
Rafael Nieto Loaiza
Rafael Nieto Loaiza
La reacción de Petro y Benedetti a su incontestable derrota en el Senado demuestra su talante antidemocrático y las verdaderas intenciones de la consulta populista. Primero, acusaron a la Mesa Directiva de fraude. Después, propusieron la realización de cabildos abiertos y movilizaciones en la calle. Finalmente, anunciaron que presentarían de nueva la consulta al Senado.
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La decisión de la Corte Suprema de ordenar la captura de Iván Name y Andrés Calle, expresidentes del Senado y la Cámara, por “aceptar indebidamente dineros públicos de la UNGRD, para impulsar o no oponerse al trámite de las reformas [del gobierno en el Congreso]” es la confirmación por parte del más alto tribunal de lo que ya se sabía: que ministros y otros altos funcionarios de Presidencia ordenaron usar dineros del Estado para comprar a los congresistas, que para eso se saqueó la UNGRD y que el objetivo fue facilitar el trámite de los proyectos gubernamentales en el Parlamento.
Rafael Nieto Loaiza
Las movilizaciones de la izquierda el primero de mayo fueron muy pobres. Según el mismo MinInterior, apenas 65 mil personas participaron en todo el país, lejísimos de los diez millones por los que clamaba Petro. El grueso, además, fletados con nuestros impuestos: indígenas, sindicalistas del Estado, funcionarios públicos y contratistas. No hay que comerle cuento al bocón: su capacidad de convocatoria a las calles está muy mermada. Eso que llama “pueblo" no le marcha, aunque los pequeños grupos arrendados sigan disciplinados mientras se mantenga el pago del alquiler.
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La Casa de Nariño convertida en un muladar, un estercolero de corrupción, droga y vulgaridad. Todo junto y al mismo tiempo.
Rafael Nieto Loaiza
Son muchos quienes consideran que la polarización es un mal contemporáneo que hace daño a la sociedad y agravia la democracia. Mi lectura es más benévola. La polarización es propia de la sociedad democrática y una expresión de la heterogeneidad que le es consustantiva. La polarización solo es posible en democracia. En los regímenes autoritarios los gobiernos buscan la uniformidad, la identidad única, la similitud de todos. Las voces discordantes, los diferentes, los disidentes, son apartados, estigmatizados, perseguidos para someterlos a la horma común o, si tal cosa fuera imposible, aislados por la cárcel o el destierro o, peor, eliminados.
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Con escándalo de corrupción por semana en el gobierno y con los innumerables disparates y babosadas que Petro dice un día si y el otro también, para la oposición es un desafío ir más allá de la crítica. Algunas declaraciones, como la de traer gas por cables eléctricos desde Panamá, solo ponen de manifiesto el petardo que tenemos como jefe del gobierno. Otras, sin embargo, como la diatriba contra el Consejo de Estado por prohibirle abusar de la televisión privada y los canales regionales, son muy peligrosas para la democracia y el estado de derecho.
Rafael Nieto Loaiza
No soy trumpista. Nunca lo he sido. Aunque comparto su antiwokismo y su posición contra el terrorismo islamista, no me gustan sus formas, el papel de matón del barrio, el exceso de cercanía a las grandes corporaciones que prefigura una plutocracia, los riesgos de sus declaraciones y actitudes para la democracia norteamericana. Me causan enorme preocupación su política exterior, las concesiones y complacencias con Putin, las falsas acusaciones contra Zelensky y Ucrania y su confusión entre víctimas de la invasión y victimario, las amenazas de anexar por la fuerza Groenlandia y el canal de Panamá, el tratamiento despectivo a Canadá como un estado más de la unión americana, el distanciamiento de los aliados tradicionales. Dirán que es parte de una estrategia de negociación, pero aún si lo fuera, que es dudoso, lo cierto es que con Trump Estados Unidos ha dejado de ser el adalid de la defensa de la democracia y la libertad en el mundo, la columna vertebral de los valores de Occidente. Una verdadera tragedia.
Rafael Nieto Loaiza
"En Colombia existen ocho conflictos armados no internacionales. Tres de ellos son entre el Estado colombiano y los siguientes grupos armados, respectivamente: el Ejército de Liberación Nacional (ELN), las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y las antiguas FARC-EP, actualmente no acogidas al Acuerdo de Paz. Los otros cinco conflictos son entre grupos armados no estatales: uno, entre el ELN y las AGC; los cuatro restantes entre las antiguas FARC-EP y 1) la Segunda Marquetalia, 2) los Comandos de Frontera - Ejército Bolivariano, 3) el ELN y 4) las AGC”, sostuvo el Comité Internacional de la Cruz Roja en su Balance Humanitario 2024 sobre nuestro país.