Se oye decir con frecuencia que no se justifica hablar hoy de reindustrialización, porque es insensato pensar en que pueda competir Colombia con Gran Bretaña, Alemania, Estados Unidos… países que nos llevan 200 o más años de ventaja en su producción industrial, que nosotros debemos dedicarnos a la agricultura, en especial.
Pero no pocos colombianos nos preguntamos: ¿Cómo explicar el éxito del intervencionismo y de las políticas industriales de los gobiernos que forjaron el milagro asiático en Singapur, Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán en los años 60 y 90?
Más difícil considero explicar que, años más tarde, consiguieran industrializarse otros países del Sudeste Asiático, empleando recetas similares, a saber: Malasia, Tailandia, Indonesia y Vietnam.
Otra consideración importante radica en mencionar que Colombia es un país donde más del 70% de su población habita en grandes ciudades y de nuevo cabe preguntar: ¿Es posible darles empleos dignos a estos ciudadanos en algo diferente de sus industrias? Entendiendo por industrias las tradicionales, más la impresión 3D, la robótica, la inteligencia artificial, el internet de las cosas, la realidad aumentada, los Big Data y los sistemas de integración.
Sanjaya Lall, catedrático de la Universidad de Oxford, argumentó: “la industrialización es el motor del desarrollo, del cambio estructural y de la modernización”. El reconocido economista de la Universidad de Cambridge, Ho Joon, dijo: “la Historia nos demuestra repetidamente que el elemento más importante para distinguir los países ricos de los pobres es su capacidad de producción manufacturera, porque las tasas de crecimiento de las manufacturas superan las tasas tanto de la agricultura como de los servicios”.
Fareed Zakaria, periodista de CNN y del Washington Post escribió en la revista Time en febrero de 2012: “Soy profundamente escéptico sobre la política industrial liderada por los gobiernos. Sin embargo, cuando observo las realidades de China, Corea del Sur, Alemania y Japón, concluyo que sus gobiernos han jugado un rol crucial. Las teorías sobre las políticas para industrializar los países no tienen mucha lógica; pero resulta difícil argumentar contra sus resultados”.
Proviene hoy el obstáculo para copiar de nuevo los éxitos de los países aludidos de la falta de instrumentos legales para suavizar la globalización y su libre comercio, caracterizado este por sus competencias desleales, por sus acuerdos comerciales redactados para que los pobres importen y los ricos exporten, por su comercio con grandes subsidios para sus exportadores y con monedas súper devaluadas, tanto que les permiten a los ricos exportar a precios inferiores o cercanos a sus costos de producción.