No solo en Bogotá en la manifestación obrera que terminó en la Plaza de Bolívar, se observaron esas proclamas en contra de la Invasión Rusa a Ucrania, sino que además en otras ciudades del país también hubo repudio a la guerra propiciada por el régimen ruso que ha buscado avasallar a Kiev, demostrándose de igual manera la indignación universal de los trabajadores en contra de la invasión, puesto que en la mayoría de naciones, las marchas del primero de mayo estuvieron matizadas por la condena a la agresión del Kremlin a un país vecino, cuyas consecuencias para la humanidad, pueden ser catastróficas no solamente por el peligro de la Tercera Guerra Mundial, dado que también existe la posibilidad de una recesión mundial que traería más hambre, desempleo y pobreza.
Sin embargo, seguidores de la estafa comunista del marxismo leninismo, en su enfermizo dogmatismo, siguiendo la consigna acerca de que: “Hay que apoyar todo lo que el enemigo combate y combatir todo aquello que el enemigo apoya”, consideran en su irracionalidad que la culpa es de EE.UU., como si este fuera el invasor de Ucrania; a lo que se agrega que Putin es un personaje homófobo, reaccionario, machista y racista, pero a la mamertada latinoamericana poco le interesan esas posturas y solo ven al enemigo en Norteamérica.
Así como los demócratas en su momento, rechazaron la guerra en Vietnam en la década de los sesenta y setenta por la presencia de USA; además de repudiar la ocupación norteamericana a Irak en el 2003 y la invasión soviética a Afganistán en la década de los 80 del siglo pasado, igualmente ahora los amantes de la paz que abrazan de verdad la democracia, condenan la agresión rusa a un país débil como ocurre en el caso de Ucrania, que su único pecado es buscar fortalecer su independencia después de haberse derrumbado la URSS.
Queda verificado que las élites comunistas y sus seguidores, tienen criterios selectivos frente a la autodeterminación de los pueblos y la independencia nacional, en vista de que por ninguna parte se observa la desaprobación del ataque ruso sobre Ucrania, cosa contraria sucede con organizaciones de los trabajadores que de manera solidaria se pronuncian en favor de sus hermanos ucranianos y rusos que son víctimas de la tiranía moscovita, que busca subyugar y expoliar a los pueblos vecinos, para reverdecer el imperio agresivo del pasado, del que Vladímir Putin es un nostálgico.
Asimismo se resalta que el domingo primero de mayo en la Plaza Bolívar de Bogotá, sectores afines al candidato marxista Gustavo Petro, pretendían utilizar la concentración para fines electorales, olvidándose de las condiciones pluralistas, libertarias e independientes del Sindicalismo Democrático; debido a lo cual después de la intervención acertada del presidente de la CGT (Confederación General del Trabajo) la plaza se desocupó, puesto que la gran mayoría de miles de trabajadores que se encontraban en ese sitio, son militantes de la central obrera CGT; por lo que los parlamentarios petristas que estaban en el lugar, no tuvieron la oportunidad de echar sus monsergas, por ausencia de público, demostrándose nuevamente la madurez de los trabajadores colombianos.
Indudablemente el talante de sindicatos como ADEBAN, frente a la invasión de Rusia a Ucrania, está indicando que los trabajadores no se dejan llevar de políticos que, con sofismas ramplones, buscan ningunear la gravedad de un acontecimiento que perjudica a toda la humanidad; en atención a lo cual le corresponde al Sindicalismo Democrático continuar en Colombia denunciando las tropelías rusas.