al presidente en los primeros treinta meses de gobierno, distanciarse de este en los siguientes doce, y paradójicamente, en los últimos seis meses de gobierno, volverse acérrimos críticos de quien les dio de comer, los enriqueció y los llenó de burocracia y contratos. Así le han de pagarle a Petro los Petroconservadores, los liberales y la demás servidumbre partidista para buscar el nuevo árbol que les regrese a sus bolsillos el sosiego económico personalista. Afortunadamente, si quieren llegar a Vicky o a Abelardo, según como empiece a mover este ajedrez, deberán aceptar unas condiciones porque es innegable que la forma de hacer política en este país no se cambia de la noche a la mañana.

En honor a la verdad, el sonajero de la oposición y la independencia es amplio y hay personas valiosas que deben salir cuanto antes a debatir y a proponer. Simplemente menciono por ahora a estas dos valiosas personas porque de algún modo representan esperanza, valores, pulcritud, compromiso de país y urnas llenas de votos.