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José Obdulio Gaviria*                               

(I)  ¿Es probable o es improbable que el candidato presidencial inscrito por María Corina Machado sea el próximo presidente de Venezuela?

Nassim Taleb llama a los eventos altamente improbables, “cisnes negros” y hace notar que estos siempre estarán presentes en la dinámica de los acontecimientos históricos. Para los escépticos -que hoy son multitud- María Corina no es el Cisne Negro de la política latinoamericana y dicen -y piensan- que es improbable que sea capaz de enterrar al chavismo en las elecciones de julio.

Me aparto de los escépticos. Yo creo que María Corina derrotará a Maduro; creo que en enero de 2025 Venezuela tendrá un gobierno de transición a la democracia encabezado por el candidato de María Corina; creo que el ciclo de poder del Socialismo del Siglo XXI en Venezuela se agotó y que muy pronto los venezolanos se darán un nuevo gobierno.

I. Descripción somera del ciclo que condujo a Venezuela a padecer durante veinticinco años los estragos del comunismo, bautizado hoy como “Socialismo del Siglo XXI” por el Foro de Sao Paulo:

1. En el siglo XX Venezuela fue el país latinoamericano más receptivo a la expansión de las ideas marxistas. En la jerga colombiana diríamos que Venezuela fue el país más mamerto del continente. 

2.  El comunista venezolano Gustavo Machado -un graduado de Harvard- fue un leninista muy eficaz: estuvo en la fundación de los partidos comunistas de Cuba, Venezuela y Colombia y contribuyó a la impresionante difusión y aceptación del marxismo en Venezuela.

3. Wolfgang Larrazábal, oficial izquierdista, miembro de la Junta Militar -1958-, financió la guerrilla de Castro en Cuba. Como homenaje de gratitud, Castro visitó Venezuela tres semanas después de su entrada triunfal a La Habana (enero de 1959). Más de 300 mil manifestantes vitorearon a Castro en las calles de Caracas y lo oyeron anunciar que Venezuela sería la próxima revolución en América.

4. En 1961 el Partido Comunista de Venezuela (mucho antes que el comunismo colombiano, boliviano, peruano o chileno) fundó una guerrilla marxista, la FALN, orientada y financiada por La Habana y Moscú.

5. Los gobiernos venezolanos, a pesar de ser calificados como de “derecha”, tuvieron plataformas estatistas, reguladoras e intervencionistas. Al final de sus días (entre 1989 y 1993), Carlos Andrés Pérez intentó un viraje hacia la libertad económica. La respuesta de los políticos fue una insurrección y enjuiciamiento de Pérez como reo del “crimen de lesa humanidad” llamado “neoliberalismo”.

6. La academia venezolana (en particular la Universidad Central) fue punta de lanza latinoamericana de la difusión del marxismo. La prensa también optó por un fuerte sesgo ‘progre’ (El Nacional, por ejemplo, fue fundado por el miembro del partido comunista y Premio Lenin de la Paz, Miguel Otero Silva).

7. En 1972, la guerrilla marxista trazó una estrategia de creación de células revolucionarias en las Fuerzas Armadas; ya en 1982 tenían un “estado mayor” de oficiales miembros del Movimiento Bolivariano, los firmantes del manifiesto del “Samán del Güere”, liderados por los coroneles Chávez y Baduel. Estos, en 1992, demostraron tener capacidad de fuego cuando protagonizaron un intento de golpe de Estado.

8. La larga acumulación de fuerzas de los comunistas venezolanos convergió en el esperado y pacientemente cultivado triunfo en las elecciones de diciembre de 1998 de las fuerzas del Foro de Sao Paulo que en abril de 1999 aplicaron por primera vez su matriz política: convocar una Constituyente (abril de 1999). En diciembre (1999) promulgaron la disparatada Constitución que todavía hoy oprime a Venezuela.

9. Reconozcámoslo: al pueblo venezolano no le impusieron el socialismo: ellos lo quisieron, lo aprobaron y lo apoyaron durante varios años.

(II) Creo que María Corina derrotará a Maduro y que los venezolanos tendrán un gobierno de transición democrática en 2025. ¿Por qué lo afirmo?

1. Porque la correlación de fuerzas entre comunismo y libertad ha cambiado sustancialmente; el mismo pueblo que encumbró a los comunistas, hoy está harto de ellos, que son sinónimo de pobreza.

