En noviembre del año pasado la desfavorabilidad de Petro de los colombianos entre los 18 y los 32 años era del 21%, y aumentó al 41%. El 61% considera que Petro no ha cumplido las promesas de campaña, y el 65% no se siente representado por este gobierno. El gobierno no le cumplió a los jóvenes.
La política del Gobierno Duque de pagar el 25% del salario a los empresarios que contrataran jóvenes fue exitoso. Se beneficiaron más de 12 mil jóvenes. Esto se suma a la matrícula gratuita para los estratos 1, 2 y 3 en universidades públicas. El gobierno Petro decidió seguir con estas dos políticas. Sin embargo, son insuficientes. La articulación entre el sector privado, el sector educativo y los jóvenes sigue siendo baja.
De las universidades se gradúan jóvenes con habilidades que el sector privado no necesita. Esto se ve reflejado en la productividad y los salarios. El 72,6% de recién graduados están ganando entre 1 y 4 salarios mínimos mensuales vigentes. Pero cerca del 30% de los graduados gana entre 1 y 1,5 salarios mínimos cuando un empleo que no requiere estudios universitarios pueden estar ganando el mismo salario.
La calidad de la educación superior también es baja. De las 298 instituciones de educación superior, solo 89 cuentan con acreditación de alta calidad. Y el enganche a las universidades es complicado. En muchas regiones del país puede salir más rentable unirse a grupos ilegales que apostarle a una universidad. Colombia este año podría llegar a las 300 mil hectáreas de coca y a los 20 mil hombres en armas. La inseguridad en el país está en aumento, con mayor financiación para criminales, y un aumento del reclutamiento.
Y los jóvenes saben de este riesgo. La encuesta de Cifras y Conceptos reveló que el primer problema que afecta a los jóvenes es la “inseguridad de las calles” seguido por la falta de empleo. El 45% de los jóvenes espera que los candidatos a las regionales de octubre hablen sobre soluciones de seguridad.
Habilidades que antes se consideraban como valor agregado hoy son básicas. El bilingüismo y la programación deberían ser inherentes a cualquier bachiller. Hoy ni los universitarios tienen estas habilidades.
Mi proyecto de “Bono Escolar” que hoy cursa en el congreso busca avanzar en la educación de calidad en los jóvenes. Niños, niñas y adolescentes que se encuentran en la pobreza podrán estudiar en los mejores colegios del país sin pagar un solo peso.
El gobierno debe avanzar en estas políticas y en una coordinación con el sector privado que tanto desprecian. La reforma laboral no ayudará a los jóvenes, es una reforma en contra de todo aquel que busque un nuevo empleo, y más aún, su primer empleo. Este gobierno si no cambia el rumbo seguirá condenando a los jóvenes al desempleo.
Colombia tiene que ser un país donde los jóvenes encuentren su futuro, un país de oportunidades y optimista. La semana entrante me referiré a las chuzadas. Lo sombrío riñe con el país que queremos. Pero me parece que hoy todos debiéramos estar pensando en tener un sueño común y hacer algo para construirlo.