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Jorge Enrique Pava Q.                                                                                          

Lo veíamos venir desde hace un año cuando el alcalde Jorge Eduardo Rojas ganó las elecciones: Manizales recuperando su liderazgo, recomponiendo su infraestructura, readquiriendo confianza y volviendo por los fueros de una ciudad culta, organizada, segura y con la mejor calidad de vida. ¡Qué alegría!

Tan solo diez meses de gobierno y nos ubicamos en el segundo lugar en gestión pública en Colombia, según la última encuesta de Cifras y Conceptos. Diez meses de cambio constante que percibimos en las calles, con eventos artísticos, sentido de pertenencia, cultura ciudadana, recuperación de civismo, inversión pública, movilidad y manejo adecuado del presupuesto. Diez meses de haber frenado el derroche, la corrupción y la pérdida de valores morales, cívicos y económicos, bastaron para lograr un cambio en la ciudad y en el optimismo de su gente.

Y es solo el comienzo, pues con la aprobación del presupuesto de la vigencia 2025 (el más alto en la historia de Manizales), las mayorías sensatas del Concejo le dieron un respaldo tangible al alcalde y a su programa de gobierno. Y se lo dieron sabiendo que el camino de transformación que hoy vivimos requiere de su apoyo pero, además, con la conciencia y la tranquilidad de saber que hay voluntad, conocimiento, experiencia y honradez en el manejo de lo público.

Es la demostración de que el cambio se hace con acciones, no con retórica; con honestidad práctica, no con discursos mentirosos; con conocimiento y experiencia, no con promesas pueriles; con voluntad y dedicación, no con protagonismos mediáticos; con seriedad y aplomo, no con payasadas e histrionismo; con trabajo denodado, no con excesos viciosos e irresponsabilidad personal y gubernamental; con planeación y control, no con improvisación y perversión; con unión y coherencia, no con odios y rencillas; con amor por lo ajeno, no con irrespeto y delincuencia. Es decir: gobernando para la ciudad, no para llenar sus arcas personales.

¿Qué nos falta?: Colaboración ciudadana, desborde de civismo, voluntad del manizaleño, y control mutuo para que nos convirtamos en vigías de lo público y en guardianes de nuestra propia infraestructura. Porque nada nos ganamos con que la alcaldía invierta, por ejemplo, miles de millones de pesos en la recuperación del estadio Palogrande, si los desadaptados están prestos para vandalizarlo con grafitis y destruir su planta física; o que la administración despliegue la fuerza pública y los guardas de tránsito por toda la ciudad, si nosotros no tomamos conciencia de que la movilidad se mejora con nuestro propio comportamiento; o que la ciudadanía haga un esfuerzo por recuperar las fachadas de sus casas, si los vándalos están al acecho para generar caos visual con sus aerosoles y pinturas.

¡Tenemos alcalde, sin duda! Y un equipo administrativo que está demostrando solvencia, trabajo, denuedo y honestidad. Y se nota en el ambiente; se respira un aire con ese aroma de la Manizales en la que crecimos y siempre nos llenó de orgullo. ¡Gracias, Alcalde y equipo de gobierno!

www.titepava.com

Publicado en Columnistas Regionales

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