2. Venezuela ya lleva 25 años sometida a la cartilla marxista: desaparición del Estado de derecho, del libre mercado, de la propiedad privada, de la igualdad ante la ley (el propio gobierno llama “escuálidos” a los opositores); se institucionalizó la planificación centralizada y convirtieron al país más rico de Suramérica en el submundo de la hiperinflación, la devaluación, el desabastecimiento, la huida masiva de la población, el endeudamiento, el racionamiento eléctrico, el cierre de medios de comunicación, el narcotráfico como actividad “estatal”. El pueblo venezolano ya está ansioso por vivir en libertad.

3. El Socialismo del Siglo XXI despilfarró la bonanza petrolera. La “invirtió” en la financiación de la Cuba de Castro, las FARC, el ELN, Evo, los Kietchner, Correa, Nicaragua y El Salvador. Maduro, por su parte, inundó al continente con una excrecencia lumpen-revolucionaria conocida como “Tren de Aragua”. Los comunistas convirtieron a Venezuela en un Estado fallido.

4. En 2017 dejaron de importarle a los comunistas las apariencias sobre “legitimidad de origen” del régimen y tomaron el hatajo de las vías de hecho. Maduro convocó una Constituyente que “eligió” con un inaudito y burdo fraude electoral reconocido hasta por la empresa Smarmatic, asesora directa del Consejo Nacional Electoral CNE). Internacionalmente, esa fue la gota que rebosó la copa: ni siquiera gobiernos socialistas y comunistas como España, Chile, Brasil y Colombia le siguieron reconociendo legitimidad de origen al régimen comunista; igualmente son escépticos respecto a las próximas elecciones.

5. Desde 2017 desapareció toda “legitimidad de reconocimiento” interno y externo del régimen venezolano y en 2020 se completó el golpe de Estado con la pantomima de la elección de la actual Asamblea Nacional. Desde 2020 se reunieron en cabeza de Maduro y sus secuaces, Diosdado Cabello, el general Padrino y los hermanos Rodriguez, los poderes ejecutivo, legislativo y judicial más el control de las fuerzas armadas y del sistema electoral.

6. Un fantasma recorre hoy a América Latina, el fantasma de la libertad y María Corina es su encarnación política.

(III) Dicho lo dicho, los lectores se estarán preguntando por qué María Corina participa en unas elecciones en las que ni siquiera aparece como candidata. María Corina, a criterio mío, ha hecho lo que tenía qué hacer y lo ha hecho heroica y brillantemente:

1. María Corina avaló el “Acuerdo de Barbados”, a sabiendas de que Maduro no lo cumpliría. Perdió Maduro.

2. Con los diálogos de Barbados, Venezuela involucró a Estados Unidos y a la Unión Europea en la definición de su futuro. Perdió Maduro

3. María Corina participó en las primarias de la oposición, a sabiendas de que Maduro no le permitiría correr como candidata. Ella arrasó en las primarias y ganó en franca lid la legitimidad como líder indiscutida de la nación venezolana. Perdió Maduro.

4. María Corina no se dejó enredar en escaramuzas leguleyas. No discutió inhabilidades, inscripciones, garantías, sino que se fusionó -moral y físicamente- con el pueblo venezolano. No es una apreciación subjetiva. Dos elementos están a la vista de todos: las encuestas (en donde arrasa el “candidato de María Corina”) y los testimonios gráficos de las correrías y las manifestaciones que nos llegan a través de las redes.

5. Mientras Maduro y Diosdado se relamían el bozo porque mantendrían a María Corina fuera de la cancha, ella les copó el terreno popular, primero, y luego les inscribió un dos de bastos (políticamente hablando), Edmundo González, que es un verdadero As desde el punto de vista humano e intelectual y hoy es la garantía de una transición pacífica a la democracia.

Muchas cosas pueden pasar hasta el próximo 28 de julio. Maduro y Diosdado pueden intentar cancelar las elecciones o apresar a María Corina y a Edmundo o asesinarlos o hacer un fraude masivo. Siempre y en todo caso, Maduro perderá. María Corina es su mal menor porque ella es garantía de una transición pacífica. Si Maduro bloquea el triunfo del “candidato de María Corina”, bien podría ocurrir una tragedia como la de Noriega en Panamá o la de Ceausescu en Rumania.

María Corina, la heroína de la libertad, merece que el mundo la rodee, la asista y la proteja.

* Publicado en su cuenta de X (@JOSEOBDULIO) en junio 28 de 2024.

Publicado en Columnistas Nacionales

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