Este camino de burlar al parlamento y bofetear la misma carta Constitucional viene dándose desde que se le hundió la reforma a la salud cuando intervino a la Nueva EPS y a Sanitas que suman cerca de 17 millones de usuarios dentro del sistema de salud. Y para esto modificó la función de la Adres (administradora de las fuentes de financiación del sistema como los aportes por solidaridad de regímenes, cotizaciones al sistema y por ingresos adicionales), que desde ahora girará rubros directamente a clínicas y hospitales, acabando con una función clave de las EPS, la de servir de intermediarias entre el Estado y las IPS.
Traducción política de lo anterior es que el ministro de salud girará recursos directos desde la Adres a quienes se alineen al proyecto petrista e ingresen a su comité de aplausos territorial. Habrá flujo de liquidez a cambio de votos y los opositores, a criticar sin voz ni dientes.
Así empieza la politiquería de la salud en las ciudades y municipios. Nada raro será ver a directores de hospitales o clínicas haciéndole campaña electoral no tanto al cacique del pueblo sino al senador del partido de gobierno con la promesa de gestionar plata en Bogotá para que no se interrumpan los servicios de salud. Otra promesa será la de nombrar como promotores de salud a un familiar o amigo cercano siempre y cuando ponga miles de votos. ¿Y cuáles serán los directorios políticos? Pues los centros de atención primaria encargados de implementar el plan de salud rural, mientras que alcaldías y gobernaciones serán los centros logísticos de las corruptelas y los torcidos en la provincia.
Mientras que la reforma que si logró comprar Petro a los lacayos serviles del capitolio nacional fue la pensional que contiene todos los ingredientes típicos del ideal comunista: populismo, corrupción, subsidios de hambre, politiquería, burocracia y el robo del ahorro pensional de casi 20 millones de colombianos para pensionarse.
Desde julio del 2025 se implementará un gran sofisma de distracción, la afiliación universal de todos los trabajadores a Colpensiones (el mismo seguro social de décadas recientes, pero más renovado) con base en el umbral de 2,3 salarios mínimos, y si se supera ese tope, pasará a los fondos privados de pensión. Debo decir que esta reforma no tiene asegurada su sostenibilidad financiera a largo plazo porque quienes la diseñaron poco saben de economía o planeación, pero sì de discursos populistas y falacias. Lo primero por decir, el pilar solidario, para personas en condición de extrema pobreza y el pilar semicontributivo de aquellos que nunca cotizaron o dejaron de hacerlo, entran desfinanciados y el único camino para que funcionen es echar mano del ahorro pensional existente, es decir, quitarle a unos (fondos privados) para darle a otros ( los carteles de la contratación en Colpensiones).
Lo segundo, el nuevo sistema pensional es regresivo porque como ya se dijo, convierte a Colpensiones en un monstruo Leviatán al que poco le importará la implementación de buenas políticas publicas para utilidad de los más vulnerables sino más bien, en camino a ser un antro burocrático que no está adaptado ni reinventado para manejar la salud del 70 u 80 por ciento de los colombianos. Primará la improvisación y el espectáculo Petro sobre la organización y puesta en marcha de una entidad pública resultadista.
En tercera medida y bastante preocupante de esta reformita pensional lo es que no provee la brusca caída de la natalidad y el envejecimiento poblacional ya que en el mediano plazo habrá menos gente laborando y pagando las jubilaciones de un mayúsculo grupo poblacional envejecido, el cual crecerà a pasos agigantados. Como casi todo en este país, circunstancial, efervescente, momentáneo, para el discurso y la foto, y muy poco pensando en la estabilidad y sostenibilidad en el tiempo.
Un cuarto punto es que el nuevo modelo que dice ser ‘mixto’ (Estado y privados) es otra canallada Petrista, en realidad es 100 por ciento público y la plata será sin piedad alguna, expropiada a los fondos privados para hacer política principalmente (reelección continua de Petro). Me explico, el pilar solidario direccionará no menos de 3 millones de personas muy vulnerables traducidas en potenciales votantes de la causa Petro. El socialismo sabe que los subsidios se traducen en victorias electorales amañadas. Finalizo en este punto diciendo que se vienen tiempos de derroche y gasto alarmante, pero con la plata de los ahorradores pensionales. Terminada la abundancia, vendrá un alarmante crecimiento en los niveles de deuda y la desigualdad seguirá intacta, pero al alza.
Hasta aquí hablo de lo que ya es realidad, por lo tanto, el desgobierno Petro espera presentar en la Notaria pública del congreso nacional las reformas tributaria, laboral que avanza, la de salud nuevamente y la de educación. Colombia entera sabe que este congreso es una auténtica ‘mafia’ y que el presidente les tiene precio a cada una de sus bancadas, excepto los de Cambio Radical y el Centro Democrático que algo de amor por la patria han mostrado. Por lo demás, que ‘entre el diablo y escoja’ entre semejante podredumbre legislativa.
Si la ‘mermelada’ no les surte efecto alguno, que se continúe con las reformitas vía decreto presidencial.