“Todo lo que Dios hace es bueno; todo lo que Dios permite es necesario.” Job 2:10
Antes de morir el cuerpo se presenta la enfermedad que puede ser sospechada por el paciente, diagnosticada con certeza por el médico y, en colaboración, neutralizada en diferentes grados y resultados, para postergar el resultado inevitable de un maravilloso sistema biológico y mortal llamado cuerpo. Por otra parte, decimos que la diferencia entre el ser humano y el animal es algo que llamamos espíritu capaz de asombrarnos con las insospechadas realidades del arte, la ciencia y su tecnología, la cultura que inspira, la increíble variedad de seres humanos y un código ordenador de principios y valores para guiar y ayudar al ser humano hacia la felicidad frente a una mentalidad hostil a todo lo que represente o se manifieste como vida.
Sin embargo, debido a la enfermedad espiritual ciertos seres tratan a esta maravillosa invención de la vida como algo desechable, mientras le rinden honores a lo impensable y trágico que acaba con ella. Trataremos de dilucidar los síntomas de esa enfermedad y proponer algún tratamiento para que no matemos el BUEN ESPÍRITU HUMANO que nos da garantías de acceder a un nivel evolutivo superior mediante lo que, a lo largo de la historia, ha recibido diferentes nombres en la medida en que se ha ido descubriendo su capacidad de perfeccionar al ser humano.
Una de las peculiaridades de la enfermedad espiritual es que, como la biológica, es transmisible, tiene virus, bacterias y diferentes afectaciones letales. El resultado final es la separación de la fuente de todo lo que identificamos con una FELICIDAD SUPERIOR, porque en todo hay características de calidad y falta de ella. Comencemos con la enfermedad de nuestros días.
La edad moderna ha sobre abundado en información producida por la ciencia, la razón, el arte, la política, los diferentes tipos de discurso social, la religión, las experiencias personales, noticias, etc., que operan de una manera LINEAL, MECÁNICA que produjo la educación memorística.
Sin embargo, el SIGNIFICADO, que es abstracto, se produce como resultado de la COMPRENSIÓN del contexto, que no es lineal ni mecánico. Entonces tenemos que entrenar la inteligencia con la que todos nacemos APRENDIENDO A PENSAR, anticipándonos a las situaciones peligrosas que puedan ocurrir tomando decisiones correctas cuando conocemos el significado de lo que enfrentaremos. Cuando no es así, sencillamente REACCIONAMOS frente a situaciones externas, o conflictos internos sin resolver. Por eso se dan las guerras o nos sobrevienen multitud de estupideces que llamamos problemas.
¿QUÉ ES LA ESPIRITUALIDAD? En términos prácticos, es la conexión con algo significativo y bueno que me produce un sentido de LOGRO LEGÍTIMO, CORRECTO, ÚTIL para el bien común y que me produce felicidad y paz. Ese hecho comprobado me da fortaleza y me levanta el ánimo para seguir luchando.
Así, me convierto en un soldado de la espiritualidad a las órdenes de un comando que no pretende ser superior o diferente a mí. Lo considero ‘comando’ porque sus hechos demuestran lo que es: primero en la batalla; en respaldar las creencias e ideas correctas de cada quien, según un patrón universal de lo bueno; primero en brindar consuelo, dispuesto a ayudar a riesgo de su vida. ¿Qué evita que muchos ingresen a ese ‘ejército’ contra el mal?
La desmoralización que todos sufrimos a diario que nos hiere con los francotiradores del mal que disparan a herir, para causar sufrimiento, miedo; o la confusión que neutraliza para hacer colapsar los servicios de salud espiritual que terminan por ser abandonados a la imaginación de cada quien. ¿Cuáles son los tiros? Las llamadas tentaciones, actos denigrantes, adicciones, conductas en los límites de lo incorrecto, delitos, corrupción, drogas, alcohol, violación de la ley de Dios, etc. Entonces las personas se sienten en un callejón sin salida por lo que la ENFERMEDAD, DOLENCIA O MALQUERENCIA ESPIRITUAL los acorrala y se presentan los siguientes síntomas, indicadores de la próxima MUERTE ESPIRITUAL o separación definitiva de la fuente de la vida verdadera y superior. Entonces…
- Se pierde el sentido de la vida que cada quien remplaza por cualquier ídolo o estupidez.
- Los sentimientos de tristeza, ira, o miedo se vuelven parte del paisaje promovidos por diferentes medios y prácticas inicuas.
- Con facilidad se vive sin límites para lo malo, lo que daña, perjudica.
- Los perdidos se convierten en ‘jueces’ de los que no comparten dizque su estilo de vida, que más bien es un estilo de morir lentamente.
