La atroz invasión rusa tiene y tendrá como víctimas directas a los ucranianos, incluso a quienes se sienten rusos y tienen nuevo pasaporte. Pero como la guerra no será corta, no podemos circunscribir sus efectos a Ucrania, tanto los debidos propiamente a la invasión como los ocasionados por los objetivos de su promotor, Putin.
La guerra será larga y fea por: la incompetencia, la falta de entrenamiento, el equipamiento obsoleto del ejército ruso, la valentía e ingenio de los ucranianos, la información estratégica suministrada por EE. UU., el apoyo armamentístico de Occidente, el que, lastimosamente, sería cada día menor; y por las opciones y limitaciones políticas que tienen el presidente ruso y el ucraniano.
Dicha prolongación favorecería a Rusia, que tiene masa para resistir más tiempo que Ucrania, quien depende del interés de Occidente de ayudarla, el que, probablemente, irá reduciéndose a medida que los efectos secundarios de las acciones para castigar a Rusia se sientan más en los europeos del común, que serán solidarios hasta que las molestias les resulten insoportables.
Putin no tiene ningún interés en reducir los efectos que para Europa tiene esta guerra. Al contrario. Necesita que sufra porque, para él, la culpable real de la intolerable rebeldía ucraniana es más esa Europa que detesta, así sea su principal cliente, que el espíritu de independencia y libertad ucraniano. Si la guerra se alarga, más sufrirán los europeos, pagando alimentos y combustibles costosos. Más inconformidad entre las gentes y sus gobiernos que no terminan de resolver los efectos de la pandemia. A pesar de la reacción inicial de unidad europea en torno a la Otan y las sanciones a Rusia, con el tiempo la probabilidad de consenso será menor y hasta disputas en el interior de la Unión Europea serán probables, pues no todos sentirán los mismos dolores ni en la misma proporción.
La crisis energética que enfrentará Europa hará retroceder avances logrados por esta asociación. Alemania tomó la decisión de volver al carbón, porque la transición energética no se consolidará pronto como dicen los “verdes”. Incluso tendrían que comprarle energía a Inglaterra, a quien han fustigado porque osó retirarse de la unión. Las posturas y pasados diferentes de los miembros de la Europa ampliada también tendrían implicaciones para la seguridad europea. Lituania, que no gusta de los rusos, cerró el ferrocarril que conecta a Rusia con su enclave en el Báltico, Kaliningrado. Rusia no tiene cómo invadir a Lituania, pero el riesgo de los ataques cibernéticos y los misiles rusos que desde allí apuntan a Europa crecerá .
https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 11 de julio de 2022.