Pues bien, “El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, está preocupado porque el yuan chino pueda desplazar al dólar estadounidense como moneda de reserva mundial…Su advertencia proviene de que China, Rusia, India y Brasil, puedan usar el yuan para transacciones de productos básicos y como reserva de valor, naciones estas cuatro caracterizadas por devaluar con frecuencia sus monedas”.
“El dólar estadounidense es, con mucho, la moneda más negociada en el mercado de divisas, según el Banco de Pagos Internacionales. En abril de 2022 se usó para el 88% de todas las transacciones realizadas en el mundo…Para que una moneda se considere como dinero debe funcionar a la par como un depósito de valor y como medio universal de intercambio”.
“El euro, el yen japonés y la libra esterlina siguieron siendo la segunda, la tercera y la cuarta divisas más negociadas. En abril de 2022 participó el euro con el 30,5% de todas las transacciones. El yen japonés y la libra esterlina participaron con el 17% y el 13%. La moneda china, cuyo nombre completo es renminbi-yuan, participó con el 7% y presentó el mayor incremento anual en su participación al saltar desde el 4% que alcanzó en 2019. Su 7% se considera desproporcionadamente bajo en comparación con el tamaño de la economía china en el contexto global”.
“Hoy en día, no hay alternativa para el dólar estadounidense como moneda de reserva mundial debido a: su mercado financiero abierto y flexible; a su libertad para el movimiento de capitales; a su seguridad jurídica y a su condición de refugio en tiempos de incertidumbre como lo demostró una vez más en 2022”.
“El atractivo del yuan como moneda mundial se encuentra gravemente obstaculizado por los controles de capital y por la fijación del precio de su moneda por el Banco Popular de China. Absolutamente imposible pretender tener una moneda de reserva global con controles de capital”.
“Ningún inversionista o empresa global desea una moneda cuya tasa de cambio sea fijada por el banco central de acuerdo con un supuesto procedimiento de estabilidad que acepte un valor flotante para dicha tasa. El mismo problema afecta al rublo ruso. Cuestionable les resultan a los inversores los controles de capital en países con sistemas políticos poco ejemplares”.
Y aquí viene la censura de Lacalle para Estados Unidos: “Estados Unidos cometerá un suicidio si continúa creyendo que puede hacer cuanto quiera, transfiriendo sus desequilibrios fiscales y monetarios al resto del mundo, erosionando el poder adquisitivo del dólar, a través de la monetización de sus deudas y de sus déficits, esto es, empleando instrumentos que están destruyendo su moneda. Radica la única forma en que pueden las monedas fiduciarias conservar su estatus en que el mundo pueda continuar teniendo fe en ellas”.