Columnistas Nacionales
Daniel Mera Villamizar
La atomización partidista y la personalización política requieren reforma para institucionalizar coaliciones.
Nicolás Pérez*
De manera reiterada Gustavo Petro ha sostenido que uno de sus primeros actos como Presidente sería detener la exploración de petróleo en el País. Una decisión que, según él, se enmarca en la lucha contra el cambio climático, la puede tomar autónomamente sin autorización del Congreso e iría de la mano de un repunte en el turismo que compensaría los ingresos que genera la industria extractiva. Pues bien, si hay una propuesta populista, irresponsable y dañina es esta. Acá les cuento por qué:
José Alvear Sanín
En la bien nutrida historia universal de la estupidez política se registran pocos episodios tan lamentables como el de la oposición venezolana. Los incontables “partidos” que en debilísima coalición forman la MUD, aceptaron concurrir a elecciones, a sabiendas de que el gobierno de Maduro cometería todos los fraudes imaginables —y otros nuevos—, y aun así acudieron a unas urnas inútiles ante el cómputo electrónico, que ya estaba preparado para arrojar los datos que quería la dictadura. Esta les permitió “ganar” en dos pequeñas de las 23 tres gobernaciones. Y a cambio de estas lentejas legitimaron a Maduro. ¡Otra cosa es que hayan obtenido las probables prebendas monetarias que desde Judas acompañan la traición!
Ariel Peña
Se ha dicho que en Colombia existen personajes que se consideran el ombligo del mundo para lo bueno y lo malo, tal es el caso del cambio climático en donde el candidato marxista del Pacto Histórico, Gustavo Petro, pretende acabar inmediatamente con la explotación de Petróleo, si es elegido presidente, como si nuestro país fuera el gran contaminador mundial por los gases de efecto invernadero, cuando representa solo el 0,5% del dióxido de carbono que va a la atmósfera, mientras que el Partido Comunista de China permite la mayor contaminación atmosférica con el 30%.
Pedro Aja Castaño
Pero en el caso de un proceso de paz, la palabra “paz” no puede ser confundida con “conversión”, como si se tratara de un camino espiritual. El general prusiano Von Clausewitz definió la POLÍTICA como la continuación de la guerra por otros medios; por lo tanto, EL PROCESO DE PAZ DE COLOMBIA, en esta etapa, se puede interpretar como la continuación de la GUERRA por otros medios. (LA CONTINUACIÓN DE LA GUERRA POR OTROS MEDIOS, Aldo cívico, 23 de octubre de 2012, El Espectador)
María del Rosario Guerra
Han pasado cinco años desde que el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos le dio la llave de la impunidad a las Farc. Desde el 24 de noviembre de 2016, y como lo advertimos muchas veces quienes fuimos y seguimos siendo críticos de ese acuerdo construido en La Habana, los responsables de los peores crímenes, aberraciones y ataques contra miles de colombianos viven hoy a costillas del Estado, sin pagar un solo día de cárcel e incluso algunos de sus máximos líderes premiados con curules en el Congreso. Desde ahí han usado su curul para negar descaradamente la comisión de delitos como reclutamiento, secuestro, violaciones, terrorismo e incluso narcotráfico, actividad ilegal que en 2014 ubicó a las Farc como el tercer grupo narcoterrorista más rico del mundo, según la revista Forbes.