- Entonces se vuelve normal que en el mundo se den los siguientes escenarios: negociar sin intención de cumplir; el malo le retira su embajador al perverso; se asesina con disculpas; se cede un país por miedo a desagradar al jefe real, el mal en sus diferentes manifestaciones; no se dice la verdad por conveniencia, no porque no se quieran herir sentimientos que han desparecido del escenario político; la angustia, la debilidad y el fracaso se disimulan con conferencias de prensa; se juzga el ‘bien’ del otro como falsedad.
Entonces el líder mundial ‘creyente’ va al confesionario o al psiquiatra para confesar sus desastres para ser perdonado personalmente. No teme por su vida porque el sistema lo convertirá en un intocable. Pero el propósito de enmienda de la guerra lo paga el erario público. ¿Pero, si es radicalmente honesto consigo mismo y con Dios, cómo se vacuna el líder contra la enfermedad espiritual del mundo para dar ejemplo? No será fácil porque tiene que ser auténtico. Generalmente escribe sus memorias para que la historia lo entienda. Vanidad de vanidades.
Ahora bien, el mal lo atacará pudiendo sentirse tentado a no hacer lo correcto, lo que le causará una frustración extrema al ver cómo avanza el mal. Entonces su propósito de líder se ve confundido y ahí es cuando el ENEMIGO propone el diálogo, la negociación. Ningún líder sale bien. Por lo que se instaura la confusión en la opinión pública. Al faltarle la paz, se siente agotado, inútil, porque su esfuerzo no valió la pena. Pero no debe ceder.
Alguien que quiera ser un líder debe prepararse para evitar la más importante derrota, la espiritual, acostumbrándose a comprender el contexto de la verdad y la mentira; el propio y el de los demás. ¿Cómo? Desarrollando su propio SCI O SISTEMA DE CONTROL INTERNO de: pensamientos, sentimientos, inquietudes, preguntas, respuestas que se le ocurren, acontecimientos e interacciones con los demás y consigo mismo, desilusiones, logros; cambios de humor, sentimientos, patrones de pensamiento o conductas. Esto evitará que sea sorprendido por la INÚTIL CULPA al asumir con responsabilidad, a tiempo, sus errores y correcciones para no caer en el desastre de la vida y el espíritu que es el precio de no hacer lo correcto a tiempo.
Los psicólogos llaman a este proceso LOCUS DE CONTRO INTERNO mediante el cualcon se determina QUIÉN ES EL RESPONSABLE de lo que nos ocurre: ¿Yo o el otro? Y esto comienza desde pequeños. Si estudian y se esfuerzan CONTROLAN el resultado de sus posibles notas y por lo tanto se sentirán más seguros con el profesor. A lo largo de la vida estas personas tendrás esta clase de pensamientos: Lo logré porque me lo propuse; todo nos va salir muy bien; me ascendieron en el trabajo por mi compromiso y dedicación; saqué buenas notas porque estudié bastante. Estas personas tienen y practican un saludable Sistema de Control Interno.
Pero los copietas dependerán de los otros y serán los rebeldes inocuos de los que nadie se acordará; los fracasados. Y porque dependen de un deplorable Sistema de Control Externo, pensarán y actuarán de esta manera: La suerte no está de mi lado; cruce los dedos para que nos vaya bien; no me gané el ascenso porque no le caigo bien a mi jefe; la nota fue mala porque el profesor es un tal por cual.
Ahora bien, ¿cómo unos fracasados se convirtieron en ganadores en el negocio más importante de la vida, salvarse a sí mismo? En AA descubrieron que su recuperación frente al alcoholismo se debe a que asumieron su propia responsabilidad sobre lo que les ocurría. San Juan Pablo II los llamó el MILAGRO VIVIENTE DEL SIGLO 20. Desastrosamente LA ENFERMEDAD ESPIRITUAL DEL MUNDO que nos lleva a la maldita guerra es NO ASUMIR INDIVIDUAL Y COLECTIVAMENTE la responsabilidad de lo que nos ocurre y echarle la culpa al destino, el diablo o Dios que es el paganini de nuestras estupideces, a pesar de que viene repitiendo desde hace dos mil años, que el construye, no destruye, sencillamente porque es el AMOR que creó la vida que disfrutamos y que los estúpidos destruyen. Putin le echa la culpa a Ucrania de haber tomado… ¡ÉL! la decisión de acabarlos porque le dio la soberana gana del zar que no es. Es un fracasado moral. Ese tipo debería estar en la cárcel o el manicomio Punto. La ONU, un nido de izquierdistas,dizque ya empezó a investigar el asunto. Amanecerá y veremos dijo el ciego.