Lo más parecido a elegir mal en política, es jugar con candela. Lo grave es que cuando se quiere tomar correctivos ya es tarde, ya nos hemos quemado algo. ¿Qué tanto nos hemos quemado los colombianos con las decisiones tomadas por el Gobierno Petro en escasos 80 días que lleva en el poder y cuánto tardaremos en curarnos? Bueno, si bien el país parece estar despertando, nuestro sistema político no tiene la virtud de abortar errores en cuestión de semanas como en Gran Bretaña, donde Liz Truss renunció tras solo 45 días en el cargo.
Petro lleva dos grandes marchas en su contra y la tercera está programada para el próximo 29 de octubre, algo nunca visto. Y ya las encuestas muestran un fuerte desgaste. Según la encuesta de Invamer, la favorabilidad de Petro cayó del 56% en agosto al 46% en octubre, y la desfavorabilidad, en el mismo lapso, creció del 20% al 40%. No sobra decir que el pesimismo se tomó el país y en todos los órdenes los encuestados manifiestan que estamos empeorando.
Esas cifras son ratificadas por la encuesta Pulso País de Datexco, según la cual, acerca de la forma como está manejando el país, Petro tiene una aprobación del 48% y una desaprobación del 38%. Es decir, Petro está siguiendo la misma senda de Boric en Chile y de otros izquierdistas de la región. La luna de miel se terminó y las razones saltan a la vista.
Que el dólar esté bordeando ya los 5.000 pesos es la muestra fehaciente de que la confianza inversionista se acabó y de que este Gobierno solo genera temor en los mercados. Petro ha echado el cuento de que todas las monedas se devaluaron contra el dólar y que los gringos están arruinando a todo el mundo. Pero resulta que, desde su elección el 19 de junio, el peso ha caído un 26% mientras que el índice DXY que promedia la caída de las monedas frente al dólar muestra un bajón del 10%.
Esa diferencia, en menos de cinco meses, es suficiente prueba para demostrar la incidencia del factor Petro en este descalabro, pero si a alguien no le basta para reconocerlo hay que escuchar al mismísimo MinHacienda cuando asiente que algunas expresiones de sus compañeros de gabinete han sido inapropiadas y han causado nerviosismo en los inversionistas. También al banco más grande de Estados Unidos, el J. P. Morgan, que indicó que los trinos de Petro tienen una responsabilidad directa en el precio del dólar. Ya algunos expertos advierten que habrá «corralito» para frenar la fuga de capitales. ¿Será capaz de imponer semejante cosa este dictadorzuelo?
Con un dólar caro adquirir casi que cualquier producto o servicio —incluyendo alimentos—, será más costoso, pero ese es solo un eslabón de la cadena de arbitrariedades de Petro que nos llevarán a un desastre colosal. La corrupción y el derroche burocrático de su gobierno van a ser rampantes, harán ver como minucias su fiesta de posesión por 68 millones, y la de Francia por 52 millones. La tributaria nos hará llorar, el descalabro de Ecopetrol y el sector minero energético será una calamidad, el orden público será el que impongan las guardias indígenas y las Primeras Líneas terroristas, habrá impunidad total para los peores delincuentes y les permitirán conservar el 10% de sus fortunas mal habidas, seremos el paraíso de las drogas, todas legalizadas a excepción de ese «peligroso veneno» que es el azúcar.
Nos cambiaron el país en menos de 80 días por uno que no parece muy prometedor que digamos. La única buena noticia es el desplome de Petro en las encuestas, lo que en realidad es una pésima noticia.
@SaulHernandezB