La composición final de la Cámara de Representantes por Caldas la veo de esta forma: Octavio Cardona, Juana Carolina Londoño, Wilder Escobar, Juan Sebastián Gómez y Chucho Ospina.
De Octavio Cardona no me cabe duda de que se merece y tiene asegurada su curul, pues ha venido haciendo un trabajo juicioso desde hace más de un año y cada día que pasa corre a su favor ya que, gracias al desgobierno en que vivimos y a la debacle, la corrupción y la mafia enquistada y descarada que nos gobierna, la propia alcaldía de Manizales le hace la campaña llevándonos a añorar el orden y las ejecutorias de su administración.
En el partido conservador se pelean cabeza a cabeza una curul entre Jorge Hernán Yepes, Félix Chica y Juana Carolina Londoño. Ha sido una campaña limpia, sin agravios, con altura y decente, pero veo con mayores posibilidades a Juana Carolina por su trabajo con las juventudes, su señorío y el contraste entre frescura e intelectualidad que tanta falta le hace a la política. Es, además, la única mujer con posibilidades de llegar a la Cámara de Representantes, y eso la convierte en una atractiva opción de representación del género.
El caso de Wilder Escobar es especial: es todo un caballero liberado de ofensas, rencores o antipatías; se ha dedicado a hacer un trabajo serio recorriendo el departamento una y otra vez, y refrescando la grata recordación que dejó en sus diferentes actividades públicas. Representa además un partido nuevo liderado por Mauricio Lizcano, a quien hay que reconocerle su capacidad política y su organización en las luchas electorales.
Juan Sebastián Gómez ha sabido mantener su línea, que lo ha llevado a ganar una identidad propia y se distingue como individuo, independientemente del partido en que milite. En este caso es más importante el candidato que el movimiento, y tiene una cauda electoral fiel, leal y permanentemente alimentada, lo que le da una seguridad que pocos candidatos pueden exponer. Fue víctima directa de las trampas del alcalde Marín y eso ayudó a catapultarlo enormemente.
En cuanto a Chucho Ospina, viene haciendo un trabajo serio y alejado de las directivas ineptas de su partido, lo que también lo ubica en calidad de víctima de un director déspota, desleal y marrullero. El Centro Democrático, por el cual aspira Chucho, ha estallado en sus bases y se ha atomizado de una manera dramática, demostrando que la lealtad, la honestidad y el trabajo estructural y coordinado es necesario siempre si se quiere mantener la coherencia y unión organizacional. Y este partido carece de esas virtudes, además de lealtad y gratitud con sus militantes. No obstante, Chucho puede ser la alternativa para desplazar a quienes se encargaron de destruirlo y para darle un nuevo aire a un movimiento que hoy pena por conseguir el umbral.
En cuanto a los candidatos al Senado, creo que hay cuatro con posibilidades reales y que quedaremos bien representados con Guido Echeverri y Mario Castaño. A José Luis Correa, su alianza perversa con Petro, en cabeza de Osorio Marín y el alcalde verde, lo debilita, demerita y deteriora. Y con Humberto de la Calle, estaríamos eligiendo a esa izquierda radical encarnada en las Farc, ELN y demás grupos criminales que él defiende y beneficia, y que son de su más querida consideración. Repito: por Guido Echeverri o Mario Castaño, el voto quedaría en caldenses que han demostrado amor por su terruño y trabajo por sus raíces. Aquí no importa el partido.