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Álvaro Uribe Vélez*                                                                                                

Mis circunstancias personales hacen difícil hablar ante ustedes que se exceden en generosidad al invitarme. Muchas gracias doctor Cabal y mi homenaje desde aquí a Sabas Pretelt de la Vega y a Guillermo Botero Nieto.

Desconfianza en Colombia

Hay hechos que acreditan desconfianza en Colombia.

Aproximadamente dos millones de ciudadanos han salido del país sin vocación de regreso. Este es el resultado de sumar los reportes de Migración Colombia por los años 2022, 2023 y 2024, más la proyección a diciembre 31, más las cifras filtradas en los Estados Unidos. El año pasado allí reportaron la captura de cerca de 120 mil colombianos ilegales. Por primera vez nuestros compatriotas aparecen en números altos de llegada ilegal a los Estados Unidos.

Aproximadamente un 50% de nuestros migrantes son población económicamente activa, lo que ha permitido que la cifra de desempleo no aparezca tan alta como se percibe.

Hemos regresado a la salida de jóvenes preparados que no encuentran oportunidades en la Patria.

Otra señal de desconfianza es la caída de la Inversión Extranjera Directa, cuyo estimativo mínimo es del 16%. En el renglón de maquinarias y equipos de la Formación Bruta de Capital se observa una caída del 10,8% que no se compensa con la pequeña recuperación del 2,1% en el segundo trimestre.

El crecimiento de la economía sigue siendo inferior al 2% no obstante el resultado cercano al 4% de julio en comparación con el mismo mes de 2023.

En este último ha incidido el crecimiento de la burocracia del Estado, a pesar de que se presenta como aumento de servicios estatales. Seguramente en alcaldías y gobernaciones se empiezan a mover recursos.

También se observa un mejoramiento estacional de la agricultura. Los argentinos decían que no podían dejar ociosa la tierra, aunque les expropiaran las utilidades.

El oro con un precio muy alto y un alto porcentaje en economía ilegal.

Al país y al Gobierno los beneficiará la cosecha cafetera, abundante, de buena calidad, y con un precio muy atractivo.

La constante salida de ciudadanos al extranjero, sin vocación de retorno, ha elevado considerablemente las remesas, con la posibilidad de situarse en 12 mil millones de dólares en un año.

Puede darse un rebote de la economía que difícilmente se traduzca en un crecimiento elevado y sostenible. La economía ilícita no es sostenible y los subsidios tampoco lo son en un contexto sin inversión privada.

Algunos buenos vientos no despejan las nubes de la desconfianza productiva.

Causas de la Desconfianza: Violencia

Veamos algunas causas de la desconfianza en Colombia.

La seguridad sigue empeorando y la mayor angustia es que no se advierte voluntad de mejorarla.

El año pasado tuvimos 13.555 homicidios y a julio de este año 7.369, tendencia que podría igualar o superar los 15.000, cifra de 2010.

El año pasado hubo 254 secuestros contra 228 de 2010. En julio ya llevábamos 110.

De 10 masacres en 2010 pasamos a 93 el año pasado, a septiembre se han acumulado 47.

Hasta este mes se han sumado 117 asesinatos de líderes sociales.

El país está extorsionado, las cifras poco dicen porque las víctimas prefieren pagar que denunciar. Esto por la desprotección y el miedo a la retaliación.

Duele el asesinato de nuestros soldados y policías.

Con el narcotráfico y la minería ilegal no habrá paz, unos delincuentes firman y otros más jóvenes entran a reemplazarlos en el narco crimen.

En 2013, cuando se habían reducido los cultivos a 42.000 o 48.000 hectáreas de coca, ante los anuncios de La Habana empezó la tendencia de crecimiento que en 2018 alcanzó 220.000 hectáreas. Hoy se superan las 300.000 hectáreas. En La Habana se aceptó que la coca, el secuestro y otras rentas ilegales, eran delitos políticos por financiar la “sedición”, tal como se reconoció al terrorismo. En consecuencia, se autorizó elegibilidad política, se aceptó que no hubiera cárcel ni extradición, se prohibió la fumigación y la erradicación quedó condicionada a la aceptación de las comunidades. Programas tan eficaces como Familias Guardabosques, que eliminaba la coca y recuperaba la selva, se dejaron morir.

