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Carlos Salas Silva   

Merece mayor atención la valerosa acción política del pueblo venezolano que significó la realización de unas verdaderas elecciones dentro de una dictadura enemiga de las libertades democráticas que, muy especialmente para los colombianos, debería ser un ejemplo a seguir cuando lo que tenemos es el germen de las desgracias padecidas por nuestros hermanos venezolanos a quienes les costó más de dos décadas asumir la solución, por ellos mismos, de su tragedia, lo que les puede significar la salida del régimen opresor.

Unas primarias hechas por encima de las amenazas del régimen, de la persecución sistemática a los miembros de la comisión de primarias y a las personas del pueblo que ofrecían sus hogares para que fuesen centros de votación, por encima de una censura absoluta, de la intervención de los buscadores pretendiendo impedir que la gente conociera su lugar de votación como también afectar el conteo de los votos. Una dictadura que no pudo imponer su régimen de terror porque fueron sobrepasados por los acontecimientos y por una coyuntura internacional que les impidió actuar impunemente como en el pasado cuando reprimieron a sangre y fuego las manifestaciones estudiantiles que habrían tumbado a la dictadura si no hubiese habido una traidora intervención del Vaticano y una mirada complaciente y cobarde, si no cómplice, del mundo y particularmente, para nuestra deshonra, de los países hermanos.

María Corina Machado, la heroica mujer que se diferencia en mucho a otros líderes de la oposición que bastantes daños hicieron en el pasado, se impuso con más de dos millones y medio de votos, un porcentaje superior al 90% que cayó la boca de todos los escépticos, califica todo el proceso, que desembocó en unas primarias realizadas contra viento y marea el día 22 de 0ctubre pasado, de hazaña histórica: “Esto es una lucha que va mucho más allá de una elección convencional. Para los venezolanos esto se ha convertido en una lucha existencial y hasta espiritual y por eso la gente sale y se abraza, llora, reza, canta”. Fue un movimiento cívico que supera las corruptas elecciones que se realizan bajo el disfraz de la democracia por todas partes del planeta, pero muy enconadamente en nuestros países.

¿A qué viene el cuento? Está muy bien que Venezuela quiera justamente zafarse del yugo de la genocida dictadura y lo esté logrando. Pero no olvidemos que nosotros corremos un inmenso riesgo y es hora de tomar cartas en el asunto, así como los venezolanos, sin CNN, ni registraduría, ni políticos de esos que se autodenominan de oposición y no hacen un carajo, implementemos un plebiscito con una sencilla pregunta: ¿Quiere que Petro siga en el poder? ¿Si o No?

¿Será que necesitaremos veinte años de opresión para reaccionar? Ya sabemos de los inmensos peligros que significa mantener al mequetrefe en el poder, tanto así que hasta millones de los que votaron por él lo han abandonado como quedó en evidencia en las elecciones regionales. Podemos evitarnos tanto dolor y comenzar a enderezar el rumbo para poder ver un futuro promisorio como los venezolanos se lo han propuesto ahora.

Hay que añadir que la coyuntura internacional puede estar a favor nuestro. La postura velada de Petro en apoyo al terrorismo de Hamás es consecuente con sus antecedentes criminales, pero también con la injerencia de Hezbolá y el gobierno de Irán en la región. Ya hace ocho años que el periodista del ABC de España denunció la presencia de Hezbolá en Venezuela y su expansión a Colombia. Ese proceso no se ha detenido, pero sí que ha quedado en la sombra gracias a la complicidad de los gobiernos respectivos y financiado por el narcotráfico. Dice Blasco que “el narcotráfico no lo hacen las mafias, sino que está amparado y puesto en marcha desde arriba y promovido por los resortes del estado”. El periodista ya había puesto el dedo en la llaga al decir: “En los sueños bolivarianos falta Colombia. Entonces Chávez diseña la ayuda a las FARC y va implicando gente del ejército para que Venezuela sea la salida de la droga colombiana”.

Con Petro y sus aliados de la región apoyando a Hamás las cosas se le pueden poner color de hormiga y es un factor que juega a nuestro favor si nos empecinamos como los venezolanos en salir del régimen.

KienyKe

 
Publicado en Columnistas Nacionales

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