De acuerdo con las últimas encuestas, son muchas las frustraciones que van quedando de la elección de los gobernadores y alcaldes provenientes de partidos y movimientos alternativos. Es una desalentadora noticia, porque la esperanza de la democracia local estaba fincada en opciones por fuera de los partidos tradicionales y este experimento tampoco dio frutos.
Un buen ejemplo de ello es lo que pasa con Carlos Caicedo, gobernador del departamento del Magdalena, recientemente enfrascado en una controversia nacional, luego de afirmar que salió del país por amenazas. Según el Gobierno viajó por vacaciones, y el periodista Gustavo Gómez demostró en ‘6AM Hoy por hoy’ que la versión oficial de la Gobernación es absolutamente contradictoria. Por este asunto la Procuraduría le acaba de abrir investigación.
Antes de su elección, Caicedo fue rector de la Universidad del Magdalena, donde su gestión fue muy controvertida. Al extremo de que, justo cuando viajó recientemente al exterior, su nombre fue vinculado directamente a los homicidios del estudiante Hugo Elías Maduro (2000) y del decano Roque Morelli (2002), ambos miembros de dicha comunidad académica, según declaraciones atribuidas al paramilitar sindicado de ser el autor material de estos asesinatos.
Posteriormente fue alcalde de Santa Marta, lo que le permitió consolidar su movimiento político Fuerza Ciudadana. Por esa gestión ha enfrentado investigaciones de todo tipo y, según información pública del año pasado, once bienes de su propiedad fueron objeto de incautación, con fines de extinción de dominio.
El problema para los ciudadanos del Magdalena es que Carlos Caicedo ha preferido consolidarse más como activista de izquierda que como gobernador. Basta verlo en las redes sociales como agitador, en las pasadas marchas. Recién posesionado anunció a los cuatro vientos que el Magdalena sería la punta de lanza experimental de un gobierno socialista. Por la misma época ofreció a Santa Marta para llevar a cabo, en el mes de mayo del 2020, el tercer encuentro del Grupo de Puebla, una organización fundada por los denominados “progresistas” de América Latina, para cultivar sus pasiones por el socialismo del siglo XXI y, claro, por Cuba y Venezuela. El encuentro resultó fallido por la pandemia.
Honrando sus anuncios, creó “comités populares para el empoderamiento del pueblo” y selló en La Habana, en febrero del año pasado, un convenio en materia de salud, educación y deporte. Habrá que ver sus resultados, porque estamos advertidos de que, gracias a este tipo de acuerdos, los países reciben cubanos que dedican buena parte de su tiempo al proselitismo ideológico.
Es decir, Caicedo les ha propuesto a sus gentes el modelo de miseria del vecindario. Y lo está cumpliendo. Al finalizar el año pasado, el PIB de los magdalenenses era apenas de 9,7 millones por habitante, muy por debajo de la media nacional (19,9). Ni qué hablar de la tasa de desempleo de Santa Marta para agosto (15,4 %), superior a la media nacional. Además, es enorme el contraste con la situación de sus ciudades hermanas, Barranquilla y Cartagena, que tienen las tasas de desempleo más bajas del país.
Y en salud las cosas no están mejor. En muchos indicadores que se siguen a nivel nacional, Caicedo se raja. Por ejemplo, en materia de la tasa de inmunización de la población infantil o en lo que tiene que ver con medicina preventiva frente a patologías propias de las mujeres. Y se trata de sectores poblacionales que deberían gozar de especial protección.
Ahora los magdalenenses se preguntan a qué regresó su gobernador: ¿a defenderse judicialmente, a gobernar o a continuar en su activismo político? Bueno saberlo.
Taponazo. En momentos en que crece la economía y baja el desempleo, la teoría recomienda estimular el gasto público para dejar atrás la recesión.
https://www.eltiempo.com/, Bogotá, 03 de octubre de 2021.