Varias zonas del país están sin Estado de Derecho, desplazado por el poder efectivo de los estados criminales. Llegará un momento que la ciudadanía diga no más a las republiquetas y pida autoridad para recuperar el imperio del Estado Democrático. También puede ser que las drogas sintéticas acaben con la coca. Pero si no actuamos pronto estas soluciones podrían tropezar con un problema social de 500.000 ciudadanos o más, que al vivir de esos negocios, requieran alternativas de ingreso.

Habrá que recuperar la moral de la Fuerza Pública, afectada por la JEP que ni se reformó ni se eliminó como se prometió. Igualó a las Fuerzas Armadas con el terrorismo. Muchos militares tienen que aceptar delitos no cometidos, contrarios a su deber ser, como la omisión, para evitar ir a la cárcel. Para el delincuente la aceptación del delito es el reconocimiento de su deber ser, la legitimación de una conducta criminal que le justificaron, la garantía de su libertad y el derecho a la acción política.

Habrá que recuperar la moral de la Fuerza Pública, afectada por la desvinculación de oficiales bien preparados. Habrá que fortalecerla con transporte, aviación, tecnología de última generación.

El Gobierno que presidí se benefició del Plan Colombia y del principio de fortalecimiento de las Fuerzas que empezó la administración Pastrana. Pero se sacrificó un segundo Plan Colombia, con apoyo bipartidista en los Estados Unidos, negociación iniciada con el ex presidente Bush y firmada con el ex presidente Obama. Estaríamos mucho mejor, pero las presiones de Chávez, Cuba y la Farc, incidieron para que el nuevo Gobierno no lo llevara a la ratificación del Congreso.

Se requiere mucho apoyo eficaz internacional, tendrán que conseguirlo. Será urgente restablecer las relaciones con Israel en el marco sincero del reconocimiento a los dos estados.

Si en algún país es prioritaria la inteligencia artificial en seguridad es en el nuestro.

El vecindario es difícil. Cuando el pueblo derrocó las dictaduras comunistas de Rumania y de Alemania Oriental, ya estaba debilitado el apoyo militar soviético a los dictadores. El gran obstáculo a la movilización popular de Venezuela es la interferencia de China y Rusia. Además, Maduro sirve para proteger a los terroristas y es inútil para contribuir a la paz. La mediación chavista no contribuyó a la paz, fue determinante para la claudicación ante los violentos.

En la actualidad se incuban nuevos paramilitarismos a partir de guardias campesinas e indígenas. Al mismo tiempo se proscribe la organización legal y sin armas de la comunidad, como los frentes legales de seguridad.

El apoyo de la comunidad a la Fuerza Pública la hace más eficaz y más transparente. La respuesta oportuna de la Fuerza Pública al llamado de la comunidad crea confianza en la institución y evita el desbordamiento hacia la justicia privada.

Causas de Desconfianza: Reformas, Impuestos y Derroche

Los impuestos exagerados en nuestro país causan desconfianza y ahuyentan la inversión y el empleo. La Reforma de 2022 nos puso dentro de la OCDE en el rango más elevado de impuesto a las sociedades. La nueva pretende rebajar en senda de 4 años esa tasa corporativa al 30%. Así y todo seguiríamos en el rango más alto. Se propone subir al 41% la tasa marginal al ingreso de las personas naturales. En esta categoría no quedamos en la escala superior de la OCDE. Al comparar las dos tasas, sociedades e individuos, con otros países, nuestra situación está bastante fuera de competitividad.

En el cuadro que se anexa se puede ver que mientras en Colombia la suma de ambas tasas da 71%, en México 65%, en Chile 62,5%, en España 53%, en Estados Unidos 58%, en Canadá 48%, en el Reino Unido 64% y así sucesivamente.

 

Se propone rebajar la tasa de las pequeñas empresas al 27% pero con la supresión del Régimen Simple. Este facilita la contabilidad y el pago, con una tasa entre el 2% y el 14% sobre ingresos brutos, el contribuyente cancela renta, IVA e ICA. Algunos piden que en lugar de eliminarlo se mejore y se sustraigan las profesiones liberales.

El impuesto al patrimonio ya es permanente. Al rebajar a $1.800 millones la base contributiva casi que se duplica el número de contribuyentes. En el rango alto se aumenta la tarifa al 2%.

Pretenden cobrar patrimonio a sociedades por bienes que consideren improductivos sin importar que paguen predial, salarios, prestaciones y contribuyan a la seguridad social.

