Facebook

     SiteLock

Última hora
Petro y el progreso - Miércoles, 25 Septiembre 2024 03:54
Reforma a la Salud confirma estatización y retroceso - Miércoles, 25 Septiembre 2024 03:51
Salir a las calles - Miércoles, 25 Septiembre 2024 03:47
El oso del año y el bobo del siglo - Miércoles, 25 Septiembre 2024 03:45

Álvaro Ramírez González          

A medida que a Petro se le van cerrando los caminos legales y constitucionales para gobernar, ha desarrollado un juego muy brusco para imponer sus decisiones.

La manera temeraria, burda e ilegal como se aprobó la reforma pensional muestra a las claras el perfil brusco y abusivo del gobierno.

Esa izquierda que reclamaba derechos y respeto a las minorías y a la oposición, hoy desde el poder, se los pone de ruana.

Es un régimen que no escucha al pueblo, ni atiende sus peticiones.

Camina al son de las ocurrencias del primer mandatario.

Y llega a las provincias ansiosas de la mano generosa del gobierno central, es a echarse unos discursos dogmáticos, y desarticulados de la situación local.

Y todos quedan desconcertados.

Es un régimen con un claro perfil dictatorial.

¿Y eso que produce en la gente?

Pues una relación de sentimientos que se van escalonando hacia la desesperanza, y también a la rabia.

Yo solo trato de interpretar de la manera más objetiva todos los mensajes que por miles recibo de mis lectores.

Y también de entender a todos mis colegas columnistas que hacen un trabajo equivalente.

En temas de seguridad, por ejemplo, veo que la complacencia del gobierno Petro con los grupos terroristas, es correspondida con ataques y masacres a las FFAA.

El gobierno ya desarmado, y con unas FFAA desmoralizadas está perdiendo cada día más la guerra.

Al tiempo que un ministro pendejón y ladino, reclama estas derrotas como triunfos del gobierno.

Toda acción genera su reacción y la conformación espontánea de grupos de autodefensa, está en evolución; es inevitable, y en crecimiento.

“La gente se tiene que defender si el Estado no lo hace.”

Eso dice la gente en todos los mensajes.

Pero las cosas van más allá.

La desesperación de la gente con toda esta caótica situación que es degenerativa, plantea que dos años más de este régimen son insostenibles, invivibles.

Al tiempo que el mandatario empieza a desarrollar una extraña política de una constituyente que no tiene que pasar por el Congreso, donde sería derrotada.

Y con la cual, Gustavo Petro, elimina la prohibición constitucional de reelección, para quedarse en el poder.

Petro juró el 7 de Agosto del 2022, cumplir la Constitución y la ley.

Y hoy se las quiere poner de ruana y a su medida para instalar igual que en Venezuela, una dictadura sin fin.

El general Zapateiro, le dijo hace poco al presidente, que “¡si usted no va a respetar la Constitución, yo se la haré respetar!”

¿Qué hay detrás de una amenaza tan fuerte?

Nunca antes ha habido un malestar tan grande en las FFAA, con un presidente.

Descabezó de manera brutal la cúpula militar. Sacar 70 altos mandos es una masacre, sin antecedentes en la historia del país.

Detrás de la cual solo había el propósito de debilitarlas.

Al tiempo que los grupos terroristas amigos de Petro, crecen exponencialmente sin una fuerza equivalente que los contenga.

Lo de Zapateiro es apenas la punta del iceberg de un ruido de sables.

Nunca antes como ahora en la fuerza de la reserva y en la gente, he percibido el pedido urgente de un golpe de Estado.

Que tumbe a Petro y convoque a elecciones de inmediato para que el mundo no mire ese acto como la instalación de una bota militar, sino como un régimen de transición muy corta para abrirse de nuevo a la democracia.

Tumbar un gobernante que no cumplió su juramento de cumplir la Constitución y la ley.

Eso de golpe de Estado son palabras muy fuertes que la gente nunca antes ni consideró ni mencionó para nada.

Los colombianos somos profundamente respetuosos de la democracia.

Pero ese juego abusivo y brusco del gobierno Petro, sumado al acelerado deterioro en la economía y los negocios a todo nivel, ha subido el tono del debate.

Y añádale la descarada ola de corrupción en el gobierno por la que nadie responde.

Ha llegado la gente incluso a decir y escribir que “es mejor un año de derramamiento de sangre, que una dictadura eterna como la de Venezuela.”

Petro ha calentado el debate y lo ha llevado a extremos muy peligrosos.

Tan peligrosos como que ya hay muchísima gente que no quiere que su mandato termine.

Y no hay ningún camino constitucional operando para que eso ocurra.

¡Solo la fuerza!

¡Madre mía!

Sobremesa:

Sigifredo Márquez, padre de Francia Márquez nuestra Vice, salió milagrosamente ileso de un duro atentado criminal de las FARC en Jamundí Valle del Cauca.

¡¡Va muy bien La Paz total!!

Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo.

Publicado en Otras opiniones

Compartir

Opinión

Nuestras Redes