v Que por, sobre todo, Colombia debe seguir manteniendo su democracia.
v Que debemos impedir, por todos los medios y empleando todas nuestras capacidades legales, que el poder del Estado quede en manos del comunismo.
v Que, en beneficio del país, debemos emplear todo nuestro sentido moral y nuestra lógica política para convencer a nuestros amigos y allegados, con inclinaciones indebidas, que no vayan a votar por el socialismo.
v Que no podemos sumarnos a quienes por bronca o fastidio contra las organizaciones políticas tradicionales o por carencia de raciocinio y de juicio político, van a votar por quien no debe gobernar a Colombia.
v Que en todo momento tenemos que tener presente que los gobiernos comunistas han fracasado social, política y económicamente en todos los países latinoamericanos que han asumido el poder.
v Que por ninguna razón podemos ni debemos contribuir a que Colombia llegue a la desgracia que ha azotado a Venezuela, Cuba y Nicaragua.
v Que la mejor manera de garantizar un futuro pacífico y progresista de Colombia es votando por el candidato que asegure esas condiciones.
v Que debemos meditar, profundamente, como sería nuestro país en manos comunistas.
v Que no tenga que arrepentirse después por no haber hecho lo que podía y debía haber hecho para contribuir a que el comunismo no asumiera el poder.
v Que es necesario ejercer acción sobre nuestros allegados, amigos y conocidos para que si van votan lo hagan por el candidato que nos asegura la vigencia de la democracia, descartando el perjuicio que voten en blanco o no voten.
v Que debe tomar los criterios apropiados, necesarios para que después del 7 de agosto de 2022 no tenga que estar renegando por la situación que vivirá el país con un gobierno comunista, ni fastidiado por las actitudes, acciones y manifestaciones de algunos camaradas del gobernante que no dejarán de ser absurdos, abusivos, antipáticos, antipatriotas, apasionados, arbitrarios, ardientes, ardorosos, atrabiliarios, como lo han venido siendo.