Lo anterior se agrava con el aumento excesivo de avalúos catastrales en muchos sitios, especialmente en zonas rurales.

Muchos contribuyentes este año han debido acudir a endeudarse para pagar impuestos. En adelante tendrán que liquidar activos.

Lo anterior demuestra que la tributación nuestra apunta a destruir la riqueza privada, causa eficiente de sostenibilidad de inversión y de políticas sociales.

El siguiente cuadro, tomado de la exposición de motivos, acredita que el impacto marginal inmediato en la inversión pública es del 20,9%, y en la privada de apenas el 2,2%. Es una reforma para marchitar la inversión privada y consolidar el monopolio de la pública.

 

 

No parece prudente incrementar el impuesto al carbono en la víspera de la insuficiencia de gas.

Si el país tuviera austeridad estatal y vigorosa inversión privada se entendería la idea de excluir las inversiones ambientales de la regla fiscal. En las actuales circunstancias sería una autorización para más gasto y más deuda con crecidos costos de financiamiento.

No es del todo claro el cobro del IVA completo a los vehículos híbridos y a las apuestas digitales.

Aspectos positivos como la financiación de techos solares, incluso con recursos del subsidio al consumo popular de energía, la eliminación de los impuestos hoteleros en ciudades hasta de 200.000 habitantes, serían interesantes, pero no como atenuantes aparentes de impuestos confiscatorios.

En la exposición de motivos se observa que el recaudo, inferior a $12 billones, sería para financiar el año 2025 y las elecciones de 2026. Todo para conseguir votos con empleos burocráticos, que poco o nada agregan de valor, y subsidios sociales engañosos por no ser sostenibles más allá de elecciones.

La reforma no se debería aprobar, Colombia no puede permitir que se destruya su alma de emprendimiento privado que es la gran garantía de la prosperidad democrática.

Esta tendencia tributaria está aparejada con el Estado socialista, derrochón, de desgreño e ineficiencia. En los primeros dos años esta administración ha sumado 120.000 contratos de servicios personales, más que los 80.000 encontrados en 2018. El promedio anual de crecimiento de gastos de funcionamiento es del 20%.

Resulta incomprensible que en tiempos de conectividad y de inteligencia artificial se creen 10 nuevas embajadas y 21 nuevos consulados.

La combinación de elevados impuestos y gasto público con reducida inversión privada puede llevarnos a un default. Se perdería el récord del país latinoamericano más serio y de mejor manejo macroeconómico durante el siglo XX.

Mientras los ciudadanos se endeudan con angustia para pagar impuestos el socialismo malgasta a sus anchas.

Causas de desconfianza: Reformas, Laboral

La propuesta de Reforma Laboral, basada en la filosofía del odio de clases, ha creado toda la desazón en los colombianos que generan empleo.

Por fortuna, y gracias a algunos parlamentarios como nuestro compañero Andrés Forero, Representante a la Cámara, se ha logrado excluir temas del Derecho Colectivo del Trabajo que harían mucho daño, que eliminarían el diálogo del empleador con el trabajador y lo habrían trasladado al sindicalismo político de industria.

En Colombia existen recargos, en 2003 adaptamos horarios a las necesidades de servicios extensos, hasta de 24 horas, de consumidores o de jóvenes que para estudiar y trabajar requieren la noche o el domingo.

Ustedes respondieron con admirable dinamismo a las reformas que acompañaron la Seguridad Democrática. En breve tiempo se crearon más de 600.000 empleos.

Hoy todos estamos retados por la Inteligencia Artificial y particularmente el comercio por la competencia digital. En vez de ayudar a las nuevas adaptaciones, la propuesta laboral pretende destruir empleo e inversión.

La tabla de indemnización por despido unilateral es muy onerosa, al incrementarla y judicializarla haría que muchos empleadores se abstengan de crear empleos por temor a que se conviertan en pleitos.

El país podría tener 3 millones de aprendices, hoy, sumados los pasantes, escasamente superamos el millón. El aprendizaje pierde su naturaleza y se vuelve inalcanzable en costos al volverlo un contrato laboral.

Quieren afectar el suministro de servicios temporales que paga todas las prestaciones y que es una pequeña flexibilidad para los momentos oscilantes de la economía.

