No tardaron, bendito sea Dios, las reacciones de protesta contra semejante exabrupto. Menciono algunas de esas reacciones. Monseñor José Ignacio Munilla, Obispo de Orihuela-Alicante, reflexionó sobre ese hecho aberrante no solo en un comentario escrito sino en su homilía de este domingo 28 de julio; destacó el prelado la dimensión de auténtica y sacrílega blasfemia que tuvo la farsa, e invitó a hacer gestos y actos de desagravio. La Conferencia Episcopal de Francia, se pronunció de modo inequívoco; reconociendo que en la ceremonia hubo cosas bellas, lamentó que hubiese también “una promoción continuada de la ideología LGBTI” y que se hubiera “humillado los sentimientos de los cristianos, al simular la Última Cena con drag queen y travestis…” y que “la ceremonia hubiera incluido, desafortunadamente, escenas de irrisión y burla del cristianismo”
Varios Obispos de los Estados Unidos ha manifestado también su repudio a la infamia. Elon Musk, propietario de la red social Twitter, califica la burda escenificación como “extremadamente irrespetuosa”. Viktor Orbán, primer ministro de Hungría, afirmó que esa ridícula actuación “refleja la decadencia y desintegración de Occidente”. El escritor y filósofo Miguel Quintana Paz, ante la altisonante declaración:” Esto es Francia”, del presidente Macron, le dio un enfático mentís, así: “No, lo de anoche no es Francia, sino su decadencia, que tú capitaneas como su degenerado en jefe”. Y Luis Ventoso afirmó en El Debate: “En su afán de ser originales, convirtieron la ceremonia inaugural en un tostón de aroma woke, estúpida mofa del cristianismo”. Hay un portal, — Peticiones Católicas— que está recogiendo firmas para exigir al COI (Comité Olímpico Internacional) que pida perdón por las ofensas y que el hecho tenga consecuencias…
Se han alzado y siguen alzándose, pues, voces de protesta y reclamo ante la procaz vulgaridad con que se nos ofendió en el acto inaugural de los Olímpicos. Y yo no dejo de preguntarme: ¿Y aquí?… ¿Quién, entre nuestros pensadores, periodistas, dirigentes, pastores, se ha erguido para protestar?… Se nos ofende, se escarnecen nuestros valores religiosos y morales, y somos perros mudos. ¡Qué pesar!
* Mario García Isaza, c.m. Ibagué.