Cabe destacar que esa resolución no ha sido derogada y después de 75 años tiene vigencia, luego lo que se esperaría de la comunidad internacional es su cabal cumplimiento, impulsando un tratado de paz, después de tantas décadas de guerra en donde principalmente la víctima es la población civil; de modo que no se explica la posición en Colombia del presidente Gustavo Petro que siempre ha condenado las agresiones de Israel en contra de la población palestina, pero que no condena el ataque terrorista del 7 octubre de Hamás en contra de los civiles en Israel, ya que de acuerdo al DIH, la población no combatiente se encuentra dentro de las personas protegidas y atacarlas como lo hizo Hamás el 7 de octubre es un crimen de genocidio y lesa humanidad.
Dentro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de la ONU, está el articuló 51, que esboza el Derecho a la Legítima Defensa, por lo que se puede deducir que cualquier país que sea atacado, puede hacer uso de esta figura, igual a lo que ha hecho Israel por el ataque de Hamás el 7 de octubre, pero sin hacer uso desproporcionado de la fuerza; Así que es muy claro el artículo 51 de la ONU, que dice: “ Ninguna disposición de esta Carta menoscabará el derecho inmanente a la legitima defensa, individual o colectiva en caso de ataque armado contra un miembro de las Naciones Unidas, hasta tanto que el Consejo de Seguridad haya tomado las medidas necesarias para mantener la paz y la seguridad internacionales.
En el actual conflicto que se libra entre Hamás que ha dominado la Franja de Gaza e Israel, la actitud de los grupos marxistas mencionados anteriormente, es descabellada y responde únicamente a las fijaciones hirsutas e irracionales de su doctrina, en donde de manera oportunista buscan pescar en río revuelto, para los intereses mezquinos y antioccidentales que siempre ha impulsado la estafa comunista del marxismo leninismo, en donde sin ningún rubor se alían con las dictaduras totalitarias de todos los colores y hasta con las teocracias, para menoscabar la civilización occidental, representada principalmente por Norteamérica y Europa; y quien lo creyera haciéndole eco ese comunismo a la “guerra santa”, que se manifiesta en el terrorismo yihadista.
Dentro de los disfraces comunistas para engañar incautos, se encuentran las feministas y los grupos LGTB, que se han manifestado en varias partes del mundo a favor de Hamás, lo cual es un absoluto despropósito, pues cualquier persona homosexual o feminista que quiera protestar en algunos de los países musulmanes es ejecutada, evidenciándose que lo que buscan ciertos grupos marxistas y religiosos fundamentalistas es conspirar en contra de occidente que ha sido con luces y sombras, defensor de la libertad individual y de la democracia.
De manera sórdida se ha pretendido por parte de grupos comunistas, exponer que el sionismo y el pueblo de Israel es lo mismo, lo que significaría que los 6 millones de asesinatos de judíos por los nazis en la Segunda Guerra Mundial, no eran judíos sino sionistas, tamaña aberración pertenecería a los marxistas que por su reduccionismo y determinismo, buscan acomodar la historia para desarrollar su práctica antisemita.
Hablando del genocidio judío por parte de Hitler, no se puede pasar por alto, que al estallar la Segunda Guerra Mundial, el líder nacionalista árabe palestino y líder religioso musulmán de nombre Amin al Husayni se alió con el Tercer Reich, reuniéndose en noviembre de 1941 con Adolf Hitler, allí habría tratado de convencer al fuhrer para que se ampliase el exterminio de judíos a los territorios de Francia bajo el gobierno de Vichy y a la Italia fascista, además propuso bombardear a Tel Aviv, ciudad habitada casi en su totalidad por judíos; en atención a lo cual el antisemitismo ha buscado toda clase de aliados para la aniquilación del pueblo judío.
En consecuencia, hay que ver con preocupación que sectores antidemocráticos y liberticidas que se arropan con el marxismo, buscan echarle más gasolina a la hoguera en el conflicto entre Israel y sus vecinos, siguiendo el disparatado lema: de apoyar todo lo que el enemigo combate y combatir todo lo que el enemigo apoya; sin detenerse a medir los resultados que esas posiciones extremistas le pueden traer a la humanidad, puesto que les interesa sin lugar a dudas, que su doctrina luciferina se cumpla en la práctica; en vista de que se debe buscar principalmente la solución de los diferentes conflictos que existen en varias partes de la tierra, en cambio de querer acabar con los valores occidentales, que representan importantes logros para la coexistencia pacífica.