Otras opiniones
Tomás Castrillón O.
Entendiendo que según la RAE, CAMBIO es la acción y efecto de cambiar y, a su vez, CAMBIAR es “Poner una cosa o una persona en el lugar o puesto de otra”, es claro que en las cuestiones de la política se tiene la realidad de los cambios permanentes (la “dinámica” que llaman), sin necesidad de estar hablando de revoluciones o golpes de estado, además, es claro que los CAMBIOS futuros se deberán a las gestiones y comportamientos actuales, por lo que siempre es bueno recordar la historia de la población de Fuenteovejuna (Fuente Obejuna) de la obra de Lope de Vega, donde se narra la suerte que corre un gobernante muy ruin, despótico y abusador de la paciencia de su pueblo. ¡Lo defenestraron muy “radicalmente”!, Juanito. (Defenestrar es según la RAE: “Destituir o expulsar a alguien de un puesto o cargo”.
Rafael Rodríguez-Jaraba*
No existe tributo que origine más restricción, distorsión e inflación, que el Arancel de Aduanas; creado durante el reinado del sombrío Felipe II de España, con el fin de halagar a pocos, perjudicar a todos y nutrir las arcas raquíticas de su reino.
María Andrea Nieto
Nunca antes en la historia reciente del país un presidente había dado tantas muestras de pretender acabar con el sistema de pesos y contrapesos y sustituir a los poderes públicos de forma tan agresiva.
Tomás Castrillón O.
Desde épocas lejanas, las comunidades suelen exclamar la frase: “¡LO QUE FALTABA!” para referirse a hechos inaceptables e inverosímiles. También se suele decir que: “Se está tocando fondo”, cuando gracias a la pérdida de los valores y principios lo mismo que la del respeto a las instituciones y las leyes, resulta que: ¡ya no hay el tal “fondo”! También, y en Colombia específicamente, ha venido ocurriendo con mayor frecuencia cada vez, la presencia de acontecimientos que eran “imposibles de ocurrir sino fuera porque ya ocurrieron”. Ante este panorama, surge la inquietud relacionada con lo que ha de venir en el futuro, es decir: ¡LO QUE FALTA!
Los Irreverentes (Editorial)
El de alias ‘Ñeñe’ Hernández es un caso típico de una crisis mal manejada. Todo fue fruto de una invención de un abogado de medio pelo y de un periodista reconocido por venderse al mejor postor. De la nada, y sin evidencias judiciales de ninguna naturaleza, inventaron una historia que le ha sido de gran valor a la extrema izquierda en su propósito de criminalizar a sus opositores, particularmente al expresidente Iván Duque
Rafael Rodríguez-Jaraba*
Con profunda tristeza y pesar, leí la semana anterior, la columna quincenal de Alfredo Carvajal Sinisterra, en la que anunció su decisión de abandonar el oficio de columnista del periódico El País de Cali, según él, para dejar el campo libre para las nuevas generaciones.