Están empeñados en eliminar el Contrato Sindical, que al unir a la empresa con la organización de trabajadores, tanto para oficios misionales como externos, es una genuina expresión de economía fraterna.

El Derecho Laboral de confrontación nunca ha creado horizontes de continuado mejoramiento social. Hay otros caminos para que empleadores y trabajadores naden en la misma dirección, que deberán orientar normas laborales sustitutivas de esta reforma. Por ejemplo, hacer acuerdos de mayor productividad ante la reducción de la jornada de trabajo. También pagar una prima adicional, no constitutiva de salario, en sectores con elevados crecimientos anuales. Los tres últimos aumentos de salario mínimo, uno del Presidente Duque y dos del Presidente Petro, habrían hecho un gran beneficio de no ser por la llegada de estas propuestas de socialismo y odio.

Causas de desconfianza: Reformas, Salud

En salud, sin que hayan logrado el funesto cambio legal, están en la destrucción de un sistema mixto y solidario, mejorable, pero con resultados superiores al nivel de ingreso de los colombianos.

Lo sustituyen por el estatismo socialista.

Estatizan la afiliación que nunca ha sido problema. Estatizan la atención básica. Estatizan la autorización para acceder a servicios de mayor complejidad. Estatizan todo el manejo de recursos. Incurren en el vicio estatista de dejar el 85% de los pagos sin auditoría efectiva.

Estatizan para crear en Adres el más grande monstruo burocrático y clientelista.

Estatizan la prevención con propuestas de 200.000 nuevos burócratas, con desprecio de la tecnología. La Bogotá del Alcalde Petro mostró que más que promotores de salud, los nuevos contratistas fueron agitadores políticos.

El estatismo eliminará la tutela, será difícil tutelar entes públicos politiqueros.

Estatizan el aseguramiento. Hoy tenemos un verdadero aseguramiento social que parte de la afiliación individual y finalmente, con la cotización que le sobra al usuario saludable, se paga lo que falta para atender al enfermo.

La Ley 100 abrió grandes oportunidades a médicos, enfermeras, auxiliares, personal de apoyo, adquisición de equipos, construcción y renovación de hospitales, y lo más importante, a los usuarios.

Vamos camino a pagar nuevamente la salud del bolsillo del ciudadano.

Hospitales serios denuncian que en las EPSs intervenidas, la morosidad en los pagos ha aumentado la cartera en un 33%.

El estatismo termina en derroche y robos.

Es notorio el pánico que ha paralizado la inversión privada en salud.

Sin inversión privada en salud el país se privará del acceso a la inteligencia artificial.

La Ley 100 es el único socialismo que ha funcionado. No la mejoran, la destruyen con la ideología socialista. Esta desconoce que el sector privado, en un sistema mixto y solidario, presta mejores servicios y a menor costo que el monopolio estatal.

Causas de desconfianza: Reformas, Pensiones

La Reforma Pensional niega que el joven construya una buena pensión con ahorros entre la edad de 20 y 62 años. Dependerá de la caja del Estado. Niega el derecho de tener una pensión mínima con 1.150 semanas. Quitaron esa posibilidad y sin embargo proponen reducir la edad de jubilación. La Reforma niega el derecho del trabajador de vigilar su ahorro y buscar la opción de mayor rendimiento. Niega el derecho a una devolución de saldos que sumen ganancias importantes por encima de la inflación. Niega el derecho de Colombia a contar con una masa de ahorro, de propiedad de los trabajadores, que financie también al Estado, pero con rigor, y proteja la economía ante crisis internas y externas.

Podemos estar de acuerdo con el sistema de pilares, con el pilar solidario que sustituye el programa del Adulto Mayor, con el pilar semi contributivo que remplaza los BEPS, pero creemos que la parte de subsidios que corresponda a estos pilares se debe pagar del presupuesto, no de las reservas pensionales. Creemos que los recursos se deben manejar con el sistema de fondos, que escoja el trabajador, que protejan la construcción de las reservas.

Causas de Desconfianza: Reformas, Educación

Los saltos científicos nos proponen el mayor reto educativo, sin embargo quieren imponer una reforma que marchita la participación privada. El componente privado se requiere para atender la demanda creciente de los jóvenes por educación de ciclos cortos, acumulativos, que vayan desde la enseñanza de los oficios técnicos básicos hasta los niveles superiores de inteligencia artificial, con posibilidades de empleo rápido y el acompañamiento de condiciones de emprendimiento. Deseamos que este tipo de reformas se eviten como hasta ahora lo han logrado algunos parlamentarios con la destacada participación de nuestras senadoras Paloma Valencia y María Fernanda Cabal.

