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Juan David Escobar Valencia                                                                                  

El cálculo renal es algo que uno desea que salga lo más pronto posible, mientras que la pagada del impuesto de renta de este año es algo que uno no quiere que salga de su bolsillo.

Las semanas anteriores fueron difíciles, pero especialmente dolorosas por dos razones: un cálculo renal negado a transitar a la vejiga y el pago del impuesto de renta. ¿Cuál más doloroso? Analicemos cada uno.

Dicen que los cálculos renales son el parto de los hombres. Sin duda que es doloroso, pero esa bobada seguro se la inventó un hombre porque nosotros no tenemos ni idea del dolor que implica un parto. La omnisapiente naturaleza tenía claro desde siempre que la reproducción no podía quedar en manos de los ellos, quejumbrosos y delicados, y por eso le entregó, sin preguntar, el asunto a las ellas, el sexo verdaderamente fuerte. Si la gestación hubiese sido responsabilidad masculina, en el mejor de los casos la especie humana habría quedado limitada a ser un organismo celular básico con la mitosis como mecanismo para no desaparecer

También dicen que solo hay dos cosas seguras en la vida, la muerte y los impuestos. Yo creo que hay que agregar otra: tener que coexistir con idiotas con aspiraciones. Nunca había pagado tantos impuestos, y no me gané ninguna lotería o cambié de puesto y salario. ¿Cuántos daños más tendrá que hacer José Antonio Ocampo para que dejen de nombrarlo ministro de Hacienda y sigan calificándolo como un economista destacado? ¿Acaso no han visto su lista de costosos fracasos?

Entonces ¿cuál me dolió más? Primero debo aclarar que entre las dos opciones hay una diferencia. El cálculo renal es algo que uno desea que salga lo más pronto posible, mientras que la pagada del impuesto de renta de este año es algo que uno no quiere que salga de su bolsillo. Los dos duelen mucho, pero si me toca elegir, creo que en esta ocasión fue la pagada del impuesto, no solo por el monto, gracias al Dr. Ocampo y los congresistas mercenarios, sino por el sufrimiento que conlleva saber que esa “vacuna oficial” será para un gobierno excepcionalmente inepto, corrupto y destructivo, que es lo típico del marxismo.

Si pudiera pedirle al cielo que me evitase alguno de estos dolores, como están inventados los analgésicos opioides, yo aceptaría un cuarto cálculo renal, y en cambio suplicaría a todos los dioses que, en caso que todavía haya elecciones en el 2026 la Registraduría y el software si cuenten bien los votos, al menos entre el 70 y 80% de los que por idiotez y/o ingenuidad votaron por el actual desgobierno, no lo hagan por: 1) ninguno de los “camaradas” y cabecillas que lo vayan a suceder, sino no se hace reelegir, 2) algún candidato que haya sido ministro o miembro del gobierno de Santos, gran responsable del fiasco que hoy tenemos en el poder, y menos aún si adicionalmente fue ministro en este gobierno, así sea de forma “controlada”; el que entendió, entendió, 3) alguno de esos que no se resignan a no ser presidentes de Colombia, navegantes de las aguas tibias y ninipolíticos que dicen, así sea mentira, que no son ni lo uno ni lo otro sino todo lo contrario.

07 de octubre de 2024

Publicado en Columnistas Nacionales

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