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Harold Alvarado Tenorio

Continuando la tradición de las tiranías y autocracias soviética y cubana, el PACTO HISTORICO del mussoliniano Petro y la estalinista Francia, anuncian la creación de un comité Ad hoc, conformado por una caterva que dice ser poetas, a fin de ir fundando una suerte de tribunales revolucionarios para purgar no solo a la mamertocracia y la social bacanería sino a todos aquellos intelectuales que no suscriban el Pacto de la Picota y el odio racial contra judíos y cristianos.

Como se sabe, entre 1936 y 1938 se llevaron a cabo tres juicios en Moscú donde fueron juzgados exmiembros del Partido Comunista, acusados de conspirar con las naciones occidentales para asesinar a Stalin y a otros líderes soviéticos y restaurar el capitalismo en Rusia. En el primer juicio fueron acusados 16 presuntos miembros del llamado «Centro Terrorista Trotski-Zinóviev», cuyos supuestos líderes eran Grigori Zinóviev y Lev Kámenev, dos prominentes miembros del Partido. Todos fueron sentenciados a muerte y ejecutados.

En enero de 1937, se llevó a cabo el segundo juicio en Moscú, donde fueron juzgados diecisiete miembros del Partido, de menor rango que los del juicio anterior, entre los juzgados se encontraban Karl Rádek, Yuri Piatakov y Grigori Sokólnikov. Trece fueron sentenciados a muerte y fueron fusilados, mientras que el resto fueron enviados al Gulag, donde no sobrevivieron mucho tiempo.

La revolución castrista, que fue saludada con júbilo por los hoy defenestrados Sartre y Beauvoir entró en crisis con los intelectuales libres del mundo con el llamado Caso Padilla que hizo trizas las amistades de notables escritores como Cortázar, García Márquez y el desquiciado Mario Benedetti, con Vargas Llosa, Jorge Edwards y Octavio Paz.

El conflicto comenzó por el rechazo de la dirigencia política cubana al libro Fuera de juego de Padilla en 1968 y a las obras de Antón Arrufat y César López. Siguió la cárcel y finalmente una declaración pública en la que los escritores se auto inculpaban de contrarrevolucionarios, que hizo que los propios Sartre, Beauvoir, Calvino, Deutscher, Einaudi, los hermanos Goytisolo, Moravia, Semprún, Sontag y otros, firmaran una carta donde decían a Castro: “Creemos un deber comunicarle nuestra vergüenza y nuestra cólera. El lastimoso texto de la confesión que ha firmado Heberto Padilla sólo puede obtenerse mediante métodos que son la negación de la legalidad y de la justicia revolucionaria”.

Desde entonces muchos escritores callaron, como José Lezama Lima, Reinaldo Arenas y Virgilio Piñera, y otros tantos se exiliaron, entre ellos Cabrera Infante o, más tarde, Reinaldo Arenas, Abilio Estévez, José Manuel Prieto, Norberto Fuentes o Zoé Valdés.

A continuación, transcribimos algunos de los nombres de los elegidos por el Neo Sovietismo de Petro y Francia para ir preparando la gran purga de aquellos que no han suscrito los Pactos de la Picota.

Alfredo Vanín, Álvaro Suescún, Andrea Cote, Ángela García, Gaona, Beatriz Vanegas, Camila Charry, Carlos Aguasaco, Felipe García Quintero, Fernando Rendón, Fredy Chicangana, Fredy Yezzed, Gabriel Jaime Franco, Henry Alexander Gómez, Hugo Jamioy, John Junieles, Juan Manuel Roca, Lauren Mendinueta, Luis Eduardo Rendón, Luz Mary Giraldo, Patricia Ariza, Rafael del Castillo, Rafael Patiño, Saúl Gómez, Selnich Vivas, Vito Apushana, Winston Morales, Yirama Castaño.

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