Causas de desconfianza: Reformas, Energía

Infortunadamente hay certeza sobre el difícil futuro energético. Era previsible una pausa en la autosuficiencia de gas por la falta de contratos nuevos anteriores al Presidente Duque, pero lo que ahora falta anticipa un intervalo mucho más largo. El temible aumento exagerado de precios a 36 millones de usuarios. Y crece el riesgo del petróleo. La rigidez de las consultas populares y la falta de voluntad oficial para buscar soluciones con las comunidades, han llevado a fracasar contratos muy importantes de energía eólica y solar.

Se debería acelerar el hidrógeno verde y pensar nuevamente en los combustibles biológicos, etanol y biodiesel, y dar libertad para el porcentaje de mezcla.

La dirección que se lleva puede conducir a tener que instalar plantas de carbón en boca de mina. Los errores ideológicos conducen a retrocesos.

Las represas están bajas. El pensamiento oficial impide nuevos proyectos hidroeléctricos. Los expertos ya no dudan del racionamiento.

Causas de desconfianza: Corrupción

Un gran freno del país es la corrupción. En el curso de tres generaciones ha pasado de no existir en la política a casos aislados y en la actualidad a un fenómeno muy general de contracultura. Fuera de quienes la aceptan por conveniencia, aumenta el número de quienes se resignan ante su fuerza. Desde la política debemos incrementar el esfuerzo para derrotarla. El exagerado costo de las campañas electorales es expresión y una de las causas de la corrupción. Una contribución puede ser volver a las listas cerradas. Otra, acabar definitivamente la mermelada. Como se acordó y no se cumplió, para hacer quórum y votar el presupuesto de 2015, cuando un parlamentario solicite una obra, en virtud del deber con la región, como garantía de transparencia, se debería publicar el nombre del gestor y el trámite del contrato.

Las familias y la educación deben construir consciencia contra la corrupción, sin sesgo político.

Causas de desconfianza: Reformas, Otras

Para pasar a la política, con la venia de ustedes, debo abstenerme de comentar sobre la Jurisdicción Agraria, el enfriamiento de la construcción y la parálisis de buena parte de la infraestructura que se necesita.

Retos y tareas para el 2026

Colombia ha sido de instituciones y de rompimientos institucionales, unos con consenso y otros por imposiciones.

El comentario escuchado es que las instituciones nos salven. Algunas son sólidas y otras deben superar sus asomos en la politiquería.

Para un rompimiento institucional el Presidente Petro tiene a favor antecedentes históricos, y en contra, el insuficiente apoyo popular. Pretender enmendar el déficit de apoyo con la participación, otra vez, de grupos armados, podría ser efectivo para el Gobierno y destructor para el país.

Tenemos la paradoja de una gran democracia en una historia de rompimientos institucionales y de violencia.

El General Mosquera, al ganar la guerra de los Soberanos, derogó la Constitución de 1858 de Don Mariano Ospina Rodríguez. Se promulgó la Constitución liberal de 1863. El Presidente Núñez, después de ganar la batalla de La Humareda, dejó inexistente la Constitución de 1863 y promulgó la de 1886.

El Presidente Laureano Gómez convocó a una Constituyente, que después legitimó como Presidente al General Rojas, quien le dio el golpe.

La Junta Militar convocó el Plebiscito de 1957 que adoptó los acuerdos del Frente Nacional. Hubo un gran consenso, el umbral tuvo más del 81% de participación y la aprobación fue del 94%.

La Séptima Papeleta de los jóvenes, que convocó la Constituyente del Presidente Gaviria, tuvo 4.400.000 votos por el Sí de un total de 4.800.000.

Estos dos últimos consensos contrastan con el Plebiscito de 2016. El Gobierno que perdió lo rescató con una proposición del Congreso, no hubo nuevo pronunciamiento popular, ni ley, ni Reforma Constitucional. Causó una prolongada polarización que se sustenta en su inutilidad como lo confirma la continuación ascendente de la violencia.

El Presidente Petro puede alegar todos los antecedentes de rompimiento institucional para justificar uno nuevo, pero no cuenta con el consenso del Frente Nacional o de la Séptima Papeleta.

