“En algún momento en los próximos años -nadie sabe exactamente cuándo- tres satélites de la Nasa, cada uno tan pesado como un elefante, se apagarán. Algunos expertos hablan de unos cinco años”.
“Ya están a la deriva, perdiendo altura poco a poco. Han estado observando el planeta durante más de dos décadas, mucho más de lo que nadie esperaba, ayudándonos a pronosticar el clima, a gestionar los incendios forestales, a monitorear los derrames de petróleo y más. Pero la edad los está afectando y pronto enviarán sus últimas transmisiones y comenzarán su lenta y final caída sobre la Tierra”.
“Es un momento que los científicos temen. Cuando se apaguen los tres orbitadores conocidos como Terra, Aqua y Aura, gran parte de los datos que han estado recopilando desaparecerán con ellos y los satélites más nuevos no los reemplazarán. Los investigadores tendrán que depender de fuentes alternativas que podrían satisfacer o no satisfacer totalmente sus necesidades para continuar con sus registros”.
“Perder estos datos resulta ser irremplazable será, simplemente, trágico”, afirmó Susan Solomon, química atmosférica del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). “Justo cuando el planeta más necesita que nos concentremos en comprender cómo nos afecta el clima y cómo lo estamos perturbando, parece que estamos dormidos al volante en forma desastrosa. La estratosfera es el área principal de estudio que estamos perdiendo de vista por ser el importante hogar de la capa de ozono”.
“Un instrumento en Aura, su sonda de microondas nos brinda la mejor línea de visión del drama entre las partículas de ozono que se forman y se destruyen cuando interactúan con gases de orígenes naturales y con otros presentes allí, gracias a nosotros, concluyó Ross J. Salawitch, científico atmosférico de la Universidad de Maryland”.
“Si no se desconectara tan pronto, Aura también podría desentrañar un gran misterio, dijo el doctor Salawitch: “El espesor de la capa de ozono sobre las regiones pobladas del hemisferio norte, el cual poco ha cambiado, porque ya debería estar recuperándose, mas no lo está”.
“El fin de Terra y Agua afectará la forma como se monitorea otro factor clave en nuestro clima: cuánta radiación solar recibe, absorbe y rebota desde el planeta hacia el espacio. El desequilibrio entre ellas determina cuánto se calienta o enfría la Tierra. Y para entenderlo, los científicos de la Nasa utilizan los instrumentos del Sistema de Nubes o Energía Radiante de la Tierra, conocido por la sigla Ceres”.
“El científico de la Nasa, Norman G. Loeb, director de Ceres, informó que tanto él como otros miembros de la entidad están trabajando en una flota de instrumentos más livianos para continuar con sus mediciones sobre el equilibrio energético de la Tierra. Pero para que tales tecnologías sean útiles, concluyó él, tendrán éstas que comenzar a volar antes de que se apaguen los orbitadores actuales”.