Sin ser abogado, debo recomendar estas columnas que nos dan clara idea de los alcances jurídicos de nuestra Constitución, las leyes y las sentencias, del Consejo de Estado y de la Corte Constitucional que lo inquietan: la de Jesús Vallejo http://javalmejia.blogspot.com/2024/09/la-constitucion-es-norma-suprema.html y la de Rafael Nieto https://lalinternaazul2.wordpress.com/2024/09/15/tres-mentiras-sobre-el-supuesto-golpe-de-estado/, en estas columnas, todo queda claro.
Toca ahora despertarnos: respeto, pero no comparto, los convenios de los fondos de pensiones y de los bancos acogiéndose al mal menor pensando en que les irá menos peor, no han mirado con detenimiento los acuerdos parecidos que se hicieron en Venezuela con Chávez y Maduro donde pueden verse las secuelas de a lo que de buena fe accedieron. No es buena idea hacer pactos con el diablo.
Lo mismo, mi buen amigo Luis Alfonso García, dice a los políticos refiriéndose a las figuras Moai de la Isla de Pascua: “Al observarlas se aprecian unas descomunales representaciones humanas ancladas en la tierra mirando impasibles el horizonte. Si me permiten dar rienda suelta a la imaginación, son fácilmente comparables con los desgastados cabecillas de nuestros partidos políticos: Anclados en el pasado, imperturbables ante los acontecimientos que inciden en el presente y futuro del país, insensibles ante los llamados de una desesperada población”.
Lo de Petro no es locura, en medio de una situación desesperada reacciona como fiera enjaulada, es parte de su estrategia mordaz y lo vuelve más peligroso, no se parará en pelos, buscará salidas, por tenebrosas que parezcan: la Constitución, las sentencias, las leyes, las Cortes y el Congreso son un estorbo que quiere pasarse por la faja, como dice la canción, “Si nos dejan…”.
El Rincón de Dios
“No se nos vaya a olvidar que la Madre dulce del corazón traspasado hace como dos mil años nos decía que solo el amor “dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes”; que no se nos olvide que el amor cura los dolores con el bálsamo de la esperanza”. Pbro. Diego Uribe Castrillón
