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Juan David Escobar Valencia

La semana anterior prometí ampliar el tema de la creciente probabilidad de un incidente con armas nucleares. Dije que la duda no era si un incidente de ese tipo pudiera darse, ni siquiera dónde sería más probable, sino cuándo.

¿Por qué las probabilidades han aumentado? La carrera nuclear armamentista se desarrolló durante la Guerra Fría, en la que “todo” estaba subordinado a los intereses de las dos superpotencias. Esta guerra, a pesar de lo demencial, desarrolló un modelo que pretendía evitar una confrontación nuclear, así los medios para lograrlo parecían contradecirlo. Ninguna superpotencia quería una guerra así porque sabían que era absurda, y por eso la infraestructura nuclear se configuró bajo el principio disuasivo de la “Destrucción Mutua Asegurada”. Cuando la tecnología nuclear se hizo menos exclusiva y otros accedieron a ella, las superpotencias decidieron, y además tenían cómo hacerlo, monopolizarla con la política de “No Proliferación” nuclear. Más avanzada esta guerra, el esfuerzo fue hacia una “Limitación” de armamento nuclear, pues no tenía sentido seguir acumulando armas si con las existentes podían destruir el mundo varias veces; y más al final iniciaron los acuerdos de “Reducción” de armas nucleares.

Terminada la guerra, el ganador no veía necesidad de inyectar más recursos en ello y el perdedor no tuvo con qué hacerlo durante mucho tiempo. Pero en los últimos años han cambiado las circunstancias, especialmente porque ya no hay un modelo de poder global que controle todo, y quien antes podía hacerlo ahora no quiere, y tal vez ya no pueda si quisiera.

Pero ahora, además de no haber un “policía global”, la tecnología para hacer una bomba y lanzarla exitosamente, aunque lo segundo es más difícil que lo primero, es más accesible, así no venga incluida en la “cajita feliz” de las hamburguesas. El conocimiento y capacidad para ello puede contratarse o recibirse a cambio de favores. Sin nadie que controle y con facilidades para construir un programa nuclear armamentista nacional, los riesgos de incidentes nucleares, no una guerra global, han aumentado y seguirían aumentando.

Cuando un poderoso considere que una guerra convencional puede alargarse y ello restrinja el cumplimiento de objetivos mayores, sabe que una acción nuclear localizada sería una “opción”. Y el que no es poderoso, que normalmente opta por ser al menos “peligroso”, también los sabe.

Así no pueda descartarse, no creo que sea Putin todavía un ejemplo del primer tipo. Las probabilidades de una carrera y futuros incidentes nucleares estarían más enfocadas en el Medio Oriente en donde: hay enemigos enconados (Irán vs. Arabia Saudita) o “temporalmente” socios, (Arabia Saudita-Israel vs. Irán); EE.UU. pareciera no querer y necesitar involucrarse como antes; y Rusia quisiera que “pasara algo” porque eso le da un grado de libertad para sus otros propósitos. Cuando nadie garantiza que dos niños no peleen, apenas puedan, lo harán. En la región Indo-Pacífica, también hay actores poderosos antagónicos (China vs. India), potencias en auge con riesgos de fracasar (China), y débiles peligrosos, (Norcorea, Pakistán), que en circunstancias apremiantes no descartarían usar armas atómicas de manera localizada.

https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 6 de Febrero de 2023.

Publicado en Columnistas Nacionales

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