Facebook

     SiteLock

Última hora
Los paragestores de paz - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:06
Intervención Foro Cd sobre energía - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:04
Petro va por CC y Registraduría - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:02
La idea de “justicia” de Petro - Miércoles, 20 Noviembre 2024 04:01
Gobierno necesita aprender mucho - Miércoles, 20 Noviembre 2024 03:34

Francisco Santos    

La lucha y el debate político hoy no son entre izquierda y derecha. Es entre libertad y tiranía.

Sin aún saber cómo va a terminar esta historia, lo que hasta ahora ha sucedido en Ucrania deja lecciones para un mundo distinto y para una democracia amenazada a nivel global.

El mundo de hoy ha cambiado. Los dictadores y las dictaduras utilizan las redes sociales para crear una narrativa que les facilita crear las condiciones para aventuras como la de Putin en Ucrania. Hoy en Rusia la mayoría de ciudadanos ven este conflicto como una amenaza de Estados Unidos y Occidente, sin entender las consecuencias que ello puede traer y eliminando cualquier oposición interna real a esta actitud ‘militarista’.

El mundo hoy tiene dos polos que se consolidan. El de las dictaduras con Rusia y China a la cabeza y el de las democracias con Estados Unidos y Europa que a pesar de su ambivalencia, producto de la libertad que defienden aún tienen la ventaja económica que les da un margen mayor de acción para enfrentar este tipo de acciones expansionistas.

La Pax Americana está en retroceso. Se puede criticar todo lo que quiera, y hay razones para ello, pero indudablemente le dio estabilidad al mundo, creó escenarios multilaterales para resolver grandes diferencias y les dio a países como Corea, Japón, Singapur y la Unión Europea la tranquilidad militar que les facilitó ser lo que son hoy.

En un mundo bipolar de dictaduras versus democracias, ¿quién suple ese vacío? Sin duda vamos a tener un mundo mucho más inestable, con consecuencias para todos.

Los precedentes incentivan a quienes tienen intenciones expansionistas y, como hemos visto en América Latina, el eje de las dictaduras tiene como principio la hegemonía. Las acciones de Putin en Georgia y en Crimea y la tibia reacción de Occidente incentivaron, sin duda, lo que hoy sucede en Ucrania. Como termine este evento va a marcar las próximas décadas y la suerte de países como los del Báltico, de la antigua Cortina de Hierro y, sin duda, Taiwán. No podemos ni debemos descartar el peligro que corren las democracias de nuestro continente, que se ha convertido, y cada día más, en epicentro de esta batalla geopolítica en este nuevo mundo bipolar.

El eje de las dictaduras entiende las debilidades de la democracia y sabe cómo explotarlas. La creación de narrativas falsas en redes sociales, la manipulación de amplios sectores de la población con una historia manipulada y mentirosa de la democracia y sus logros han generado –y América Latina de nuevo es el ejemplo– un sentimiento contrario a la libertad que les abrió espacio, y les abrirá cada vez más, al populismo y a las dictaduras.

¿Qué hacer? Las democracias no se defienden solas. Todos los que creemos en ella, por más imperfecta que sea, debemos jugárnosla para contrarrestar esa narrativa falaz y contar la verdadera historia de la democracia y sus éxitos. La pasividad y pensar que votar cada 2 o 4 años es suficiente ya no basta. Empresarios, periodistas, políticos, sociedad civil debemos asumir esa defensa. Crear una narrativa real y divulgarla en cada rincón todos los días es una necesidad urgente.

Cuba en 60 años no ha construido nada. Venezuela, el país más rico de la región, arruinada en 20. Argentina, otra de las naciones más ricas del continente, al borde de la quiebra. Hay que dejar la tibieza con esos países y su discurso y mostrar esa realidad en toda su dimensión. Crear una narrativa real sobre el desastre de esas dictaduras o del populismo es igualmente necesario. Pero no para las élites, para todos los ciudadanos.

Y en términos internacionales, ser parte del club de las democracias debe tener beneficios económicos reales. Y no serlo, castigos serios. Así como Estados Unidos creó la Alianza para el Progreso durante la Guerra Fría, hoy Occidente necesita modernizar ese concepto para defender las democracias. En el mensaje, en las condiciones de intercambio comercial, de migración y de inversión.

El mundo de la posguerra está llegando a su final. La lucha y el debate político hoy no son entre izquierda y derecha. Es entre libertad y tiranía. De todos es menester defender lo primero para no caer en lo segundo.

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 24 de febrero de 2022.

Publicado en Otras opiniones

Compartir

Opinión

Nuestras Redes