El Frente Nacional hizo un gran bien al superar la violencia entre los partidos históricos. La Séptima Papeleta de los Jóvenes, con el lema “Colombia se puede salvar”, condujo a una Constitución que trajo ilusión general ciudadana. Un rompimiento del orden democrático causaría mayores traumas que los derivados de la ruptura Constitucional y del desconocimiento del Plebiscito de 2016.

La defensa de las instituciones exige hacer oposición a la narrativa, a los hechos y a los resultados del Gobierno.

De nuestra parte seguiremos en la pedagogía de nuestro extremismo, el extremismo democrático.

Un joven me consultó por la narrativa que debería promover. Le pregunté ¿Te gusta la seguridad? Me contestó “Sin seguridad no puedo vivir ni emprender en Colombia”.

Le pregunté ¿Te gusta el diálogo y anhelas que Colombia viva en paz? “Totalmente, me dijo”. Le manifesté que sin autoridad ni seguridad el diálogo es inútil y la paz esquiva.

Comentamos que debemos querer y apoyar a los soldados y policías de la Patria, mucho más que utilizarlos.

El joven me explicó su emprendimiento, su decisión de estudiar sin pausa. Se quejó con razón de los elevados impuestos, de las regulaciones asfixiantes, pidió transmitir que la política corrija esto. Estuvimos de acuerdo en el emprendimiento privado, no como un fin, como un medio para resolver problemas de pobreza e inequidad.

Le aplaudí su vocación por la economía fraterna, su rechazo al odio de clases. Se mostró muy orgulloso de su buena relación con los trabajadores, sus amigos.

Se expresó con indignación y rabia por la corrupción. Que le pidieron dinero para un permiso oficial. Cambió de color para decirme “Unos trabajamos honestamente y otros roban o derrochan”. Coincidimos en que el Estado debe ser eficaz en lo social, mínimo en lo burocrático y nulo en el derroche.

Compartimos la preocupación por el daño del Gobierno socialista a la confianza de la empresa privada. Reconstruirla es prioridad inmediata. Me dijo que teme que llegue un gobierno bueno y después lo suceda otro que destruya. Me pidió transmitir a los candidatos (tas) que se exijan garantías de estabilidad para la empresa privada que superen los periodos presidenciales.

Al despedirnos me dijo “Voy a enriquecer esta conversación y a difundirla sin tregua entre mis amigos y aquellas personas a quienes pueda llegar”.

El alma emprendedora de los colombianos se constituye en la mejor institución para defender la democracia. La experiencia de cada emprendedor, de cada trabajador, acumulada en la lucha diaria, en la buena fe y en la esperanza, es el mejor título para hacer pedagogía democrática.

Los políticos requerimos auto crítica y doctrina. La narrativa socialista no se eligió sola, a su triunfo contribuyó la afectación que han adelantado contra mi reputación y los errores que cometimos. Reconocerlos es imperativo aunque difícil.

La política es de esfuerzo, de afecto a la comunidad, de compromiso, de riesgo, es para ser útil al pueblo.

Necesitamos candidaturas con doctrina, propositivas, no basta el discurso de oposición.

Es urgente que las candidaturas avancen en la conquista del afecto y de la confianza popular. El diálogo con los ciudadanos es la mejor escuela. Hay que escuchar y recapacitar sin abandonar los principios rectores.

Volver a errores del pasado niega la victoria.

La fuente de la mejor candidatura es el cariño popular, no el acuerdo entre jefaturas.

María Corina representa el discurso democrático que aglutina, ha liderado la única oposición capaz de detectar el fraude y de derrotar a una dictadura comunista. El control electoral será fundamental. Ayudaría mucho una fundación del sector privado que lo realice.

Pienso que mi comunicación debe contribuir a construir credibilidad, no a producir la noticia morbosa de la ofensa. Furibe está en vacaciones indefinidas.

Con coraje debemos defender el carácter de nuestras convicciones.

Los problemas de Colombia son grandes y crecerán. Se necesita la fuerza de la determinación, no la tibieza ni la componenda para seguir en lo mismo.

Cuidado con los complejos por las descalificaciones de extremistas. Tal vez lo soy, me uno con ustedes en el extremismo democrático.

* Discurso pronunciado en el Congreso de Fenalco el 27 de septiembre de 2027.

 

 

Publicado en Columnistas Nacionales

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