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María Isabel Rueda 

Las consultas, en el sistema electoral colombiano, llegaron para quedarse.

Desde que se comenzaron a organizar las coaliciones, la entrante campaña presidencial se volvió más interesante. Antes solo teníamos a Petro hablando solo. Ahora surgen dos interesantes grupos políticos que aglutinan a personas de diversos partidos, y que van a crear excitación política alrededor de las tales consultas de marzo, en la búsqueda del candidato único de cada grupo.

Al hecho de que no hubiera armado su propia consulta con Cambio Radical y otros aliados, muchos atribuyen que en las últimas elecciones, Germán Vargas Lleras hubiera perdido “momentum”, hasta sufrir una fuerte derrota. Porque mientras él esperaba a que arrancara formalmente la campaña calentando motores, los demás, que sí participaron en consultas, hacía rato que estaban en ello, y ya habían accedido a financiación, a publicidad televisada y hasta a permisos para grandes manifestaciones. Las consultas, en el sistema electoral colombiano, llegaron para quedarse. Son una forma de salirles al paso a las limitaciones lógicas impuestas sobre las campañas, para que no sean tan largas y por consiguiente no cuesten tanto. Mientras en otros países las campañas son muy cortas, aquí, a punta de consultas, las alargamos. Por eso el año entrante el motor electoral se prenderá muy temprano.

La pregunta es cómo comparar la Coalición de la Esperanza, hoy llamada Centro Esperanza, con la que se llamaba Coalición de la Experiencia, hoy Equipo por Colombia. Los analistas simplificaron el camino de recordación de sus nombres refiriéndose simplemente a ellas como la coalición de centroizquierda y la de centroderecha.

En un comienzo, la principal diferencia que se adjudicaban los primeros sobre los segundos es que la Experiencia la integraban personas “ex” que ya gobernaron en los últimos años. Pero resulta que también pululan los “ex” en la de la Esperanza, donde hay desde exvicepresidentes, exministros, excongresistas hasta exalcaldes y exgobernadores. O sea, también han gobernado en el pasado. Sostener que esa era la ventaja que los primeros tenían sobre los segundos no aguantaba. Entonces, dejaron de acusarlos de ser “ex”. Y hoy el Centro Esperanza señala más bien que la diferencia radica principalmente en que mientras sus integrantes buscan a toda costa un cambio, los del Equipo por Colombia son continuistas, porque les gusta el actual gobierno.

Luego hoy la principal diferencia ideológica entre las dos coaliciones se reduce a que en el Centro Esperanza quieren derrotar todo aquello que Duque, y por supuesto Uribe, propongan o representen en materia política. Mientras en contraste, dicen ellos, los de la Experiencia o Equipo por Colombia no quieren cambiar nada.

¿Cuál de las dos coaliciones arranca con mejor ventaja?

Haciendo cuentas, con base en resultados anteriores obtenidos en previas incursiones políticas de sus miembros, la Experiencia o Equipo por Colombia podría arrancar poniendo entre 4 y medio y 5 millones de votos como cuota inicial. Calculando por encimita, Peñalosa aportaría unos 800.000 votos; Dilian, hasta 500.000; Char, un millón; Barguil, entre 800.000 y un millón; Fico, entre 1’200.000 y 1’300.000. A Juan Carlos Echeverry dejémoslo entre paréntesis, porque es buen candidato pero por ahora desconocido.

Mientras que las cuentas en la Centro Esperanza serían así: Alejandro Gaviria pondría entre 500.000 y 700.000; Cristo, 300.000; Galán, un millón; Robledo, no menos de 500.000; Fajardo, 1 millón. Al candidato ‘verde’, el exgobernador de Boyacá Carlos Amaya, no me atrevo a apostarle, porque los ‘verdes’ están ultradivididos. Y muchos de ellos irán a votar en la consulta de Petro. Eso, por encima, suma 3 millones larguitos de votos, lo que en principio le da una cómoda ventaja a la Experiencia en las consultas de marzo.

Pero en ambas coaliciones quedan abiertas incógnitas. La del Equipo por Colombia es no solo cuándo entrará Óscar Iván, sino incluso si finalmente lo hará. Aunque mermado, el uribismo tiene fieles seguidores, y pone sus votos. Las incógnitas del Centro Esperanza son si Petro hace consulta al tiempo, lo cual le mordería algunos de sus votantes. Y qué pasará con Ingrid, porque si entra de candidata, y pone por ejemplo 500.000 votos, se los tendría que quitar a alguien de la coalición.

De lo anterior se deduce que entre la centroderecha, del Equipo por Colombia, y la centroizquierda, del Centro Esperanza, por lo menos por ahora, pinta que va ganando la primera. Con Petro o sin Petro, las elecciones que vienen se polarizarán nuevamente entre derecha e izquierda, así la palabra de moda sea ‘centro’, que, a estas alturas, nadie sabe todavía eso con qué se come.

Entre tanto... ¿Y qué pasa si no viene Biden?

https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 04 de diciembre de 2021.

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