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Eduardo Mackenzie   

Dos encuestadoras, Datexco e Invamer, acaban de lanzar, a nueve meses de la primera vuelta electoral de 2022, unas cifras obtenidas recientemente sobre índices de impopularidad y su contrario de los políticos y candidatos presidenciales y otros “personajes de la vida pública”.

En lugar de seleccionar los datos más sobresalientes de esos sabios estudios, para proponer a los lectores las conclusiones más obvias, los medios se contentan con mezclar las cifras, las fechas y los nombres para ocultar el hecho principal que salta a la vista: en Colombia los políticos y candidatos menos populares son de izquierda.

No es sino ver estos índices de desfavorabilidad de políticos, candidatos y alcaldes en ejercicio:

Iván Marulanda: senador por el Partido Verde, tiene un índice desfavorable del 74 %, según la encuesta de Datexco.

El alcalde de Cali, Jorge Iván Ospina, de la Alianza Verde, tiene una imagen desfavorable altísima: 72 puntos. Encuesta de Invamer

Enrique Peñalosa, del Partido Verde,  tiene un 66 % de desfavorabilidad. (Datexco).

Roy Barreras, senador petrista, del Partido de la U, imagen desfavorable del 60 %. (Datexco)

Gustavo Petro, candidato de una coalición de izquierda en formación, registra una imagen desfavorable de 57 %. (Datexco).

Daniel Quintero Calle, alcalde petrista de Medellín,  imagen desfavorable de 53 puntos. (Invamer).

Claudia López, del Partido Verde y alcaldesa de Bogotá, tiene una imagen desfavorable de 51 puntos (Invamer).

Alexander López: senador del Polo Democrático, imagen desfavorable del 49 %. (Datexco).

Alejandro Gaviria, candidato santista, registró una imagen desfavorable del 47 %. (Datexco).

Sergio Fajardo, del Partido Verde, tiene un índice de 42 % de desfavorabilidad. (Datexco).

Conclusión: La acción municipal y el comportamiento político general de los líderes de la izquierda colombiana son una calamidad. ¿Por qué? El estado en que están las ciudades que ellos administran es lamentable: la inseguridad, la pobreza y la corrupción son cada vez mayores. El apoyo sin condiciones que esa gente le brindó a las cruzadas de violencia de 2020 y, sobre todo, de este año --la oleaba de barbarie urbana de 50 días--, les está costando caro. La ciudadanía víctima de tales atropellos no ha perdido del todo la memoria.

Sobre los índices que conciernen a los otros políticos, alcaldes y candidatos, de la derecha y de la llamada “centro-derecha”, la situación es curiosa. Las encuestadoras padecen de una especie de bloqueo mental: los datos que la prensa reveló en estos días son mudos o casi, ante ese sector político. Es como si éste no existiera en la vida política nacional.

Escapan a ese mutismo solo dos personalidades: Datexco afirma que Óscar Iván Zuluaga, del Centro Democrático, quien manifestó hace poco su intención de ser candidato, tiene un índice de desfavorabilidad del 61 %. Federico Gutiérrez, del Movimiento Creemos Colombia, tendría también una imagen desfavorable del 51 %, según Datexco.

Gustavo Bolívar, el insigne senador del campo petrista, dice que tiene que “irle muy bien” a los tres alcaldes de izquierda, López (Bogotá), Quintero (Medellín) y Ospina (Cali), para que su patrón pueda desembarcar en la Casa de Nariño en 2022. ¿Qué quiere decir Bolívar? ¿Que las empresas de encuestas deben responder presente?

Hay que observar bien las cifras de esas compañías pues ya comenzaron las maniobras inexplicables.

