Facebook

     SiteLock

Última hora
Los paragestores de paz - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:06
Intervención Foro Cd sobre energía - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:04
Petro va por CC y Registraduría - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:02
La idea de “justicia” de Petro - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:01
Gobierno necesita aprender mucho - Miércoles, 20 Noviembre 2024 03:34

Pedro Aja Castaño   

Toda persona instruida debería saber cuándo una cosa está demostrada y cuándo no; cómo investigar y analizar el planteamiento que enfrenta y buscar las soluciones, cómo referirse eficazmente al mismo ante las demás personas y cómo contribuir a una discusión de problemas de interés común.

William Norwood Brigance

La vida transparente e inspiradora que todos queremos hace parte de la salud mental que comienza por no arredrarse ante las dificultades para pensar bien. A ese valioso objetivo contribuyó el Profesor Brigance quien   fue un maestro, erudito y  líder de la  Speech Association of America y profesor de Wabash College.

Mediante sus libros de texto les enseñó a generaciones de estudiantes universitarios y de secundaria,   cómo ser más efectivos al hablar  para plantear y solucionar problemas. Y a pesar de que hoy la civilización ha avanzado mucho,  mediante la ciencia y la tecnología, su principal problema es una falta de comunicación efectiva y profunda que mueva las conciencias.  Todo se reduce a información.

Ahora bien, ¿por qué y cómo influyó el Profesor Brigance en sus estudiantes, además de hacerlo con sus libros, clases y escritos? Porque al convivir con ellos, estos   se fijaban en su personalidad y cómo influía en sus vidas;  la reacción de su auditorio y sus colegas; si era fácil o no detectar sus ideas principales; cuales eran los motivos que le impulsaban a hablar, ser profesor, compartir con la comunidad educativa; su credibilidad; qué pensaba el profesor sobre la naturaleza humana; su modo de expresión y preparación y cómo se entregaba a su auditorio en la expresión de sus ideas. ESTE PROFESOR FUE UN EJEMPLO DE TRANSPARENCIA Y AUTENTICIDAD.

Y como si Brigance les hubiera hablado al oído a Vicky Dávila,  el Profesor Wasserman y  a Ricardo Silva Romero,  el 15 de octubre de este año publicó Semana una separata importante: EDUCACIÓN  - CERRAR LA BRECHA El Mayor Reto del País. Es un trabajo loable, meritorio, inspirador. Abre la edición una conversación entre el Profesor Moisés Wasserman y Cecilia María Vélez White, dos expertos en el tema educativo.

 

Por su parte la Revista Credencial publicó LA HUELLA DE UN BUEN DOCENTE  por Ricardo silva Romero y LOS DILEMAS DEL PROFESOR WASSERMAN  que se le presentan al comparar  los datos científicos y las posiciones ideológicas. A su vez,  El Tiempo publicó el viernes 14 de octubre NOBELES A LO IMPOSIBLE del Profesor Wasserman.

Estas coincidencias de intelectuales de prestigio a través de importantes medios de difusión, direccionan la sabiduría  educativa hacia  nuestro   escenario cultural y político más dado a OCURRENCIAS  que crean olas de opinión sin un sustento claro de por qué proponen lo que se les viene a la cabeza, y no mediante las recomendaciones que hacía el Profesor Brigance, que es una práctica generalizada en la élite académica y política de prestigio y calidad.

Debido a lo anterior proponen el profesor y la exministra de educación  al país que nos preocupemos por APRENDER A PENSAR,  y cómo sería la mejor manera de transmitir esa enseñanza.

Por mi parte les propondría  respetuosamente al Profesor Wasserman y la Dra. Cecilia María Vélez  que le sugirieran al actual Ministro de Educación que incorporara dentro de los programas de formación de docentes y en los currículos escolares de primaria y bachillerato,  a IDENTIFICAR LOS ERRORES DE PENSAMIENTOS O FALACIAS de la vida diaria y cómo se toman decisiones equivocadas para, de esa manera, motivar a profesores y estudiantes, a interesarse en esa habilidad de manera seria.

