Sin la garantía de presentar pruebas no podré demostrar que envié al Dr. Cadena a verificar las informaciones que me llegaban sobre reclusos visitados por el Senador Cepeda a quienes ofrecía beneficios para que me acusaran.
Me han negado el derecho de que esas personas que me informaron de cada visita del Senador Cepeda puedan declarar en el juicio.
Quedará solamente la injusta acusación de la Fiscalía de que yo enviaba al Dr. Cadena a sobornar testigos contra el Senador Cepeda.
El testigo “estrella” me acusó ante el Senador Cepeda en 2011. En 2018 pedí al Dr. Cadena verificar la información, que entonces recibí, sobre la manifestación del testigo de haber mentido en mi contra por ofertas del Senador Cepeda. ¡Si mi intención era sobornar al testigo por qué a nadie mandé a abordarlo entre 2011 y 2018!
La Fiscalía pasó de precluirme a acusarme a pesar de que las nuevas pruebas me favorecen. Las practicaron después que el Tribunal pidió más investigación, pero no las tienen en cuenta.
Me acusó un fiscal que cambió el caso, fue nombrado por el doctor Montealegre, no se declaró impedido, no aceptaron la recusación porque lo trasladaron, pero me dejó acusado. Mantuvieron el vicio de una acusación formulada por un fiscal nombrado por el Dr. Montealegre, mi “presunta víctima”.
La Fiscalía se opuso a que presentáramos las pruebas una vez se conocieran y analizaran contenidos del computador y del tel. del testigo “estrella”. Conocimiento necesario para la estrategia de la defensa.
Recordemos que el tel. del Senador Cepeda se cayó y borró la memoria. En ese tel. se comunicaba con el testigo “estrella”. Hay discrepancias entre otros dispositivos y las copias que enviaron a la justicia. La Fiscalía lo sabe.” (Octubre 11)
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“Del error al horror
En la audiencia de ayer me dejó más preocupado la intervención de la Fiscalía. Es claro que ordenaron interceptar el tel. de un parlamentario diferente que investigaban por supuestos vínculos con el Cartel de la Toga, pero interceptaron el mío.
A pesar de que a tiempo el operador informó del error, tan tardía fue la orden de desconexión que me mantuvieron interceptado del 7 de marzo hasta el 9 de abril de 2018.
En lugar de reconocer el error, de excluir las llamadas ilegalmente interceptadas, tratan, sin mínima razón, de forzar la justificación como que a mí también me hubieran investigado por el Cartel de la Toga, y que me desconectaron cuando se dieron cuenta que no era así.
¡Qué horror, qué sesgo para condenarme!” (Octubre 10)
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* Publicados en su cuenta de X (@AlvaroUribeVel).