1- Un foro como el consejo de seguridad de las Naciones Unidas no es para sacar a relucir la ropa sucia de querellas internas.
Cuando Petro va a decir allí, no lo que está haciendo por La Paz sino lo que según él no hicieron sus antecesores, está quebrantando una regla de oro de la buena diplomacia: a saber, que esta no es para echarle “vainazos” a gobiernos anteriores sino para informar lo qué está haciendo el gobierno en ejercicio.
Esta táctica del espejo retrovisor interno puede ser aplaudida por una parte de la galería doméstica pero no lo será ciertamente por un foro como el consejo de seguridad que, entre otras cosas, ha colaborado inmensamente en el seguimiento de los procesos de Paz colombianos.
2- “Que Colombia está ahorcada financieramente para cumplir con los acuerdos firmados en 2016”, fue el segundo mensaje llevado por el presidente colombiano a la ONU.
Esto, en primer lugar, no es cierto; y si hay atrasos en su implementación a quien le corresponde subsanarlos es al gobierno actual: no a los anteriores.
Pero, además: si lo que se buscaba era movilizar más ayuda internacional para La Paz de Colombia ese propósito se desperdició. Lo que debió haberse hecho era desplegar una política “constructiva” en vez de utilizar un innecesario tono “camorrista “. Que además de inútil muy probablemente caerá en el vacío
En síntesis:
El lenguaje pugnaz al que se ha acostumbrado el actual gobierno colombiano a utilizar contra todos sus contradictores internos, no es el leguaje apropiado para un foro como las Naciones Unidas.
En la diplomacia internacional cuando se quiere realmente obtener resultados positivos y concretos en vez de buscar efímeros resultados retóricos, las formas y los tonos resultan a menudo mucho más importantes que los contenidos mismos.
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Ir a pedirle las Naciones Unidas que le quite a Colombia el diferencial (spread) sobre los créditos que toma en el mercado internacional para financiar La Paz es una enorme ingenuidad, que naturalmente no terminará en nada por dos razones:
Una, porque las Naciones Unidas ni ponen ni quitan primas sobre los créditos que un país determinado contrae en el mercado de crédito, y
Segundo, porque el concepto de diferencial es algo asociado a la percepción de riesgo que los acreedores tengan sobre un país en un momento determinado.
Si los diferenciales de Colombia están altos es porque se considera que prestarle a Colombia envuelve -hoy en día -un riesgo alto, mayor que el de otros países de la región.
Si el gobierno quiere que bajen los diferenciales de nuestro endeudamiento (lo cual es una aspiración respetable), debería preguntarse más bien y corregir los factores objetivos que están llevando a que la comunidad financiera internacional considere como Un riesgo alto prestarle a Colombia..
* Publicado en su cuenta de X (@RestrepoJCamilo) el 11 de julio de 2024.