El nuevo Gobierno ha anunciado que no asignaría nuevos contratos de gas y/o petróleo. Además, que cancelaría los proyectos piloto o de prueba de fracking. Y que traerían gas de Venezuela.
En consecuencia con lo anterior, Colombia perdería su autosuficiencia, que actualmente tiene asegurada gracias a la combinación de energías renovables y convencionales. Autosuficiencia con excedentes exportables y en armonía con el sendero de reducción de emisiones netas.
En cuanto aquello de traer gas de Venezuela hay luces que no alumbran y sombras muy grandes. Este vecino tiene cerca de 200 teras cúbicas en reservas, mientras Colombia cuenta con menos de 4 teras. Sin embargo, la realidad allá no es fácil. Cuando con el Presidente Chávez firmamos el contrato de venta de gas a Venezuela, la mayor contraprestación era el suministro a Colombia después de 2012. Esto no se dio, no sabemos cuántas razones hubo, pero es claro que existen problemas de gasoductos y de ubicación de los pozos. En efecto, la mayor parte de las reservas de Venezuela se encuentran en el oriente del país y al parecer todavía no hay infraestructura para traerlas al occidente, frontera con Colombia. En el Golfo hay una mínima parte, afirman que entre 4 o 5 teras, de donde podrían suministrar a Colombia a precios razonables para nuestros usuarios.
Pero al parecer tampoco existe el gasoducto para conectar con el de la Guajira, que dejaron de usar en 2015, y este no tiene conexión con el que trae gas al Caribe y al Interior de nuestro país. De resolverse estos obstáculos, más ilusión que realidad, el suministro de gas desde el Occidente de Venezuela solamente alcanzaría a ser paliativo para épocas de dificultades en Colombia como aquellos veranos del Niño, que se anticipa uno para dentro de 2 años.
El Gobierno Duque firmó 70 contratos de exploración que implican desembolsos cercanos a 4 mil millones de dólares, destacable porque el país había llegado a cero contratos sin que sea aceptable la excusa de los precios en actividades que son de muy largo plazo.
Pero a tiempo que se recuperaba la tendencia de reservas de gas y petróleo, que venían reduciéndose, se logró un avance notorio en energías solar y eólica. Estos proyectos llegarían alrededor de 5000 megas, cifra cercana al 25% de la capacidad total.
Sin embargo, con reservas de gas y de petróleo que pueden alcanzar solamente para 7 u 8 años, la situación es nada fácil. A esto sumamos que todavía hay aproximadamente 15 millones de personas sin conexión a gas natural. Y con un agravante, más de 5 millones de personas todavía cocinarían con leña, actividad consumidora de nuestros bosques. Y en relación con los actuales usuarios y las necesidades nacionales pensemos solamente qué sería de Bogotá sin gas, o el país importando petróleo para proveer la industria petroquímica y producir materiales de construcción, ¡y a qué precio!
Durante la administración Pastrana se aprobó la ley de Amilkar Acosta para mezclar derivados vegetales a los combustibles fósiles, digamos etanol y biodiesel. Nuestro Gobierno estableció las condiciones para la producción y mezcla de ambos, a partir de caña de azúcar y de palma africana.
También construimos confianza con la Agencia Nacional de Hidrocarburos, que se creó para independizar de Ecopetrol la asignación de campos y contratos. Y la capitalización mixta de Ecopetrol le dio músculo de inversiones a la empresa y un sólido gobierno corporativo. Debo recordar que se instalaron los primeros molinos de energía eólica en la Guajira, Jepirachi, gracias a nuestros estímulos tributarios. Y pusimos en marcha el programa Familias Guardabosques, remuneradas, que hoy tendría toda la lógica.
Entendemos y compartimos las preocupaciones por el Fracking pero los proyectos pilotos darían una información sobre las realidades de riesgos en nuestro país, que de poderse superar aumentarían a más de 35 años las reservas de gas natural. Ecopetrol ha informado positivamente sobre su proyecto de fracking, con Oxy, en la cuenca Permian de los Estados Unidos.
El tema de impuestos excesivos es muy sensible en la medida que saque al país del rango para ser atractivo a la inversión. La propuesta del 10% a las exportaciones tendría el agravante de la fijación estatal, caprichosa o convencional, del precio sobre el cual operaría el gravamen. Y en cuanto a la no deducibilidad de las regalías, además de aumentar costos, llevaría a presionar a las regiones y a dificultar los pagos. Bolivia con enormes cantidades potenciales de gas, ha tenido que disminuir las ventas a Brasil y a Argentina porque con impuestos desaceleraron exploración y producción.
Colombia está comprometida con el hidrógeno, el Centro Denmocrático presentó un proyecto para su desarrollo que quedó incorporado en la ley de transición energética. Pero, las transiciones toman tiempo y no hay certeza que todo se pueda sustituir.
* Publicado en su cuenta de Twitter el 22 de agosto de 2022.