Un ejemplo: las dos encuestadoras citadas, Invamer y Datexco, omiten datos sobre los políticos y/o candidatos liberal-conservadores, o uribistas, aún los más activos. Los sondeadores parecen haber lanzado sobre ellos un manto de silencio. María Fernanda Cabal, Paloma Valencia y Rafael Nieto Loaiza no aparecen en esas estadísticas, hechas, sin embargo, en agosto. Meses antes ellos habían intensificado su acción y  sus intenciones son claras. María Fernanda Cabal habló, el 23 de junio pasado, en Barranquilla, de su posible candidatura presidencial. Datexco incluyó en sus preguntas de agosto los nombres de 32 personajes políticos pero excluyó toda referencia a la senadora Cabal y a la senadora Paloma Valencia.

Es imposible no pensar que allí, con ese detalle, Datexto dejó ver su fibra sectaria, doblada de cruda misoginia.

¿Una manipulación para contentar a Pinturita?

La revista digital Kienyke afirmó en una nota del 1 de septiembre: “Según la reciente encuesta hecha por Datexco, la aprobación del alcalde de Medellín, Daniel Quintero, quedó en 69 % siendo la mejor de los mandatarios locales”. Empero, tan guarismo había sido omitido por Kienyke en su artículo del día anterior. ¿Por qué? Invamer y Blu Radio por el contrario, le habían dado a Daniel Quintero, ese mismo día, un índice desfavorable alto, de 53 puntos. ¿Cómo dos empresas de sondeos pueden lanzar cifras tan contradictorias sobre un mismo personaje y en un mismo día?

La encuesta que publicó Blu Radio es la de Invamer. Kienyke publicó la de Datexco. Resulta curioso que  Kienyke haya reaccionado en ese sentido luego de que el mismo Quintero, alias “Pinturita”, destacara en una red social que él era “el mejor alcalde del país”.  En vista de eso, e ignorando lo que decía Invamer, Kienyke dócilmente recitó: “Daniel Quintero [es] el mejor alcalde del país”. ¿Desde cuándo Kienyke se convirtió en un órgano de propaganda de Pinturita? ¿O es que la desfachatez nacional llega al punto de que priman en los medios los sondeos a la carta, en donde el cliente exige el plato que quiere?

Una observación final. Datexco y W Radio saben hacer sus cosas. Empiezan a ser conocidos por sus malabarismos para crear quimeras. Encuestas y mediatización: un coctel retributivo, sobre todo en época electoral. Con esa mezcla se le hace creer a la ciudadanía cualquier cosa. Un ejemplo: el 27 de abril de 2021, Datexco divulgó una encuesta que sirvió para que W Radio titulara: “El 73% de los colombianos está de acuerdo con el paro nacional”. Datexco produjo unas cifras y con la ayuda de W Radio presentó un hecho como realizado cuando en realidad la opinión respondía a un hecho futuro. La encuesta reflejaba la opinión de los consultados antes del “paro nacional”.

El 11 de mayo de 2021, esas dos entidades trataron de imponer otra idea escabrosa: que el violento “paro nacional” en curso, que había comenzado 14 días antes, era tremendamente popular. W Radio gracias a las cifras de Datexco dijo que “el 75% de los colombianos apoya el paro nacional”. Trataron así de darle un cariz lógico a algo catastrófico. “En su concepto, ¿sus amigos y conocidos respetan la autoridad de la Policía Nacional?”, preguntaron. Los encuestados respondieron: “Sí 76,4% y No 16,6%.” ¿Cómo podían respetar a la policía si, al mismo tiempo, apoyaban el paro contra el que luchaba la policía? Para enredar aún más la pelota, Datexco informó que el 16,4% de los encuestados culpaba a la Policía de ser la “responsable por los hechos violentos”, mientras que el 11% culpaba de eso a los manifestantes.

En Colombia, la amalgama entre cifras de encuestas y divulgación banderiza no viola, hasta hoy, ninguna ley. Mientras no haya vigilancia sobre esos artificios de tahúres, los abusos aumentarán, y la democracia decrecerá.

Publicado en Columnistas Nacionales

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