Se confirma el ingreso de Álex Char al grupo brevemente conocido como la ‘Coalición de la Experiencia’ y ahora oficialmente bautizado ‘Equipo por Colombia’. La noticia sorprendió a más de uno que daba por hecho que Char no aspiraría a la presidencia. Y más sorpresivo aún fue que lo hiciera como independiente, lo que quiere decir que debe apurarse: tiene hasta el 13 de diciembre para conseguir las 580.000 firmas que necesita para inscribirse.
Ahora, si alguien puede conseguirlas, es él. El anuncio de su precandidatura fue el martes 16 de noviembre. Cuatro días después, iba yo pasando por Ciénaga, Magdalena, y ya estaban pintando un mural que decía ‘Álex Char Presidente 2022-2026’, sobre un fondo color rosado neón. Al día siguiente ya había gente con camisetas del mismo tono inconfundible. Fue como si el exalcalde barranquillero hubiera activado un ‘switch’ y zas: puso en marcha esa cosa que llamamos ‘maquinaria’.
Char no es el único que la tiene. También tienen maquinaria sus coequiperos David Barguil y Dilian Francisca Toro. Gracias a esas organizaciones políticas, y a una mayor concreción y arrojo en la toma de decisiones, el equipo de centroderecha le está sacando ventaja, por ahora, a la Coalición de la Esperanza, de centroizquierda. Esta se ha extraviado lidiando con la definición de sus reglas de juego y la invitación, o no, a Alejandro Gaviria y la fuga anunciada de muchos ‘verdes’ anfibios, que tienen un pie en la Coalición y otro en el Pacto Histórico, de Gustavo Petro.
Todas las encuestas lo dicen: la mayoría de la gente no sabe por quién votar. Petro puntea en los sondeos, pero es un candidato harto derrotable. Su favorabilidad, que no es definitiva mientras no tenga un competidor concreto, parece haberse estancado en un techo de unos veinte y pico puntos porcentuales, un resultado poco brillante para alguien que lleva más de 15 años de proselitismo permanente. Últimamente ha optado por lanzar propuestas peregrinas: dice que hay que imprimir billetes para combatir la pobreza, que hay que controlar el precio de los arriendos, que Ecopetrol debe dejar de buscar petróleo, que impondrá aranceles (a la Trump) para proteger el agro, que hay que comprarle las fincas a Uribe, etc. La gente, que no es boba ni ignorante, comienza a inquietarse. Colombia quiere progreso, no aventurismo.
Y la llegada de Char al Equipo por Colombia es otra amenaza al Pacto Histórico. Petro tiene respaldo en la costa Caribe, pero la popularidad de Char y su posicionamiento en el ‘top-of-mind’ costeño harán que su mera presencia en las consultas de marzo le reste votos a la consulta petrista, ya que los electores solo pueden votar en una de ellas, y la Coalición de la Esperanza es débil en la Costa. La consulta del Pacto Histórico es ficticia: el candidato será Petro, sí o sí. El verdadero objetivo de ese simulacro es dar un ‘coup de théâtre’: producir un titular ventajoso al día siguiente que hable de millones de votos y le imprima un impulso a la campaña. Pero si los titulares del día siguiente dicen que el Equipo por Colombia o la Coalición sacaron más votos, serán otros quienes se beneficien de ese impulso, que bien puede alcanzar para llegar a la segunda vuelta.
La pregunta que muchos se hacen es si Char está realmente interesado en la presidencia o si su precandidatura es solo una jugada táctica para debilitar a Petro. Y, de ser lo segundo, ¿qué pasa si a Char “se la va la mano” y le va tan bien que acaba ganando en marzo? ¿Está preparado el barranquillero para aspirar a ser el primer presidente costeño en más de un siglo?
Eso solo lo sabe él. Pero como me dijo alguien de su círculo a quien le pregunté: “Uno no hace un esfuerzo así de grande para aspirar solo a un trofeo de participación”.
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https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 27 de noviembre de 2021.