Porque el lío es que aprendemos y usamos  falacias sin darnos cuenta, lo que crea inmensos problemas con  decisiones equivocadas que de ello se derivan, ya que las falacias también se dan en todas las ciencias, la política  y actividades humanas.

Doy un ejemplo conocido por todos. Juan Manuel Santos y las FARC ‘creyeron,’ sin  constatar por qué habían fallado los intentos anteriores, que un Acuerdo de Paz solucionaría el problema de la ‘violencia política’  que no se diferencia mucho de la inseguridad ciudadana.

Si se analiza el documento de 310 páginas, no desde un punto de vista político, sino desde la comunicación eficaz y científica motivadora, ¿qué errores metodológicos y estratégicos se cometieron en  la implementación y funcionamiento del ‘diálogo’, la redacción del documento, y el direccionamiento de la opinión para su apoyo?

¿Se han estudiado los posibles errores de interpretación que le ha dado la opinión pública colombiana y por qué? Lo mismo valdría para la opinión internacional. ¿Qué errores se pueden detectar en la identificación real de los problemas del país, además de la interpretación subversiva? ¿Cuántas de las múltiples falacias o errores de pensamiento se han comprobado? Etc.

De hecho,  muchas comunidades están permeadas de FALACIAS CULTURALES que se esgrimen como dogmas inapelables, sencillamente porque están orientadas a objetivos diferentes. Me explico; la misma lógica que se utiliza para crear un ACUERDO DE PAZ se la utiliza para DESTRUIRLO.  La diferencia la establece la INTENCIÓN, buena, mala, desinformada, equivocada, subversiva del USUARIO. ¿Cómo se forma una intención, una actitud, buena hacia un asunto? Ese es el meollo.   Pero profundicemos la cuestión.

Los seres humanos nacemos todos con diferentes grados de inteligencia. La sociedad puede ayudarnos a aumentar o decrecer esa habilidad. Pero debemos tomar la decisión consciente de APRENDER A PENSAR para mejorar nuestra capacidad innata. Ejemplo: nacemos con músculos y sabemos pelear por instinto; pero el físico culturismo y las artes marciales pueden incrementar, mejorar y afinar esas características  innatas. Así la educación académica mejora la inteligencia, pero la identificación de falacias mejora nuestra capacidad de reconocer la verdad de lo que aprendemos. ¿Por qué debemos aprender a pensar y argumentar?

Mi experiencia personal. Nací inteligente de padres inteligentes; pero tuve que aprender a pensar. Primero en el colegio, después en la universidad; todavía  sigo haciéndolo  al escribir, leer buenos libros, pensar la vida  y criticar lo que se escribe sobre el tema que me interesa.

No fui a Harvard, pero los profesores William H. Burton, Roland B. Kimball y Richard L. Wing, profesores de la Escuela de Leyes se dieron cuenta de que  en Harvard se recibía a la gente más rica e inteligente de los Estados Unidos, pero tenían un problema muy serio: ¡NO SABÍAN PENSAR RACIONALMENTE Y CON EFICACIA PARA LOGRAR OBJETIVOS!

Para resolver el problema  escribieron  EDUCATION FOR EFFECTIVE THNKING que publicaron en 1960. Me encontré con su traducción, HACIA UN PENSAMIENTO EFICAZ, allá en los años 70,   y junto con la Biblia se convirtieron en mis dos  libros de cabecera. El pensamiento eficaz de la antigüedad hoy se llama sabiduría y con ella aprendí a pensar.

Porque una cosa es comunicarse en el ambiente de familia;  otra cosa es hacerlo en el escenario profesional, o entre amigos. Pero el escenario más difícil es el político  porque  genera una GUERRA CULTURAL entre múltiples pareceres que quieren imponerse a las buenas o las malas. Ahora bien,  sucede que cuando no hay argumentos racionales, sino caprichos u ocurrencias, se impone una dictadura de opinión o la de  las armas para sostener la ocurrencia del mandatario de turno.

