La mafia fue la gran beneficiaria de esa determinación de Gaviria la cual es profundamente contradictoria, pues en los cultivos lícitos como el arroz, el sorgo, el trigo, el maíz y demás, aún continúa utilizándose el glifosato pues es el producto que registra mayores niveles de eficacia contra las plagas. ¿Entonces el glifosato produce cáncer cuando se utiliza para eliminar la coca, pero no cuando se utiliza en las plantaciones de alimentos de consumo humano? Gaviria jamás ha podido absolver ese interrogante con argumentos incontrovertibles.
En una reciente entrevista con la revista Semana, Gaviria volvió a dejar en evidencia su falta de coherencia y su bajísima capacidad política. Al preguntársele por el peligro que encarna el candidato socialcomunista Gustavo Petro, el exrector de la universidad de los Andes respondió: “no me gusta decir que [Petro] es un peligro, no me gusta decir que tiene las manos manchadas de sangres, lo respeto éticamente, respeto algunas de las cosas que ha hecho y creo que, en lugar de infundir miedo sobre esa opción, la responsabilidad que tenemos es derrotarlo en el ámbito de las ideas”.
Enseña la teoría que el respeto trae consigo el aprecio o el reconocimiento hacia una persona. En concreto, el respeto es considerado como uno de los valores morales de los seres humanos. ¿Cómo respetar a una persona que cometió delitos de lesa humanidad y que nunca respondió ni pidió perdón por los mismos? Bueno sería que Alejandro Gaviria que se presenta a si mismo como el “moralizador” de la política criolla les contara a sus seguidores cuáles son las cosas que respeta de Gustavo Petro. ¿Acaso será el capítulo de las bolsas cargadas con fajos de dinero? ¿O la promoción de la violencia urbana que se ha registrado en los últimos meses a través de la estructura ilegal denominada ‘Primera Línea’? También es posible que Gaviria sienta especial devoción por las personas que rodean a Petro, como el brutal Gustavo Bolívar, reconocido por sus estafas -que han llevado a dos personas al suicidio- y por la promoción de la violencia.
Desde su lanzamiento a la presidencia, Alejandro Gaviria ha dado bandazos. Hace afirmaciones y luego recula. Alaba a alguien y luego se arrepiente. Pacta alianzas con sectores políticos para después cambiar de opinión e irse con otros. No sabe qué quiere ni cuál es el camino a seguir. Por eso, no descarta, en una segunda vuelta, apoyar a Petro, a ese mismo por el que siente profundo “respeto ético”.
De lo que sí está seguro es de su filiación con el expresidente Santos, de su ateísmo y de sus experiencias con las drogas ilícitas, como la marihuana y el LCD. ¡Qué candidato tan ético!
@IrreverentesCol
https://www.losirreverentes.com/, Bogotá, 21 de noviembre de 2021.