Cuando verificó que. la defensa que hizo del Minhacienda Bonilla, no aplacó el escándalo, cortó por lo sano y le pidió la renuncia.
Un fusible quemado más que se reemplaza con otro.
Para un cínico, indolente y mitómano como Petro, esto se resuelve muy fácil.
De la misma manera saco por la puerta de atrás a los ministros “estrellas”, como José Antonio Ocampo, Cecilia López y Alejandro Gaviria.
Dizque los intocables.
¡Los sacó de un sombrerazo!
Al otro lado de la baranda queda un país aterrado de la corrupción, el descaro y el cinismo del gobierno Petro.
Hay 6 congresistas con “una pata en la cárcel”, por cuenta de la Corte Suprema de Justicia y por el escándalo de los sobornos a esos congresistas de la comisión Inter parlamentaria de crédito público, para aprobar los nuevos cupos de endeudamiento.
Todo probado, todo certificado y todo “sapeado” entre unos y otros intentado obtener beneficios jurídicos en su condena.
Bonilla al frente del operativo, trasladó de un manotazo $ 700.000 millones para unas obras en Cotorra, Córdoba, Saravena, Arauca y Carmen de Bolívar.
Los congresistas beneficiarios de esas obras vía contratos, están filmados, documentados sus ingresos al ministerio y a la oficina “macabra” del UNGRD.
Además, denunciados por los ladrones de Olmedo y Sneider, buscando naturalmente beneficios judiciales en sus condenas.
Todo un concierto para delinquir y comprar esos votos que le darían vía libre a un endeudamiento nuevo para la nación.
Endeudamiento que fue generosamente aprobado por estos “ilustres” congresistas.
Pero la “pita se revienta por donde más delgada está”, y fue la asistente del ministro de Hacienda Bonilla, María Alejandra Benavides, la que, desesperada, acudió a las autoridades a confesar toda esta inmunda trama en la que sin duda alguna. Bonilla tuvo todo que ver.
¡Todo!
Pero María Alejandra sabía que se enfrentaba a un poderoso alfil de Petro, y llegó cargada de documentos, chats, testimonios y pruebas que hacen muy sólida su posición.
Nadie como ella vivió en carne propia el proceso, construcción y trámite de ese gigante soborno colectivo.
Petro salió al ataque en su red X, a acusar de mentirosa y uribista a esta asesora personal de Bonilla, pero la vuelta le salió muy mal.
Esa retahíla de explicaciones insulsas que defendían a Bonilla, y agredían a la pobre María Alejandra, no convencieron a nadie y el escándalo no se detuvo.
Pudieron los argumentos de María Alejandra.
Hacia el escándalo, metástasis por la médula del gobierno.
Petro viendo que la cosa se ponía cada vez más maluca, decidió pedirle la renuncia a Bonilla.
¡Retirar el fusible!
Cambiarlo por otro y después mandar a Bonilla a una cómoda embajada, es la receta para sortear estas crisis.
Bonilla se va, con serios problemas legales por ese soborno denunciado, documentado y probado por la Corte Suprema.
Los 6 congresistas iniciaron esta semana indagatoria ante la Corte Suprema de Justicia, con muchas posibilidades de ir a la cárcel.
La Corte abunda en pruebas, testimonios, videos, visitas, chats, en fin.
Otro escándalo hediondo de este gobierno.
¡Ojalá haya justicia!
¡Pocas veces ha estado tan documentado un delito!
Y de pronto la Corte, que no está a las órdenes de Petro, hace un home run, ¡con bases llenas!
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