Columnistas Nacionales
José Alvear Sanín
Las dos instituciones más poderosas del país, el Congreso y la rama judicial, son las más desprestigiadas. La gente las percibe también como las más corruptas. Una y otra vez las esperanzas de depuración de ambas se ven frustradas. Cada año, el gobierno presenta rutinariamente un proyecto anodino de reforma judicial, para corregir apenas uno o dos viciecitos, y este fracasa en el Congreso o es hundido por la Corte Constitucional.
Alfonso Monsalve Solórzano
Sus simpatizantes le dicen así, por el nombre de pila, como símbolo de confianza y familiaridad. Yo le diré Gaviria, el candidato que llegó de la academia con sesenta puntos bajo el brazo, algunos, meras generalidades, como la reivindicación de la libertad en un estado liberal, la necesidad de ampliar la cobertura de la educación, el respeto al pluralismo y la lucha contra la corrupción, la necesidad de un ingreso mínimo para los pobres y vulnerables, la reforma al sistema de salud, la necesidad de una política tributaria progresiva.
Rafael Nieto Loaiza
En su reciente conversación con Francisco de Roux, el expresidente Uribe dijo que quizás habría que pensar en una amnistía general.
María del Rosario Guerra
Durante los próximos días estaremos debatiendo en el Senado de la República el proyecto de ley por medio del cual se dictan normas relacionadas con el sistema de pagos y el mercado de capitales, una iniciativa, de la cual soy coautora y ponente, de gran relevancia para contribuir al fortalecimiento de la economía, la inclusión financiera y el bienestar social. Este proyecto tiene como objetivo promover un sistema financiero más dinámico, competitivo e inclusivo; acorde con la transformación digital y tecnológica que durante los últimos años se ha evidenciado en el país.
José Félix Lafaurie
El expresidente Uribe lanzó una propuesta de amnistía que él mismo calificó de políticamente incorrecta, porque se opone a la narrativa de la izquierda y el “centrosantismo” alrededor de esa paz que no llegó. Incorrecta o no, la propuesta es tremendamente sensata.
Paloma Valencia
No comprenden el problema de legitimidad en la aplicación de la ley que nos dejó el acuerdo. La justicia tiene que ver con que casos iguales sean tratados iguales y que entre los diferentes haya proporcionalidad. ¿Por qué delitos de lesa humanidad pueden quedar impunes y en cambio debemos sancionar delitos menores? ¿Por qué el primer criminal puede conservar derechos políticos y el segundo no?