Quienes ahora más que gobernar vienen a vengarse, son los que antes no declaraban en público ser marxistas, y por eso se disfrazaron con el eufemístico término de “progresistas”. Pero ahora sin razón para seguir en el closet ideológico, no temen ser vistos como lo que siempre negaron en público ser, y desde sus sillas ministeriales amedrentan periodistas, empresarios y directivos de organizaciones, sustentados bajo el falso supuesto que las leyes anteriores a ellos son equívocas e injustas y por ello desde ahora solo se hará lo que ellos digan.
Desde los primeros días empezaron a mostrar sus garras y el deseo contenido de imponer el totalitarismo estatal en el país, especialmente desde las sillas ministeriales en Interior, Hacienda, Educación, Justicia, Agricultura, Defensa, etc., desde 2023 será muy claro el propósito, típico de los marxistas, de destruir el sector privado y lo privado, e imponer la dictadura de lo público.
Puede que no se haga, por ahora, a la fuerza y desapareciendo física y legalmente a las instituciones privadas y sus directivos, sino debilitándolas, empobreciéndolas y haciéndolas inviables, hasta el punto que cuando no puedan físicamente cumplir sus funciones y/o no valgan nada en la bolsa, con la disculpa que no sirven porque son privadas, serán reemplazadas inmediatamente, al mejor estilo Mazucattiano, por las “siempre eficientes y libres de corrupción”, instituciones estatales.
Puede que esto se presente desde principios del 23, o esperen haber obtenido los triunfos en las elecciones regionales de ese año, en asocio con los operadores políticos propios y los mercenarios del Partido Liberal, la U y el Partido Conservador, a quienes también van a desechar y destruir apenas no los necesiten, y veremos el ataque aniquilador a los sistemas privados de salud, pensiones, energía y educación, especialmente la universitaria. El verdadero amante del monopolio no es el capitalismo, es el marxismo que no tolera la competencia porque con ella la ineficiencia propia de los estatistas queda en evidencia. Si el comunismo, que detesta la institucionalidad privada y lo privado, de verdad funcionara, creara riqueza y empleo sostenible y ambientalmente responsable, no hubiera fracasado consistentemente en todas partes y la gente hubiera salido masiva y decididamente a defenderlo, lo que nunca ocurrió.
Si existe alguna incertidumbre no es qué quieren hacer, sino cuándo. ¡Vienen por todo lo privado, incluso la propiedad! Después no digan que no sabían, o que yo, como dicen los mal equipados mentalmente, es que soy muy “pesimista”
https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 4 de diciembre de 2022.