Por los resultados, es clara ya la segunda vuelta electoral el próximo 19 de noviembre.
Los finalistas serán Sergio Massa, peronista y representante del gobierno actual que sacó un 36.7% y 9.645.983 sufragios, y Javier Milei, de la Libertad Avanza, que sacó un 29.98% y 7.884.336 sufragios.
La tercera en la contienda fue Patricia Burlich, con el 23.83% y 6.267.152 sufragios.
Sorprende ver cómo la poderosa maquinaria peronista-kirchnerista, ha logrado tan alta votación.
En un país con 40% de pobreza y un 10% de miseria, eso es increíble.
Un gobierno que ha destruido la economía argentina con una inflación anualizada del 124% y una moneda cuyo valor desapareció.
Un país que debe hoy la impagable cifra de US $ 390.000 millones.
En el último mes hay que pagar el doble ($ 1000 pesos Argentinos ) de lo que había que pagar 30 días antes ($ 500 pesos Argentinos) por un dólar.
Una moneda que se vuelve aire.
Hace mucho tiempo los vehículos, la maquinaria, y sobre todo, la propiedad raíz, se transan en dólares.
La solución está en la segunda vuelta.
La alianza entre Javier Milei (29.98%) y Patricia Burlich (23.83%) es inminente.
Y será el entierro del kirchnerismo que tiene al país arruinado.
Es una alianza necesaria y salvadora para la Argentina.
Juntos sacarían en la segunda vuelta cerca del 53% y con esa cifra entierran al Kirchnerismo que representa Sergio Massa (36.7%)
Este candidato de “la casta de ladrones “, como los califica Milei, no tiene opción alguna de salvarse con alianzas.
¡Está frito!
Milei y Burlich, tienen algunas diferencias conceptuales pero subsanables.
Mejor, conciliables.
¡Negociables!
Pero ambos candidatos, tienen un enemigo común: ¡“la casta de saqueadores “kirchnerista!
En esta elección que acaba de pasar el Kirchnerismo mostró el poder de la maquinaria.
Pero hoy ya no es capaz de mantenerse en el poder.
Sergio Massa no será presidente de la Argentina.
Javier Milei, deberá ser el nuevo mandatario, en alianza con Patricia Burlich, candidata del expresidente Mauricio Macri, con la que tienen una sola e indestructible identidad: sacar al Kirchnerismo del poder.
Un país más libre, con la mitad de los ministerios y de los parásitos.
Con una fuerte reducción de impuestos y la eliminación de una maraña de regulaciones inútiles.
Y también el cierre del Banco Central que lo habían convertido en una fotocopiadora de billetes sin valor, que engañó y empobreció a los argentinos.
“¡Entre menos Estado, menos corrupción!”
Por allí, transitará la recuperación de la Argentina.
¡La mejor de las suertes para Milei y Burlich!
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