Los ministros sacan la disculpa de que es imposible comunicarse con su jefe, lo cual no extraña, porque como lo predica el refrán se va más que el alcanfor y, lo que es peor, si les incumple a jefes de estado, deja tiradas sus comitivas y pilotos en viajes al exterior y no posa para la foto en las reuniones internacionales, como será acá que no tiene perro que le ladre. Pero es que, además, aunque llegue a los consejos de ministros con la piedra afuera, los funcionarios que tiene son claramente ineptos para los cargos que desempeñan y, pedirle peras al olmo, es una tarea irracional.
El ejército y la policía con las manos atadas, con un presupuesto que no alcanza para el combustible de las aeronaves, mantenimiento de aviones y equipos de combate, escasean raciones para los soldados y, estos, deben tratar con “respeto” a los bandidos; así nada pueden hacer contra la delincuencia que se mueve como Pedro por su casa, secuestra, mata policías, declara paros armados en medio del “cese al fuego”, extorsiona personas y empresas, recluta menores, defiende rutas de la coca, se goza la parálisis de la erradicación de cultivos y la baja interdicción de los cargamentos de estupefacientes, y crecen las intenciones de legalizar el uso “recreativo” de sustancias psicotóxicas que afectarán a la juventud, mientras llena los bolsillos de bandidos y cárteles de la droga.
Y la economía, aunque se afirma que el costo de la vida va bajando, debe ser en los escritorios de los burócratas, porque quienes vamos al mercado cada entrada a uno de estos establecimientos nos muestra lo contrario y esquilma los bolsillos de forma impenitente. Como será que una de las cajeras del supermercado un día me comentó que para poder comer huevo en su casa le tocaría ponerlo.
Las reformas ni las comento, ha corrido tanta tinta sobre ellas que ya aprendimos de memoria sus desastrosos efectos, pero el emperador insiste en que todo lo que se le propone para mejorarlas es impropio y las conserva indemnes, porque es más terco que una mula. Si no creen, miren las marchas, sale una gran mayoría de inconformes y arrepentidos; pero a Petro, le resbala.
El Rincón de Dios
“Dios abre caminos donde no los hay. Cuando todas las puertas se te cierren, solo espera y confía.”