4 destacadas personalidades del petrismo, en 4 circunstancias distintas, con 4 itinerarios vitales diferentes, protagonizaron, en la misma semana, 4 publicitados ‘shows’ que terminaron por golpear al Gobierno y a su coalición, dejando preocupaciones en sectores de la opinión pública sobre las aptitudes y capacidades de los nuevos dueños del poder para gestionar el cambio que prometieron. No todos son iguales.
‘Show’ n.º 1. El borracho
Ofensivo e insultante contra toda la policía, desplegando una inaceptable violencia verbal que denota, más allá de cualquier borrachera, un inmenso odio por los policías, el senador Álex Flórez pisoteó su investidura, su partido y su gobierno.
Quizás todavía bajo los efectos de lo que consumió, a la mañana siguiente le dijo a Néstor Morales, en ‘Mañanas Blu’, que a él no lo habían elegido para dar ejemplo, sino para legislar. ¡Qué vergüenza! ¡Qué indignación!
Ya cuando había puesto punto final a esta columna, veo que el senador colgó un video donde reconoce que tocó fondo con el alcohol, pide perdón y dice que ahora sí se someterá a un tratamiento. Algo es algo.
Si es cierto su arrepentimiento, ojalá hoy mismo tramite una licencia parlamentaria para apartarse de su curul mientras se recupera y se somete a un tratamiento serio de rehabilitación. En ese evento, propios y extraños deben rodear al senador y apoyarlo para que supere el infierno que debe estar viviendo.
‘Show’ n.º 2. La profe
Irene Vélez es una mujer honorable y estudiosa, investigadora, académica respetabilísima con carreras, maestrías y doctorados.
Su ‘show’ fue distinto. Es que la pusieron a bailar en una pista de hielo con patines de rueditas. La pusieron frente a una compleja cartera que requiere de conocimiento especializado del sector y experiencia práctica. Su extraña versión de la teoría del decrecimiento, su rol de profe regañona y su irrespeto para con los periodistas me llevan a pensar que ella, como en las cuñas de Davivienda, está en el lugar equivocado.
Ojalá no se perdiera para el sector público una mujer con sus conocimientos y aptitudes. Ojalá no la quemen ni le hagan daño al sector. Ella, el país y el Gobierno se la merecen en otro cargo.
‘Show’ n.º 3. El tribuno
Inteligente, preparado, orador florido, al ministro del Interior lo invadió el espíritu chocarrero de algún tribuno veintejuliero que lo condujo por los parajes nunca antes explorados de invitar a que la gente marche para pedir más impuestos.
Lo anterior no pasaría de ser una anécdota intrascendente, si no hubieran sido algunos de los simpatizantes de su jefe de hoy los que casi incendian el país para tumbar la reforma de Carrasquilla y Duque, a la que yo también me opuse con vehemencia, pero sin violencia, ni vandalización de propiedades públicas y privadas, ni ataques contra ciudadanos inocentes.
No escribiría estas líneas si no conociera de primera mano el talento y la capacidad política y jurídica de Alfonso Prada, y si no supiera lo peligroso que resulta que un dirigente con su importancia se acerque a los predios de la lucha de clases como herramienta para presionar en el Congreso la controvertida y controvertible reforma tributaria de los exorbitantes 25 billones. (A propósito, ¿por qué suma tan elevada e inadecuada en estos momentos? ¿Y de la austeridad y la lucha anticorrupción para ahorrar recursos, qué?).
Show n.º 4. La cantante
En pleno evento dentro del marco de Andicom, la talentosa Susana Boreal, hoy representante a la Cámara, hizo gala de sus dones y arrancó a interpretar, a capela y sin calentar la voz, una muy bella versión del ‘Ave María’.
Le llovieron críticas y memes. No las comparto. Aunque se habría podido disfrutar mejor en un teatro, la improvisada intervención de Susana es de lo mejor que he escuchado de boca de los honorables congresistas desde que inició la legislatura. Es más, respetuosamente sugeriría que en vez de muchos discursos absurdos en algunas sesiones del Congreso, le permitan cantar más a Susana. Sí. Que su ‘playlist’ esté siempre a mano. La democracia y nuestros oídos lo agradecerán. Por favor, Susana, nunca deje de cantar.
https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 4 de septiembre 2022.