Lo grave de esto es que cualquier mentiroso puede amañar la historia a su gusto para conquistar las masas, como lo hace Gustavo Petro a diario, y como no se conoce la historia, ni aun la reciente, nadie lo desmiente.
“Un país que no conoce su historia está condenado a repetir sus errores”, ¡nada más cierto! Además de olvidar a nuestros héroes, los comunistas del siglo XXI tienen por propósito destruirlos. Inclusive, acabar con su memoria. Un ejemplo muy pertinente es la actual demolición del Monumento a los Héroes, a pesar de que es uno de los pocos con algún valor histórico en Bogotá.
Países más sensatos conservan lo que tiene algún significado para su historia. Aquí, con cualquier excusa, se destruyen los pocos que hay. Es fácil controlar a un pueblo ignorante al que se le alimenta con mentiras a diario; al que se le ha hecho creer que no tiene héroes que lo han defendido.
Eso ha ocurrido con los soldados de Colombia. Hoy, debido a los falsos positivos, una verdadera e imperdonable vergüenza cometida por unos pocos, se castiga a los miles de soldados y policías honestos y respetuosos que tenemos.
Las Fuerzas Armadas de Colombia están siendo atacadas por todos los frentes y sus héroes han sido olvidados. ¿Acaso se desconoce cuántos soldados han dado la vida por defender cada rincón de Colombia de los grupos armados que durante las últimas seis décadas han asolado al país? ¿Cuántos quedaron lisiados o encarcelados por años en la selva?
¿Es humano olvidar el dolor de sus familias? Hay miles que han perdido a sus hijos, a veces a más de uno, en la lucha por defender a la ciudadanía, a usted y a mí, a nuestros hijos, a nuestra patria. Ellos han evitado que a Colombia se la tomen los bárbaros.
Los más recientes héroes han estado defendiendo las ciudades de los asesinos infiltrados en las protestas callejeras, tras la llamada “primera línea” de vándalos. Hemos visto en los noticieros a policías apuñalados, golpeados, insultados, quemados vivos, como si fueran un bus, de esos que queman a diario, y no seres humanos. Estos hombres y mujeres son héroes, de verdad; igual son los soldados que murieron en una emboscada en la semana pasada y los asesinados a diario en toda Colombia por las disidencias de las Farc o cualquier otro grupo criminal. Son héroes sus padres, sus cónyuges, sus hijos, que cada día rezan a Dios para que regresen vivos.
Son héroes olvidados por aquellos a los que defienden. ¡Qué vergüenza, qué dolor! No hay dignidad en esta miserable actitud hacia nuestras Fuerzas Armadas. No en vano, el país está a punto de perder su democracia.
https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 29 de septiembre de 2021.