Columnistas Nacionales
Juan David Escobar Valencia
Los que no tienen principios, o los únicos que tienen son contables, prefieren cortar la maleza cuando esté demasiado alta en vez de erradicarla. Por eso terminan convertidos en cómplices de los delincuentes, pero disfrazando su pequeñez moral y tibieza con una supuesta superioridad moral autoimpuesta que busca que creamos que la tolerancia al mal es virtud, y que quienes se niegan a rendirse y convivir con el mal son guerreristas.
Ariel Peña
Por la situación laboral que existe en Colombia, con una población económicamente activa de casi 25 millones de personas, en donde el desempleo está por encima del 13% y la informalidad es cercana al 60%, además de una tasa de sindicalización de apenas el 7% de la masa trabajadora, cualquier Reforma Laboral integral se debe enfocar en fortalecer la calidad de vida de la población colombiana; en cambio de pretender copiar recetas como la Reforma Laboral de Hugo Chávez en Venezuela, que hizo desaparecer drásticamente el trabajo productivo, condenando a la miseria y al hambre a millones de trabajadores con sus familias.
Alfonso Monsalve Solórzano
La violencia que vive el país está escalando geométricamente. Venía creciendo ya en el gobierno de Duque que instaló el estilo de dialogar sin enfrentar de fondo a los agentes de extrema izquierda que la producían encubierta con el nombre de protesta social. Esta, como muchos recordarán, fue una estrategia largamente planeada desde el momento en que el candidato Petro perdió la presidencia. Él mismo lo dijo el día de su derrota: se tomaría las calles y los “territorios” como le gusta decir, para hacer resistencia.
Darío Acevedo Carmona
A raíz de los dolorosos sucesos en la localidad de Los Pozos, Caquetá, en los que una multitud, prevalida de insignias de guardia campesina y guardia indígena, esgrimiendo armas cortopunzantes y garrotes, rodea y reduce a un grupo de agentes del escuadrón antimotines de la Policía Nacional, ESMAD, uno de cuyo integrantes resultado asesinado y cerca de 90 secuestrados, afloró un delicado problema que preocupa en sumo grado por sus negativas repercusiones.
Rafael Nieto Loaiza
Mientras que el país tenía unos días horribles y saltaba de escándalo en escándalo y de muerto en muerto, Petro, adicto a twitter, ponía trinos en que con sorna preguntaba si había crisis, decía que se “divertía” con su gabinete y sostenía que, “la verdad”, no había tenido una "mala semana".
Paloma Valencia
El 3 febrero fue secuestrada la empresa Emerald en el Caquetá. Unos días después, la viceministra de diálogo social, Lilia Solano, afirmó en San Vicente del Caguán que “la vía estaba desbloqueada y que no había ningún tipo extorsión o secuestro”. Era mentira. La comunidad informaba de 44 tractomulas secuestradas y personas “ajenas” a la comunidad exigiendo un millón de dólares a la empresa. El 2 de marzo supuestos “campesinos” habrían asesinado a un miembro del ESMAD y secuestrado a más de 50 en San Vicente. Ni el ministro ni los refuerzos de la Fuerza Pública llegaron a tiempo. El ministro alega que no es un secuestro sino un cerco humanitario.