Fue hace muy poco.
Teníamos un presidente joven, trabajador, cumplido, madrugador y definitivamente honorable.
Un mandatario que canceló definitivamente la mermelada para los congresistas desde el discurso de posesión.
Le ahorró al Estado colombiano $ 10 billones en los 4 años.
Y una oleada de corrupción regional que se quedó sin combustible.
Duque fue recibido por Petro, a quien derrotó en las elecciones y por todos sus aliados de la izquierda, con una cruzada de marchas, paros, vandalismo y violencia que no lo dejaron siquiera acomodarse en la silla de Bolívar.
“¡Sacaremos la gente a las calles si es preciso todos los días, para no dejar gobernar a este presidente corrupto!”, sentenció Gustavo Bolívar.
Era el abrebocas de una jornada terrorista sin pausa de la izquierda, con Petro a la cabeza, apoyado por todos los grupos narcoterroristas , contra Iván Duque.
Recibió Duque de Santos, la olla raspada.
Unas finanzas deficitarias en más de la mitad de los programas del gobierno.
35.000 corbatas que Álvaro Uribe liquidó con un sacrificio fiscal tremendo, fueron enganchadas de nuevo por Santos.
Y llegó la Pandemia en marzo del 2020.
Una plaga que nadie conocía.
Duque se consiguió US$ 20.000 millones en pocos días y la enfrentó con inteligencia y valor.
No solo sobraron las vacunas, sino los subsidios a los más pobres y a 400.000 empresarios les pago el 50% de las nóminas por varios meses, para evitar despidos.
PAEF, programa de ayuda al empleo formal, fue salvador para miles de empresas.
Duque se rodeó de un equipo técnico y muy competente.
Debió recibir duros golpes hasta de su mismo partido por repartir la torta burocrática con todos sus aliados en el congreso.
“¡No me eligieron para manejar el CD, sino para gerenciar a Colombia !”, puntualizó ante los ataques brutales de su propio partido.
Y llegó el paro terrorista de Petro que arrancó el 28 de abril del 2021, disfrazado de paro; se trataba de una “ toma terrorista del país “, como lo calificó María Fernanda Cabal.
Pero Duque nunca dejó de trabajar, ni paró los proyectos, y mientras enfrentaba los bloqueos, su gabinete ejecutaba las obras.
El plan vial de Duque con su ministra Orozco es descomunal.
20 autopistas 4G terminadas, 14 en obra, y 14 las listas para adjudicar por concesión.
El plan de economía Naranja de Duque con los jóvenes emprendedores, fue gigante y muy exitoso.
Hoy, miles de esas start-up, están produciendo, vendiendo y exportando con el impulso de Duque.
La transformación de Ecopetrol en el gobierno Duque fue mágica.
No solo ingresó en el negocio de distribución de energía eléctrica, sino que obtuvo los dos últimos años unas utilidades descomunales.
Era el gobierno de la calidad en la gerencia pública.
Nadie le dio más duro al narcotráfico y al terrorismo que Iván Duque.
Nadie destruyó más complejos coqueros y confiscó más cocaína que Duque.
Nadie a pesar de los obstáculos de la Corte Constitucional, fumigó más coca que Duque.
Entregó la economía colombiana con el mayor crecimiento en América Latina y uno de los 5 más altos del planeta ( 10%).
El desempleo en un dígito (9%).
Hizo unas elecciones tan limpias, que ganó su peor enemigo.
Un gobierno cuya impronta fue el trabajo, la eficiencia y la honradez.
Cómo extraña Colombia a Duque.
¡Como te ves de grande hoy, Duque!
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