Por otra parte, muchas   personas inteligentes  argumentan. Pero… lo hacen desde una  postura emocional,  o ACTITUD.  De ahí que en el ambiente cultural, político, social, profesional,  personal o familiar   se pueda llegar a debatir con un torpe intelectual que cree tener la razón;  un petulante; un deshonesto intelectual; alguien lleno de prejuicios; una persona increíblemente crédula o un incrédulo a morir; o el consumidor de estupideces; el desentendido, el indeciso, el perezoso o afanado, etc.

Además,  esas personas pueden tener  alguna o ninguna  idea de lo que es un  problema; no saben lo que son las hipótesis o pruebas; no saben llegar a conclusiones, etc. Es decir, por esas carencias o modos de ser, a diario nos encontramos con ACTITUDES PELIGROSAS   que les cuesta la vida a muchos, en las guerras mundiales, locales o tribales; o en la  cotidianidad de   las pequeñas trampas del tráfico, lo que se nos ha hecho normal.

Pero ilustremos con un ejemplo trágico. Juan Esteban Alzate fue asesinado de dos puñaladas en el pecho  por Gustavo Adolfo Agamez. Era un joven de 15  años que viajaba en el Transmilenio de Bogotá el sábado 8 de octubre en las horas de la noche. Agamez enfrenta 58 años de cárcel. Su abogado dice que no tenía intención de matarlo.

Dice la madre de la víctima: “todo inició en la estación de Ricaurte cuando mi hijo, sin querer,  le pisó la chancla y esta persona le dijo que tenía que arrodillarse y pedirle perdón, a lo que mi hijo se negó.” El tipo fue encarcelado ‘por representar un peligro para la sociedad’, pero si queremos saber por qué lo es, además de enviarlo al psiquiatra, deberíamos tener en cuenta que el asesinato fue el resultado de un CONJUNTO DE ACTITUDES NEGATIVAS  que hubieran podido ser neutralizadas con una buena formación en casa y el colegio.   A continuación describo  en paréntesis la actitud y la solución.

  1. El asesino es cobarde (actitud negativa indicativo de baja autoestima) y  por eso se arma. (Solución: enseñarle valentía y control con las artes marciales. Aumenta su autoestima.)
  2.  Es petulante (Actitud o posición emocional deplorable con la que se gana la crítica destructiva del otro.) (Enseñarle humildad, con lo que se vuelve una persona realista y considerada.)
  3. Posiblemente tenga prejuicios (Actitud peligrosa y cotidiana que genera problemas.) (Solución: enseñarle a razonar  sobre las diferencias.)
  4. No le importan las consecuencias de lo que hace (Actitud estúpida que puede costarle la vida.) (Enseñarle mediante las consecuencias de TODAS  las malas decisiones, pues  cuando se juntan varias puede surgir un delincuente.)
  5. No respeta la sociedad porque mata frente a todos (Actitud delincuencial de alto costo.) (Enseñarle mediante una visita a la cárcel. Esto se llama terapia  de choque y se utiliza con jóvenes en Estados Unidos.)
  6. Los asesinos reverencian las armas; las quieren, les dan nombres (Hacerle ver que las armas terminan siendo dueñas de ellos; los hombres  que las  exhiben quizá quieran sustituir una ilusoria virilidad. Además, un valiente conoce y asume el miedo; al enfrentarlo, lo vence.)
  7. El abogado pretende manipular emocionalmente (Actitud de engaño). (Enseñarle honestidad intelectual.)

