Lo anterior significa que, partiendo de cero, cuando aumenta la tarifa, también aumenta el recaudo, aunque en menor proporción, hasta alcanzar un valor máximo, a partir del cual la mayor tarifa arroja un recaudo cada vez menor, que llega a cero con una tarifa de 100 %. Existe, pues, una curva cóncava, conocida como la curva de Laffer —en honor del economista que la ideó, pintándola, según se dice, en una servilleta—, que une los puntos de tarifa 0 % y 100 % para los cuales el recaudo es nulo.
La idea de que un aumento de tarifa puede reducir el recaudo o una reducción aumentarlo es vieja como la economía y refleja el hecho elemental de que la gente responde a incentivos, frecuentemente ignorado en las cuentas que hacen los estatistas autoritarios de todas las épocas y lugares.
Las estimaciones de la curva de Laffer para la economía colombiana arrojan resultados diversos en cuanto a la proximidad de las tarifas efectivas del nivel de recaudo máximo. Una estimación reciente indica que un aumento de 10 % de los impuestos al capital aumentaría en 3 % el recaudo. Según otro estudio, la tasa impositiva que maximiza el recaudo estaría alrededor de 37 %. En fin, para otro, ya pasamos el punto de máximo y estamos en el tramo descendente de la curva de Laffer.
Al efecto que puede tener la reforma tributaria sobre el trabajo, la inversión, la evasión, la fuga de capitales y los demás factores que determinan la variación de la base gravable, hay que añadir el impacto, también negativo, de la reforma laboral, la política confiscatoria de tierras y las restricciones reglamentarias a las actividades minero-energéticas, entre otros desastres económicos anunciados.
El gobierno de Samper Pizano, del que Ocampo fue ministro de Hacienda, recibió la economía creciendo 5 % y desempleo de 8 % y la entregó creciendo 0,6 % y desempleo de 15 %; después de que la economía quedara noqueada por el impacto de la ley 223 de 1995, que llevó la tarifa de renta a 35 %, la tarifa general del IVA a 16 % y creó el impuesto global sobre la gasolina.
Después de haber recuperado la contracción de la pandemia con un crecimiento de 10 % en 2021, la economía que recibe el nuevo gobierno viene creciendo a una tasa anualizada de 8,2 %, desempleo de 11 % y pobreza en retroceso. Todo parece indicar que Ocampo repetirá su anterior hazaña, pues, según el Banco de la República, en 2023 el crecimiento será de un mísero 1 %
https://www.elcolombiano.com/, Medellín, 29 de agosto de 2022.