El ruido y la gritería muchas veces no nos dejan escuchar lo importante. Hace unos días el Ministerio de Minas y Energía publicó la ‘Hoja de ruta del hidrógeno de Colombia’, un documento de verdad importante, absolutamente crucial para la transición a sistemas energéticos más limpios, la construcción de una economía nueva, y el cumplimiento con los compromisos de los tratados internacionales para disminuir liberación de CO2. El ministro del ramo es un tipo serio.(Lea además: Para escoger candidato)
El hidrógeno es el primer elemento de la tabla periódica. No se encuentra libre porque reacciona muy fácilmente, especialmente con el oxígeno para dar agua y liberar una gran cantidad de energía. Eso lo hace un combustible ideal; infortunadamente, obtenerlo es costoso. Pero la tecnología progresa, y ahora va a tener un gran papel en la transición a la energía limpia.
Las tecnologías para producción de electricidad de fuentes renovables y limpias se han abaratado y mejorado en eficiencia. Pero hay obstáculos que ellas solas no pueden vencer. La energía solar se “cosecha” de día, no hay de noche; la del viento (eólica) solo cuando sopla brisa. Es necesario tener otras fuentes para asegurar suministro continuo de electricidad. Se están desarrollando mejores baterías para reservarla, pero aún están lejos. Una opción, muy buena, es producir hidrógeno con la energía adicional de las plantas solares y eólicas, mientras funcionan, y luego utilizarlo en generadoras térmicas, quemándolo en lugar de carbón, petróleo o gas. Eso permitiría, en principio, el suministro continuo de electricidad a partir de esas fuentes.
Ese suministro podría darlo también otra fuente, como la energía nuclear. Pero no basta, porque hay todavía muchas cosas que no podemos hacer solo con electricidad. Todavía no tenemos aviones eléctricos que vuelen doce horas con 300 pasajeros, ni flotas de tractomulas, mucho menos grandes barcos cargueros. Ahí el hidrógeno podría reemplazar con éxito a los combustibles tradicionales.
Algunos políticos hablan a veces de energía con contaminación cero. Nos engañan, o los engañaron a ellos, o son tan perezosos que les da jartera estudiar seriamente y hacer cálculos. Todo tiene un costo, y si bien es cierto que en su uso final el del hidrógeno es cercano a cero, en su producción no. Por eso le han puesto apellidos de acuerdo con su origen.
El hidrógeno gris es el producido químicamente a partir de combustibles fósiles; él libera carbono al ambiente. El azul también se produce de combustibles fósiles, especialmente del metano (CH4), pero está acoplado a sistemas que capturan gran parte del carbono resultante, evitando su liberación a la atmósfera. El hidrógeno verde es el que describí anteriormente, producido por fuentes renovables y es de muy baja contaminación (de gases invernadero). La idea, por supuesto, es producir principalmente este último.
La hoja de ruta que se menciona es un documento sesudo. Evalúa la potencialidad de Colombia para volverse autosuficiente y terminar exportándolo. Analiza la reducción del impacto ambiental que se lograría en diferentes etapas hasta el año 2050. Plantea los instrumentos regulatorios, jurídicos y financieros que serán necesarios para hacer realidad esa producción y para convertir al hidrógeno en un producto central de la economía y de nuestras exportaciones. Finalmente discute la necesidad de desplegar una infraestructura nueva y la de desarrollar tecnologías que necesariamente dependen de una sólida ciencia básica.
Es una hoja de ruta que va hasta el 2050. Como todo plan práctico y realista tendrá revisiones y ajustes periódicos. Ojalá tenga continuidad, y no nos pase como otras veces, que los gobiernos se sienten en la obligación de empezar de cero, con eternas hojas de ruta de Sísifo.
@mwassermannl
https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 07 de octubre de 2021.