La edición genética es la capacidad de modificar la doble hélice del ADN, el material genético que contiene las instrucciones para el funcionamiento de las células y los organismos. Al editar el ADN, se pueden corregir errores que causan enfermedades, introducir mejoras en las características de las plantas, los seres humanos y los animales, o incluso, crear nuevas formas de vida.
Entre las diferentes técnicas de edición genética que existen, una de las más destacadas y prometedoras es CRISPR, que significa Repeticiones Palindrómicas Cortas Agrupadas y Regularmente Espaciadas. Se trata de un sistema que las bacterias utilizan de forma natural para defenderse de los virus, cortando y pegando fragmentos de ADN.
Los científicos descubrieron cómo aprovechar este mecanismo para editar el ADN de cualquier organismo. Editar en genética es cortar la doble hélice en un punto específico para introducir los cambios deseados, usando unas enzimas llamadas Cas9 que actúan como tijeras moleculares, y unas moléculas de Ácido Ribonucleico (ARN) que actúan como guías para dirigir el corte al lugar deseado del genoma.
CRISPR tiene varias ventajas sobre otras técnicas de edición genética: es más sencilla, más barata, más precisa y más versátil. Con CRISPR se puede editar cualquier gen, de cualquier organismo, de forma rápida y eficiente. Además, CRISPR es reprogramable, lo que significa que se puede cambiar la guía de ARN para dirigir el corte a otro lugar del genoma, y así obtener diferentes resultados.
Desde que se publicó el primer artículo sobre CRISPR como herramienta de edición genética en 2012, esta técnica ha revolucionado el campo de la biología y la biotecnología, abriendo nuevas posibilidades de investigación y de aplicación. Algunos de los avances más importantes que se han logrado con CRISPR son:
- La corrección de mutaciones que causan enfermedades genéticas, como la anemia falciforme, la fibrosis quística o la distrofia muscular. Se han realizado ensayos clínicos con pacientes que han recibido terapias basadas en CRISPR, y se espera que pronto se apruebe la primera de ellas para uso humano.
- La mejora de las características de las plantas, los seres humanos y los animales, como la resistencia a las plagas, las sequías, las enfermedades o los herbicidas. Se han creado variedades transgénicas de cultivos como el arroz, el trigo, el maíz o la soja, y también de animales como el cerdo y el salmón.
- La creación de organismos sintéticos, como bacterias que producen biocombustibles, fármacos o materiales, o animales que expresan genes de otras especies, como el ratón que brilla en la oscuridad o la cabra que produce seda de araña en su leche.
- La exploración de las funciones de los genes, mediante la activación, la inhibición o la eliminación de los mismos para entender mejor cómo se regula el desarrollo, el metabolismo, el comportamiento o la evolución de los organismos.
CRISPR es, sin duda, una de las tecnologías más innovadoras y poderosas del siglo XXI, porque tiene el potencial de transformar el mundo y la vida tal y como la conocemos. Sin embargo, también plantea importantes desafíos éticos, sociales y legales, que requieren de un debate público y de una regulación adecuada. ¿Hasta dónde podemos y debemos modificar el ADN?
¿Podremos crear súper hombres en el sentido de mejorar algunas capacidades físicas y mentales? ¿Quién tiene el derecho y la responsabilidad de usar CRISPR? Estas son algunas de las preguntas que debemos hacernos y responder como sociedad, para asegurar que CRISPR se use de forma responsable, segura y justa.