Si analizamos ese cotidiano escenario, muchas carencias se hacen evidentes. La de la inteligencia emocional; la falta de  habilidad lingüística; saber reconocer nuestras emociones peligrosas,  las de los otros, y saber controlarlas; tener persistencia en la actitud correcta de no agresión, confianza en la habilidad para resolver problemas.  Sin embargo, lo anterior, aunque doloroso es sencillo. Porque todas esas actitudes pueden conducir a ciertos líderes o miembros importantes de la clase política  a que planteen o tomen decisiones  estúpidas que pueden dañar  a un país.

De ahí  que la verdadera educación involucraría  a toda la sociedad y consistiría, no  en cerrar una ‘brecha’ abstracta, sino cruzar varios puentes para resolver problemas mediante el pragmatismo o la verdad. Un puente sería el que la razón y la verdad le puedan tender   a la ignorancia y la mentira; el otro podría ser el  que la compasión y el amor  se ocupen de la indiferencia ante el mal. Y uno que no se puede aplazar, si queremos salvar al planeta, sería el puente en el   que un nivel superior de realidad le hiciera ver  a  su hermano menor, el hombre de nuestros días,  la verdad y comprensión para que no se ufane de su máximo logro: la ciencia y la tecnología que pueden destruirlo al igual que salvarlo.

Como se puede ver, es ‘normal’  en la sociedad dar rienda suelta a un descontrol emocional por cualquier estupidez. ¿Qué sucede? Después de que la barbaridad ocurre la sociedad se vuelve inteligente y piensa, clasifica, juzga, condena. ¿Qué falta aquí? Inteligencia emocional y moral que debe inculcarse ANTES DE  que las cosas ocurran.

Pero, afortunadamente,  existe también el diálogo educado de la cultura Ese dialogo se plantea mediante preguntas que buscan relacionar los  diferentes mundos en que vivimos.  Un ejemplo. Si el meollo de la discusión parte de las ciencias humanas, una pregunta vinculante con el mundo de la religión sería: ¿Puede probar la ciencia que la mente podría  existir sin el cuerpo; o cómo lo probaría  la religión dando a conocer una nueva dimensión de la fe? Y si el meollo fueran las matemáticas, podríamos preguntar: ¿Las verdades matemáticas existen en la ‘mente’ de Dios? Etc.

Sin embargo,  estos planteamientos no hay que tomarlos como  abstracciones, sino como hipótesis de trabajo para descubrir otras realidades,  tangibles e intangibles que podrán recibir diferentes nombres. Y todos esos puentes concluirían  en un puente común; el que la democracia, el civismo y la cultura de lo bueno  le tiendan una mano  a la mentalidad totalitaria inspirada en el mal. Esa educación sería la verdadera, la que nos ayudaría  a realizar el sueño de todos: SALVAR A LA HUMANIDAD DE NOSOTROS MISMOS.

Por eso sucede que, a veces, nuestra conciencia se ilumina con una comprensión  transparente, significativa, que nos permite discernir en nosotros y los otros, lo ficticio, lo real; lo verdaderamente bueno; y lo significativamente malo vestido de galas. Puede ser una persona, una situación,  un supuesto dilema. Algunos lo llaman el instante perfecto, la trascendencia de lo cotidiano, la realización, el DESPERTAR que a veces transforma a una persona que aprende a identificar la transparencia de los otros, o su ausencia.

No importa que nombre tenga ese momento atesórelo, vívalo. Lo necesitará para discernir lo que actualmente ocurre en  el país  porque un gobierno transparente da información clara, comprensible, sin adornos innecesarios que puedan generar dudas. Ser transparente es hablar claro con nuestros interlocutores, mirándolos a los ojos, expresar la verdad siendo objetivos.

Un gobierno así nos trasciende, nos une, porque no busca nada para sí, sino el bien común, y no satisfacer una ideología o poner a prueba la del otro, A ese gobierno se le respeta y admira. Pero nuestra realidad actual está lejos de ese escenario ideal. Empecemos a trabajar en el asunto.

 
Publicado en Columnistas Nacionales

Compartir

Opinión

Nuestras Redes